Miedo A La Soledad
Enviado por uricazanova • 10 de Noviembre de 2012 • 635 Palabras (3 Páginas) • 394 Visitas
Miedo a la soledad
El miedo a la soledad es un gran impedimento en la construcción de la autonomía, porque desde muy pequeños y toda la vida se nos ha formado en el sentimiento de orfandad; porque se nos ha hecho profundamente dependientes de los demás y se nos ha hecho sentir que la soledad es negativa, alrededor de la cual hay toda clase de mitos. Esta construcción se refuerza con expresiones como las siguientes ¿te vas a quedar solita?, ¿Por qué tan sola?
Para el ser humano en el pasado era primordial pensar sobre sí mismo, explorar su interior, sus intuiciones, sus sueños, sus presagios y visiones, pero también sus pensamientos, su ética, sus reacciones, la esencia de su ser. Y… en cambio para el hombre de hoy es fundamental construir su apariencia, su estética, su entorno inmediato, su reputación y su éxito social. Esta es precisamente la gran explicación sobre por que es terrible e indeseable, antes que nada, la eventualidad a la soledad.
La soledad puede definirse como el tiempo, el espacio, el estado donde no hay otros que actúan como intermediarios con nosotros. La soledad es un espacio necesario para ejercer los derechos autónomos de la persona y para tener experiencias en las que no participan de manera directa otras personas.
¿Y qué hacer? En primer lugar, debemos aprender a vivir nuestra soledad. Todos necesitamos en algún momento, vivir nuestra soledad. Así sea por instantes. Debemos aprender a disfrutar de nuestra soledad. Claro, todo con medida. Tampoco es que van a preferir estar solos todo el tiempo.
Hay muchas cosas que se pueden hacer estando solos. Y claro, hay cosas que se deben hacer acompañados. Pero mientras no podamos estar acompañados, pues vivamos nuestra vida en soledad.
Para enfrentar el miedo a la soledad tenemos que reparar la desolación en nosotros y la única reparación posible es poner nuestro yo en el centro y convertir la soledad en un estado de bienestar de la persona.
La autonomía pasa por cortar esos cordones umbilicales y para lograrlo se requiere desarrollar la disciplina de no levantar el teléfono cuando se tiene angustia, miedo o una gran alegría porque no se sabe qué hacer con esos sentimientos, porque nos han enseñado que vivir la alegría es contársela a alguien, antes que gozarla.
Para algunos, el placer existe sólo cuando es compartido porque el yo no legitima la experiencia; porque el yo no existe. Es por todo esto que necesitamos hacer un conjunto de cambios prácticos en la vida cotidiana. Construimos autonomía cuando dejamos de mantener vínculos de fusión con los otros; cuando la soledad es ese espacio donde pueden pasarnos cosas tan interesantes que nos ponen a pensar. Pensar en soledad es una actividad intelectual distinta que pensar frente a otros.
Uno de los procesos más interesantes del pensamiento es hacer conexiones; conectar
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