Niños Imperfectos Que Nos Convierten En Seres Perfectos

El Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) informó que la cantidad de niños con algún tipo de discapacidad en México es de 520 mil. Las personas discapacitadas son un tanto incapaces para encajar en la educación regular y es por esa razón que existe lo que comúnmente llamamos “Educación especial”. La tradición de la educación especial se remonta al gobierno de Benito Juárez, quien promulgó el decreto que dio origen a la Escuela Nacional para Sordomudos, en 1867, y a la Escuela Nacional para Ciegos en 1870, aunque tuvo que transcurrir aproximadamente un siglo para que esta cobrara auge. Este tipo de educación está destinada a personas con discapacidades ya sea transitorias o definitivas y también para aquellos sobresalientes que poseen mayor capacidad de aprendizaje.

Hay padres de familia que por falta de peculio para brindar un mejor tipo de educación a sus hijos con necesidades especiales optan por inscribirlos en instituciones públicas con niños saludables y con profesores sin los conocimientos necesarios para impartirle clases a un pequeño con dificultades. Resulta lamentable saber que la mayoría de estos profesores no están preparados para tener en su salón de clases a un discapacitado por la complejidad que conlleva. Como instructores se deben conocer los métodos, técnicas y materiales específicos, así como influir en los niños para que dejen fuera los prejuicios e integren a sus grupos de amigos a este tipo de niños. La discriminación por tener capacidades diferentes ha sido una de las mayores influencias en lo que en la cotidianidad conocemos como bullying, ya que los niños se burlan de las personas con características desiguales a los prototipos establecidos por la sociedad. Un ejemplo se menciona en la película infantil titulada “Dumbo”, en la que las señoras elefantes observan que Dumbo tiene sus orejas muy grandes y le dan la espalda después de haberlo llamado monstruo. Suela lógico comparar porque lo mismo ocurre en las escuelas regulares, los niños con discapacidad son objeto de discriminación y exclusión provocando por consiguiente fuertes daños psicológicos que repercuten en su bienestar.

Es sin duda imprescindible observar el porcentaje de niños con capacidades diferentes y notar que con el paso del tiempo esta cifra está en constante crecimiento; la humanidad debe comprometerse a reflexionar qué tanto nos falta aprender para saber enseñar. Actualmente ya existen varias instituciones que brindan atención especial en las que la sociedad ha aportado sin un fin lucro su apoyo, por ejemplo: Centros de Atención Múltiple (CAM), Unidades de Servicios de Apoyo a la Educación Regular (USAER), Centros de Apoyo para la Educación Preescolar (CAPEP), Unidades de Orientación al Público (UOP) y los Centros de Recursos e Información para la Integración Educativa (CRIE).

Los adultos deben cuidar su salud sino quieren tener hijos discapacitados,

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