Modelos De Intervención En Terapia Familiar: La Narrativa

Introducción

Cada familia es diferente, pues cada uno de sus integrantes es diferente. En el siguiente ensayo se presenta la importancia de la familia como educadora y portadora de valores, que apoya a los elementos a construirse dentro de una sociedad y su finalidad es ser un agente activo para ella.

Las distintas formas de convivencia harán que cada sistema se guíe con sus propias circunstancias y proporcionará infinidad de situaciones en las que ponga en riesgo la unidad. Es por ello, que el apoyo de personas especializadas en el caso, intervendrán para mantener la homeostasis de ese núcleo familiar y es él quien tendrá la tarea de buscar los modelos que respondan a las necesidades que se presentan.

En este trabajo se presenta la narrativa, como modelo para buscar una posible solución a los problemas que se presentan. Así como las situaciones en las que es recomendable aplicarla y cuando no lo es.

Una familia, un modelo a trabajar

Las experiencias que van siendo parte de la familia, son las que establecen las formas en las que ésta se mueve dentro de una sociedad. Si bien es cierto que nuestra sociedad ha ido fortaleciéndose en diversos ámbitos como nivel académico y accesos que no se tenían antes, debemos señalar que en cuestiones de educación y fortalecimiento de los valores podría pensarse que vamos en sentido contrario.

Son las vivencias de las autoridades familiares que han ocasionado una confusión en roles y funciones que se han deformado por situaciones sociales y/o personales. Pero que sin lugar a dudas han afectado día con día la relación familiar-social.

Dentro de la familia cada aportación que se realiza va estructurando la forma de convivencia y las reglas que se trabajarán en ella. De aquí que el problema específico en la mayoría de las ocasiones es precisamente la falta de normas y los roles familiares difusos.

Como ya se mencionó, cada familia es concebida desde la perspectiva interna de ese sistema y al ser cada uno de sus integrantes, seres únicos con experiencias diferentes, cada sistema será diferente. No así los patrones de conducta que se manejan entre sistemas, pues todos ellos comparten características que pueden asimilarse e identificarse para buscar y proponer el funcionamiento del mismo.

Cuando el sistema familiar no está trabajando de manera óptima y cuando sus integrantes por algún motivo requieren la aportación de una persona externa, éste deberá buscar el modelo que a su criterio considere el más eficiente para dar respuesta a la necesidad que se presenta. Así como las diversas estrategias que convengan, con el propósito de transformar o reestructurar el sistema familiar, lo cual conducirá al cambio en la manera en que los individuos se relacionan entre sí. Por supuesto, debe ser funcional y buscando siempre la integridad individual.

Cada modelo con sus características deberá ajustarse a la estructura familiar pero también a la personalidad y acomodación con el terapeuta. Entre los modelos que se pueden citar son: la narrativa, la terapia breve centrada en situaciones, equipo reflexivo o constelaciones familiares, sistémico, estructural, estratégico

Enfoque narrativo, una cura para dolor

El enfoque narrativo ha sido parte de la historia humana pues basta por ejemplo, abrir el catálogo de los discos de música y libros de poemas en todas sus diversificaciones y saldrá a la vista los sentimientos que se emiten de una persona. Cuántos de los temas actuales y antiguos de los escritos han sido parte de las vivencias de las personas que a pesar de no ser siempre de los intérpretes, siempre la realidad se apega a esos sentimientos.

En Terapia Familiar este enfoque ha sido de importancia pues en ocasiones el “plasmar los sentimientos puede aflorar otros que conscientemente no se tomaban en cuenta y la narración facilita la construcción de la experiencia incluyendo pensamientos, emociones, acciones, intenciones y motivaciones” (Villegas Besora, 1995). Así cuando “la persona asume el papel de autores de sus propias historias, los terapeutas deben tomar la posición de co-autores o escribas” (Villegas Besora, 1995).

La narrativa es la representación escrita de la mente: “En la representación hay siempre algo representado; a esta propiedad de “ser acerca de algo o sobre algo” se la ha denominado propiedad intencional y se la considera un rasgo esencial de la mente” (Duarte y Español, 1998, pág. 95) que desarrolla un conjunto de sentimientos que se tienen y provocan un desajuste en nuestra tranquilidad. Por supuesto, que también puede ser la expresión de una plenitud, pero en ese tipo de situaciones no se acude a la intervención de una persona ajena y por ello no nos ocupa. Sin embargo, estos acontecimientos si pueden ayudar al

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