Monomito

Joseph Campbell fue un mitólogo, escritor y profesor estadounidense, siendo más conocido por su trabajo de mitología y religión comparada, nació el 26 de marzo en 1904, y falleció el 30 de octubre de 1987, su trabajo se enfoca en abarcar aspectos de la experiencia humana, con una especial fascinación por el folklore de los nativos americanos, además de tener como gran influencia a Jung.

La humanidad busca constantemente resolver ciertas preguntas, cuyas respuestas, se espera brinden tranquilidad, preguntas cómo, ¿De dónde venimos? ¿Quiénes somos realmente?, y sus respuestas pudieron encontrarse dentro de Dios o Dioses, que estaban en grandes mitologías, que explicaban estas y muchas más dudas, a partir de un denominador, el Héroe en todas las historias contadas.

En “El héroe de las mil caras: psicoanálisis del mito”, Campbell encuentra dichos paralelismos, que le ayuda a definir el mito esencial, que se encuentra repetitivo a lo largo de toda la historia de la humanidad; se encuentran en mitos y simbologías, que no son invenciones artificiales humanas, más bien, se generan espontáneamente de la psique humana a partir de sus necesidades naturales, lo que las vuelve invaluables de nuestra cultura desmitologizada actual; pues dicho simbolismo es incluso más universal que el propio sueño, ya que el mito es fruto de los conflictos del hombre ante el mundo, de manera que des individualiza y proyecta los conflictos vitales y sus posibles resoluciones, resoluciones dadas por una figura humana con narraciones heroicas que facilitan la evolución de los individuos dentro de las sociedades para tener un desarrollo más maduro.

En el capítulo nos describe cómo el modelo básico de mitos, incide directamente en los conflictos que uno se enfrenta de adulto, pues al acercarnos paulatinamente a la muerte, incide en conflictos que se desarrollan con el paso del tiempo, que se resuelve con el ejemplo del héroe, ya que toma la postura del filósofo Jung, pues ha causado extraordinarias revelaciones a partir de las clínicas para enfermedades mentales, escritos que marcan una época del psicoanálisis, el cual se vuelve fundamental en el estudio de la mitología, pues se demuestra como la lógica de los héroes y sus hazañas, van trascendiendo a lo largo del tiempo, sobreviviendo a la modernidad.

En las mitologías antiguas es importante también la figura del Mounstro-Tirano, así como en las pesadillas, remitiéndose a la psique torturada, un ávido de los derechos del “yo y lo mío”, que tiene universales consecuencias hacia el ego desproporcionado del tirano para uno mismo, se persigue por el temor y la desconfianza, que se reflejan por los impulsos incontrolables adquiridos por la complejidad de las mentes humanas. Aquí es donde el héroe, genera el papel importante y esencial, pues es la figura humana capaz de combatir y triunfar sobre dichas limitaciones y desconfianzas, volviéndose una fuente inagotable, capaz de renacer una y otra vez, ya que, en cuanto hombre moderno, el héroe mitológico ha muerto en la modernidad, por otro lado, aún se encuentra cómo el hombre eterno, pues vuelve una y otra vez entre tiempos, transfigurado, con lecciones que aprendido sobre la renovación de la vida.

El final feliz es un chascarrillo para el adulto y no le produce una satisfacción profunda sino, si acaso, superficial. Jesús de Nazaret debe morir, Luke Skywalker debe perder a su padre, Frodo debe abandonar la Tierra Media; es decir, el héroe debe ir más allá, no puede aferrarse al aquí y ahora, no puede vivir «como si tal cosa»; el final feliz sólo ocurre en los cuentos de hadas, pero no en el mito. Sin embargo, Campbell dice que el mito heroico es tragicómico y no trágico porque Jesús de Nazaret muere para resucitar, Skywalker mata a su padre para redimirlo, Frodo abandona la Tierra Media tras haberla salvado… el final de la tarea no es el de «y vivieron felices y comieron perdices» pero tampoco es la desesperación: el héroe mítico tiene que pagar un alto precio por enfrentarse a un

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