Paralelismo Educativo En Venezuela
Enviado por oswaldo2012 • 4 de Diciembre de 2012 • 1.916 Palabras (8 Páginas) • 513 Visitas
Paralelismo Educativo en Venezuela.
La educación, como derecho humano básico, representa el eje fundamental de la democracia. En tal sentido, el estado venezolano debe garantizar, a través de este proceso, tanto el pleno desarrollo de la personalidad como el potencial creativo de sus habitantes, en la búsqueda de una sociedad más justa y solidaria. Es necesario entonces un cambio en nuestra educación, se requiere de una construcción colectiva del currículo que transforme el sistema educativo, y es allí donde el docente debe asumir su papel protagónico. Pero para que ello sea posible, se hace imperativo desarrollar estrategias que articulen, durante su formación inicial y permanente, la teoría con la praxis; que dinamicen su acción y permitan que él asuma que es uno de los factores fundamentales para impulsar la transformación del hecho educativo en nuestro país.
Aprender a aprender es uno de los cuatro pilares de la educación propuesta por Jaques Delors en el informe “La Educación encierra un tesoro” a la La Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO) sobre la educación para el siglo XXI, este tipo de aprendizaje se refiere menos a la adquisición de conocimiento estructurado que al dominio de herramientas de aprendizajes. Es descubrir, crear, inventa los medios que permitan seguir con los procesos de asimilación y adaptación intelectual de un modo intermitente, no solo en los niños y niñas de edad escolar, sino, en todos nosotros que somos unos aprendices permanentes. La escuela debe guiar en ese aprender a aprender, solo ahí se dará el verdadero aprendizaje. Se trata de ser inteligentes a la hora de actuar ya que debemos tomar la decisión más acertada según el criterio de cada quien.
Puedo considerar esta afirmación basado en las teorías de Lev Semionovich Vygotsky (Rusia) o Reuven Feurerstein (Judío Indú). Vygotsky considera las funciones psicológicas superiores como fruto del desarrollo cultural. Define la inteligencia como un producto social y no un producto natural del desarrollo, pues toda función cognitiva, antes de darse a nivel individual, se da a nivel interpersonal o social, del mismo modo Feuerstein describe la inteligencia como un sistema abierto sujeto a cambios gracias a los estímulos que provienen del ambiente. El modo en que el sujeto procesa la información determinará su capacidad para que su inteligencia sea modificada tanto de forma positiva o ascendente como negativa o descendente. Pero, tomando en cuenta un personaje venezolano que vivió en una época al cual no pertenecía por su manera de pensar, si se quiere futurista, el cual hizo que lo calificaran de loco.
Me refiero a Simón Rodríguez quien quería que la educación, en Venezuela y América, se impartiera con calidad, en torno al desarrollo personal de los individuos, su capacidad de comprender y analizar la sociedad en la que viven, su desarrollo humano y personal en el contexto del desarrollo social y comunitario inspirado en principios y valores como la igualdad, la equidad, libertad, emancipación social y humana. Una educación que permita a cada uno desarrollar a plenitud sus talentos y construirse como persona y ciudadano solidario y productivo. Que le enseñe a ser, a convivir, a aprender y a trabajar. En fin, una educación que le enseñe a cada individuo crecer y desarrollarse como persona y a preocuparse por su entorno social, que le enseñe los valores y principios de su sociedad. Formar individuos que enfrenten al mundo valiéndose de sus destrezas y habilidades. Formar personas pensantes que no se valgan solo de la memoria y por último que se les enseñe a trabajar y a valorar su trabajo. Y con estas bases hacer una genuina educación de calidad.
Bases para una Educación de Calidad.
1.- Educación para formar personas y auténticos ciudadanos.
2.- Educación que enseñe a aprender
3.- Educación que enseñe a trabajar y a valorar el trabajo y al trabajador.
De igual manera y mas hacia nuestro época actual, en un discurso, pronunciado en la Universidad de los Andes en 1963 y titulado “Una educación para la vida”, Arturo Uslar Pietri sintetizaba algunas preguntas que hoy día ya casi 50 años después, adquieren una presión apremiante y promueven una vigencia estremecedora. Cuatro eran las interrogantes: “¿Qué estamos haciendo con nuestros jóvenes? ¿De cuáles sistemas y dispositivos disponemos para recibirlos, guiarlos e incorporarlos atinadamente a una vida útil para ellos y a una obra de desarrollo correcto del país? ¿Estamos listos para manejar y dirigir ese inmenso capital de juventud, de energía, de esperanza o, por el contrario, no podremos hacer otra cosa que despilfarrarlo, desaprovecharlo o, lo que aún sería peor, convertirlo en factor negativo y en lastre para el avance social y económico de la nación? ¿Tiene nuestra educación una respuesta adecuada que ofrecerle a las ansias y a las premuras con que esa ávida y material muchedumbre surge en el horizonte de nuestro quehacer histórico?”
Más dolor que aliento producen las posibles respuestas a estas preguntas, ya que es mucha la desesperanza que resulta de observar que, si durante muchos años se cometió el error de formar consumidores de riqueza y de conocimiento ahora, en lugar de reorientar el esfuerzo hacia la idea de productores de riqueza y conocimiento, se privilegian las intenciones adoctrinadoras y revanchistas. El drama de nuestros días es que estamos siendo testigos de visiones regresivas que intentan convertir el pasado en la legítima perspectiva del país. Ahora bien con el surgimiento en 1999 de la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela muchos cambios se han gestado en el país, especialmente en lo referente a la transformación del modelo educativo, con énfasis en el cambio curricular, la inclusión social, y la lucha contra el
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