Mentes Tensas Y Mentes Trastornadas

MENTES TENSAS Y MENTES TRASTORNADAS

Por siglos y siglos los enfermos mentales fueron los ejemplos más trágicos de la inhumanidad del hombre para el hombre. Su conducta, a veces grotesca, a veces violenta, hacia que sus semejantes los vieran con suspicacia, con aversión o con franca hostilidad. En el mejor de los casos, a los enfermos mentales, o locos, se les trataba con fría indiferencia; y en el peor, con aterradora crueldad que se torno particularmente virulenta en los siglos XV y XVI, cuando todavía se pensaba que la locura era señal de posesión por el demonio. Los tratamientos a que se sometía a los enfermos mentales eran a la vez absurdos y diabólicos. Y persistieron restos de este género de “terapéutica” aun cuando la gente no creyera ya que la locura significaba posesión por el diablo.

¿A que se deben las enfermedades mentales?

Todavía no sabemos de fijo si son orgánicas o no, aunque se sabe que los problemas orgánicos pueden crear desordenes que afecten a la mente; hay veces en que los procesos nerviosos se trastornan o se tornan anormales debido a lesiones o degeneraciones de los tejidos nerviosos. La más común de las enfermedades degenerativas es el endurecimiento o arteriosclerosis de las arterias cerebrales. El retraso mental y la epilepsia pueden deberse a lesiones cerebrales producidas en el nacimiento; por un accidente del cerebro pueden perderse una o más funciones motoras. A todas estas lesiones y enfermedades se les considera orgánicas porque con el microscopio se pueden ver las lesiones cerebrales y las fibras nerviosas cortadas. El médico sabe lo que está mal, aunque no pueda hacer nada para corregirlo. Empero, a veces la gente se comporta de un modo considerado anormal sin que se vea razón física alguna. Son muchas las enfermedades mentales cuyas causas desconocemos.

La enfermedad mental puede afectar la conducta tan radical y notablemente como una lesión cerebral; desde los comienzos de la humanidad ha sido causa de tragedias. Hoy en día, en los hospitales de los Estados Unidos ingresan cada ayer unos 320,000 enfermos mentales, y unos dos millones más reciben tratamiento en sanatorios o son atendidos por médicos particulares.

La psiquiatría, especialidad médica dedicada al estudio y tratamiento de los enfermos mentales, ya no reconoce una línea divisoria clara entre lo normal y lo anormal; pero se puede decir que una persona es anormal cuando su conducta obstaculiza su trabajo o su capacidad de convivir en sociedad. La mayor parte del comportamiento anormal se clasifica en dos tipos generales: neurótica y sicótica. La conducta neurótica esta cerca del extremo normal del espectro, es decir, es una forma más benigna de anormalidad. Los enfermos neuróticos pueden ser anormales únicamente en ciertas áreas de su vida; en las demás son perfectamente razonables. Suelen reconocer su mal y contribuyen a su recuperación. La sicosis es mucho más seria y se manifiesta en todos los aspectos de comportamiento es sicótico. Un sicótico es una persona que ha perdido parcial o totalmente el contacto con la realidad.

Actualmente se considera que las causas de las neurosis son ambientales, es decir, que se deben a las tensiones del vivir. Todos los adultos (y muchos niños) sufren tensiones, y raro es el adulto que no emplea lo que los psiquiatras llaman defensas neuróticas para hacerles frente. Hay algunos que siempre llegan tarde, que están obsesionados con la limpieza o que olvidan exasperantemente sus citas. Los neuróticos se valen de ardides para llamar la atención, para ganarse un halago o para borrar de su mente pensamientos desagradables. Por lo común, hacen todo esto porque son tímidos, porque creen que son indeseados y por lo tanto indignos de aprecio, o porque quieren evitar algo que para ellos tiene connotaciones desagradables. Para decirlo en otras palabras, la raíz de todas las neurosis es un conflicto emocional.

Por debajo y por encima de la conciencia

Las neurosis se manifiestan con muchos síntomas diferentes. A continuación mencionaremos algunas de ellas:

ESTADO DE ANGUSTIA: Todo conflicto emocional causa un cierto grado de angustia. Si el conflicto es grave, también lo es la angustia. Si el conflicto emocional grave no tiene solución fácil, la victima tendrá que aprender a vivir con él lo mejor que pueda. A veces el conflicto queda oculto por debajo de la conciencia, y a veces aparece inesperadamente, pero siempre produce considerable angustia. Así, por ejemplo, un hijo adulto puede sentirse constantemente irritado por un padre senil que vive en la misma casa, mas no puede deshacerse de él ni expresar su irritación sin sentirse culpable. Con los años, el hijo fingirá que todo marcha bien entre su padre y el, pero no podrá ocultar la angustia del caso. Su angustia, en la terminología psiquiátrica, se vuelve “flotante” porque pare él no tiene causa aparente. El hecho de que no tenga causa aparente aumenta aun más la aflicción de la victima; quizá siempre este tenso y preocupado, no tenga apetito y sufra de insomnio y fatiga general; quizá su corazón lata inexplicablemente

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