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Personalidad Y Aprendizaje En El Contexto Escolar


Enviado por   •  2 de Julio de 2011  •  3.237 Palabras (13 Páginas)  •  6.263 Visitas

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PERSONALIDAD Y APRENDIZAJE EN EL CONTEXTO ESCOLAR

Introducción

En todo proceso de aprendizaje hay alguien, hay un sujeto, que aprende. Ese alguien -sus características, su capacidad, aptitudes e intereses, pero también sus energías, sus procesos propios, su autoconciencia- es relevante para los procesos mismos por los que el aprender se constituye. En psicología suele hablarse de personalidad para referir al sujeto de los procesos de conducta, de los distintos procesos en los que la conducta consiste y entre los cuales está el aprendizaje. "Personalidad", por otro lado, suele contraponerse a "inteligencia", a la capacidad cognitiva y conjunto de aptitudes del sujeto; o bien, en otra posible dirección, es identificada con las características individuales y propiamente diferenciales de una persona frente a otras. En realidad, por "personalidad" se ha de entender un conjunto o sistema bastante más amplio, en el que, desde luego, entran las características diferenciales, pero también otros procesos del sujeto y, en el que, no menos ciertamente, han de incluirse asimismo las características de aptitudes o de capacidad habitualmente recogidas bajo el rótulo de "inteligencia". Por personalidad, por tanto, se entiende un conjunto de fenómenos, procesos y sistemas de diferente naturaleza, aunque relacionados entre sí y que se polarizan alrededor de los siguientes focos: las diferencias individuales que se manifiestan en el modo distinto, específico y diferenciado, con que las diferentes personas reaccionan ante iguales o parecidas situaciones; el hecho, complementario del anterior, de que a lo largo del tiempo, en distintos momentos y también en situaciones diferentes, las personas muestran algún grado de estabilidad, consistencia y regularidad en su comportamiento; el carácter activo, intrínsecamente activado y no sólo reactivo frente a los estímulos y demandas del exterior al sujeto humano, que constituye un principio de acción y de interacción con el entorno y no un mero sistema de reacción frente a éste; el sistema del "sí mismo", de los comportamientos y procesos referidos a uno mismo (autopercepción, autoestima, autoconocimiento, autorregulación); la presentación social de sí mismo y la interacción con otras personas y con las regulaciones colectivas de una sociedad. Hablamos, pues, de personalidad para referirnos a cualidades diferenciales, peculiares del individuo y relativamente estables en su conducta, una conducta que es producida y generada por un sujeto activo, no sólo reactivo, en continuidad consigo mismo a lo largo del tiempo y con importantes procesos referidos tanto a sí mismo como al exterior, principalmente a otros sujetos humanos, con los que establece unas reglas de interacción pautadas en valores y actitudes (Fierro, 1983).

Estilos cognitivos

Se entiende por "estilos cognitivos" ciertos patrones, diferenciales e individuales, de reacción ante la estimulación recibida, de procesamiento cognitivo de la información y, en definitiva, de aprendizaje y de afrontamiento cognitivo de la realidad. Los estilos se relacionan con la estructura del pensamiento, antes que con su contenido o con su eficiencia; y refieren a cualidades o modos del conocimiento y no a algo así como una "cantidad" de capacidad o aptitud, según, en cambio, parece referirse en el concepto de inteligencia. Algunos de los estilos cognitivos no sólo son particularmente relevantes respecto al aprendizaje; hasta cierto punto, constituyen patrones de aprendizaje. Es el caso, por ejemplo, de dependencia/independencia de campo, que seguramente es el estilo cognitivo más investigado y con mayor carga teórica. En la investigación y teoría inicial ha sido descrito como un estilo perceptivo, referido al modo en que las personas coordinan informaciones procedentes de distintos canales sensoriales, en particular el sentido cenestésico y el de la visión. Los primeros hallazgos pertinentes, obtenidos en situaciones de laboratorio, aparecieron al coordinar los sujetos informaciones discrepantes referidas a la verticalidad y, en general, a la posición de determinados objetos en el espacio. Cuando, por ejemplo, una varilla fija es presentada a los sujetos en la situación de movilidad, tanto del marco donde la varilla está encuadrada, cuanto del sillón desde donde la observa el sujeto, e incluso de la cámara experimental misma donde se realiza el experimento y todo ello en condiciones de penumbra para eliminar al máximo otras claves visuales, de manera consistente ha aparecido que ciertas personas son más capaces que otras de emitir un juicio correcto acerca de la posición de la varilla al margen del contexto visual. A estas personas se las califica como independientes de campo por contraposición a las dependencias de campo, cuyos juicios perceptivos están más vinculados al contexto visual. Más allá de su original formulación como estilo perceptivo, el de dependencia/independencia de campo ha sido ulteriormente investigado y conceptuado como estilo propiamente cognitivo, relativo a un conjunto de operaciones de conocimiento, de procesamiento de la información en general y no sólo de percepción. El estilo independiente de campo es un estilo analítico, crítico, de separación y aislamiento de los elementos de un problema o situación dados. El estilo dependiente, por el contrario es sintético, intuitivo, integrador. Son estilos, al parecer, relacionados con modos de relación interpersonal: los independientes de campo funcionan de manera más autónoma en sus relaciones sociales, que abordan de forma más bien impersonal. Las correlaciones de este estilo cognitivo con la aptitud intelectual, por lo general, se han mostrado bajas e incluso no significativas, aunque en ciertas tareas cognitivas los independientes se desempeñan mejor que los dependientes de campo y en otras a la inversa (Blackman y Goldstein, 1981; Goldstein y Blackman, 1981; Witkin y Goodenough, 1981). El estilo o dimensión de reflexividad/impulsividad refiere a la diferencial reacción de personas enfrentadas a situaciones problema en las que existen distintas hipótesis de solución que es preciso contrastar adecuadamente. Algunos sujetos actúan primero, eligiendo y desarrollando una hipótesis, para contrastar más tarde si la hipótesis es correcta, o no; mientras otros sujetos reflexionan antes de emprender un determinado curso de acción, eliminando mentalmente las soluciones que anticipan reflexivamente como incorrectas. Estos últimos se hallan en el polo de la reflexividad, mientras los primeros están en el de la impulsividad. No son claras las relaciones del estilo reflexividad/impulsividad con el aprendizaje y con el desempeño intelectual. Sí que parece que los sujetos reflexivos efectúan comparaciones más exhaustivas y sistemáticas entre las posibles

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