Optatam totius

En su primer capítulo el decreto optatam totius trata específicamente sobre las normas de la formación sacerdotal en cada nación, este decreto sólo da normas generales para que cada nación establezca sus propias normas de acuerdo a las circunstancias sociales y necesidades pastorales atiendan mejor la formación sacerdotal, cada nación una vez que ya hayan establecido sus normas deberán presentarlas a la santa sede para su aprobación.

II

Hoy en dia la iglesia vive la ausencia de vocaciones a la vida sacerdotal, ante esta situación toda la comunidad cristiana tiene el deber de fomentar y promover las vocaciones, las familias cristianas tienen que ser el primer seminario en donde los jóvenes puedan ir tomando amor al sacerdocio.

Los sacerdotes como primeros promotores vocacionales deben mostrar fervor apostólico en el fomento de las vocaciones, y con su manera de vivir puedan ser ejemplo y modelo de vocación.

El obispo como responsable inmediato de la promoción vocacional debe animar a su rebaño a que trabajen y fomenten las vocaciones utilizando los medios tradicionales como la oración frecuente, la penitencia cristiana, la catequesis, la promoción vocacional hoy en nuestros días también se puede apoyar de los medios de comunicación social, de las ciencias lógicas y sociológicas actuales.

III

Es de suma importancia que en todas las diócesis se establezcan los seminarios mayores, ya que aquí se forman a los futuros pastores, aquí se debe encaminar a los aspirantes al sacerdocio a que se vallan formando como verdaderos pastores de almas a ejemplo de Jesucristo Maestro, Sacerdote y Pastor.

Es necesario que en los seminarios los formadores y los profesores sean elegidos de entre los mejores, por ello es indispensable que se les exija a los maestros y formadores que adquieran una sólida doctrina de fe, que tengan una experiencia pastoral adecuada y formación específica espiritual y pedagógica, para que con todos estos elementos ellos puedan obrar bien y así den una enseñanza integral a los futuros pastores de almas.

El seminario bajo la guía del rector debe estar en estrechísima comunión con el obispo, así pues en el seminario se debe propiciar un ambiente de oración, de comunión y de unidad obedeciendo al mandato del Señor “que sean uno”.

En el transcurso de la formación sacerdotal se tiene que ir valorando en el candidato de acuerdo a su edad y evolución, la recta intención y la libre voluntad por abrazar tan gran ministerio, al mismo tiempo se debe comprobar en el aspirante su idoneidad espiritual, moral e intelectual su adecuada salud corporal y psíquica, una vez que ya se hallan observado todos estos aspectos únicamente promuévanse a los dignos, y no por la falta de sacerdotes se promuevan a los que cumplen con solo la minoría de los requisitos, tengamos en cuenta que Dios nunca dejara a su Iglesia que carezca de sacerdotes,

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