Para Que Soñamos

El sueño es fundamental para preservar la salud y vitalidad de cuerpo y mente, la ciencia nos ha dicho que si una persona no duerme nada moriría en un plazo no superior a los 7 días (Estivill, Averbuch, 2006)

Se recuperan los músculos: a través de los péptidos restauradores fabricados por el cerebro. Si dormimos correctamente nos sentiremos como nuevos, si no ha sido así, todos sabemos lo que nos duele todo.

Archivamos y consolidamos la memoria y el aprendizaje: durante este periodo el cerebro selecciona lo que considera útil para guardar y deshecha todo lo demás

Superamos los sucesos desagradables (Harvey, Jones, Schmidt, 2003): durante este proceso de consolidación de la memoria que se da mientras dormimos, el cerebro desvincula la carga emocional negativa de este tipo de sucesos, archivando una representación recreada de los mismos, más descontextualizada y sin conexiones directas a nuestros centros emocionales (sistema límbico) y del miedo (amígdala). Por eso es bueno "dormir" los problemas, para al día siguiente verlos con "mayor perspectiva".

- Superamos los traumas: Cuando el suceso es traumático, no basta con una sola noche para superarlo y nuestro cerebro tarda mucho más tiempo, pero suele hacerlo y el sueño es clave para conseguirlo (desgraciadamente hay veces que no es capaz sin ayuda de un profesional), y es por eso que tenemos sueños o pesadillas recurrentes (Spormaker, Montgomery, 2008)

Mejora nuestro humor: el cortisol y las catecolaminas son sustancias indispensables para mantener nuestras "baterías" a pleno rendimiento; por la noche su nivel desciende para poder volver a subir a la mañana siguiente. Este proceso nos permite rebajar la tensión, la ansiedad y el mal humor acumulados durante el día (Estivill, Averbuch, 2006)

Se regenera la piel y se reponen las células muertas, por eso hay cremas que son distintas para el día o para la noche. También se vacían y reponen los lagrimales, permitiendo una mejor higiene del ojo al día siguiente (Estivill, Averbuch, 2006).

Los neurólogos creen que el sueño es una manifestación del proceso biológico de dormir, que soñar es inseparable del acto de estar dormido y que todo ser humano durmiente sueña. Por lo tanto, las ensoñaciones (tanto agradables como desagradables) han de tener una función neurológica.

Según los estudiosos en la materia, esta función es variada. En primer lugar, soñar tiene una misión reparadora. El sueño, como manifestación neurológica del descanso, tiene efectos recuperadores de las funciones cognitivas clave como la memoria, el aprendizaje o la atención, cuya puesta en funcionamiento durante la vigilia requiere de un gran consumo energético. Una vez más, aparece la estrecha relación entre los estados de dormido y despierto.

Parece evidente que lo que soñamos y por qué lo soñamos ha de tener algo que ver con

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