Nuevos tipos de parejas y familias

Nuevos tipos de parejas y familias. Determinación de la identidad sexual

Hoy por hoy las novedades sobre este tema tienen dos cuestiones convergentes que determinan la importancia que han adquirido. La primera, relativamente reciente, es la posibilidad de incidir sobre la fertilidad humana y, por lo tanto, sobre la concepción y el nacimiento, con técnicas biológicas que ya no resuelven solamente casos de infertilidad, sino que permiten la concepción de manera independiente de la actividad sexual y aun de la pareja heterosexual. La segunda, se refiere a la expansión y aceptación en el ámbito social y cultural de la formación de parejas homosexuales. Pero lo que reduce su remarcable importancia es su nueva legalidad.

Si bien lo que mas ha llamado la atención de la sociedad y desatado feroces resistencia y polémicas es la posibilidad de obtener fecundaciones por diversos medios biológicos y por el concurso de individuos ajenos la pareja , lo que causa conmoción en nuestras sociedades y crea incógnitas hacia el futuro.

Un tercer elemento de incalculables proyecciones es este ámbito, es la posibilidad de la clonación de seres humanos.

Actualmente no sabemos cuales eran las consecuencias o las vicisitudes a mediano y largo plazo, de los cambios que se están produciendo frente a nuestros ojos todos los días sobre esta materia.

¿Qué es lo que determina la identidad sexual? Hay en primer lugar un factor genético, que determina rígidamente (en condiciones biológicas normales) la anatomía y la fisiología de los sexos, pero que según sabemos, a pesar de esa rígida determinación, no impide que personas con un sexo anatómico pertenezcan psicosexualmente a otro. Es decir que sobre ese carácter genotípico actúan otras determinaciones, que son las que influyen en el fenotipo que finalmente se manifiesta.

Un segundo factor es la fuerza instintiva o pulsional, la cual permite diferenciar a ese nivel lo masculino y lo femenino atribuyéndose una mayor actividad a lo primero y una mayor pasividad a lo segundo, tampoco brinda una apoyatura sólida para una diferenciación, pues también en este terreno la fuerza instintiva puede ponerse el servicio de distintas posiciones psicosexuales.

Por ultimo, existe un tercer factor que puede ser mas influyente en la determinación: el conjunto de identificaciones que cada sujeto recibe de sus progenitores de ambos sexos. Me refiero a rasgos de conducta, o inclinaciones a tal o cual afinidad electiva sexual, que van determinando nuestras elecciones y conductas sexuales. A través de ellas los progenitores transmiten de forma inconciente, algo de su propia sexualidad. Esto tiene un doble sentido esas características pueden actuar reforzando las características del sexo biológico o bien producir un efecto opuesto. Es como si las identificaciones regularan las fuerza pulsional y se impusieran a veces incluso al factor genético.

La mayor tolerancia social ha permitido una expresión mas sana de la homosexualidad, que ha quedado más libre de la crítica social. Fue el psicoanálisis quien estableció ese carácter de lo psicosexual como no idéntico a lo biológico, y por lo tanto operando como un elemento de la cultura.

Lo expuesto acerca de la importancia del factor psíquico sobre el biológico permite pensar que, en el futuro, los hijos de cualquier sexo producto de cualquier nueva forma de pareja obtendrán su identidad sexual por los mismos caminos que los de las parejas heterosexuales clásicas y actuales: su determinación biológica y la articulación de la misma con las fuerzas instintivas y las influencias identificatorias. Y eso seria independiente de cualquier tipo de pareja. Por lo menos nada permite hoy afirmar lo contrario. Puesto que también conocemos hijos/as homosexuales de parejas heterosexuales convencionales.

En cuanto a la clonación puede expresarse de la siguiente manera supersintetica, mediante dos observaciones divergentes:

1. la clonación “existe” y es real: todos los humanos somos “clones” de nuestros ancestros cuando fuerzas identificatorias se ejecutan, cerradas, en sus componentes aleatorios, impidiendo la individualización y la variación.

2. la clonación es una ilusión: nuestra constitución psíquica en la triangularidad, si esta mínimamente exenta del intento de dominación del otro, transforma lo mental e impide la inmutabilidad de la repetición orgánica en el supuesto de una donación biológica de sujetos hermanos. Cada crianza es diferente y por lo tanto constituirá a individuos diferentes.

Transmisión generacional

La transmisión familiar, a través de identificaciones, de verdaderas historia familiares y de ideales, mitos y traumas llaveras de sujeto en sujeto y a veces relanzadas en cada nueva pareja, parecen dar cuenta de esa transmisión, ya sea mediante el complejo conductual de las propias identificaciones. Por otra parte cuando los hechos psíquicos de una generación son “suprimidos” o evitados producen manifestaciones patológicas muy graves, que a veces logran saltearse una generación, pero que tarde o temprano reaparecen sintomáticamente en otra.

Si pensamos en una escena de acción del psiquismo extenso transgeneracional parece tener un doble origen simultaneo: por un lado, lo que tiene que ser transmitido se encentra presente en el medio, en el “entre” los sujetos, por otro lado, cada generación “crea” nuevamente la situación, introduciendo cambios. Si esto no se produce, tanto los sujetos como su sociedad y su cultura se van tornando cerrados y enfermantes.

Esa condición temporal le da a esta escena el carácter de parecer efímera por la ocasión relativamente escasa en cada sujeto para manifestarse.

Podríamos hablar de una ocasión fugitiva pues los cambios que en ella puedan generarse, dependerán del grado de desidentificacion que se haya alcanzado, con respecto a los elementos mas alienantes recibidos en nuestra dotación vital de la generación anterior. Este movimiento implica tanto a los que dan como a los que reciben esas pautas generacionales. Esa tarea de desidentificacion es en general magna para cada sujeto, especialmente cuando las condiciones de alineación reinan también en la vida social o laboral, empujando a los sujetos a instalarse sin cambios en un orden constituido. Ese movimiento constante que es la cultura, dado que es la obra de muchos y lugar donde se colocan metas ideales hace que en ella lo transgeneracional genere lucha constante. Cada generación según las condiciones del los tres ejes del espacio social, cambia la pauta cultural y produce un cambio en la escena de acción social, que se revierte sobre las escenas intrapsiquica e intersubjetiva, reversión mediada de diversas maneras por obra de la propia fuerza de esa escena en

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