Morin: el problema de la complejidad del paradigma de la simplicidad

No podemos comenzar a hablar del pensamiento complejo, sin antes hacer referencia a su fundador o su mayor referente, Edgar Morin. Nacido en París, Francia en 1921 en el seno de una familia judío sefardi ?. A la edad de 10 años se muere su madre, hecho que lo marcó significativamente, encontrando refugio en la literatura. Nueve años después en procura de nuevos conocimiento, decide inscribirse en La Sorbonne, en la Facultad de Letras, en la de Derecho y en la Escuela de Ciencias Políticas simultáneamente, para en 1942 licenciarce en Historia, Geografía y Derecho.

La complejidad no es una palabra nueva, aunque si se ha resignificado en el transcurso del Siglo pasado (S. XX), hoy el término complejo lo podemos significar como una comprensión de un mundo entrelazado, tejido....

Morin nos lleva a entender el problema de la complejidad desde el paradigma de la simplicidad. Éste es un paradigma de órden, de reducción, de “simplificación de las cosas”, aspira al conocimiento de lo Universal desde un método analítico, estudiando los “elementos” por separado. El denominado paradigma de la simplicidad se da en la época de la modernidad, que arranca entre los siglos XVI y XVII, basado en sus principios con los pensamientos de Descartes quien buscaba partir de la duda para llegar a la certeza, instaurando así la metodología de la duda. La característica más importante es la racionalidad, puede ser medible y cuantificable. Observa el fenómeno desde la parte objetiva, la razón siempre será su norte. La objetividad está presente en todo momento dejando a la subjetividad de un lado

Morin aspira con el Pensamiento Complejo al conocimiento de la diversidad y lo particular, desechando el Paradigma de la Simplicidad que aspiraba al conocimiento de lo universal.

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