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Por Que Delinquen Los Adolecentes


Enviado por   •  2 de Junio de 2013  •  2.302 Palabras (10 Páginas)  •  790 Visitas

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¿Por qué delinquen los adolescentes?

Resumen

En el presente artículo se abordaran las principales causas por las que un adolescente puede ser propenso a delinquir; en México tenemos cada vez mayor número de jóvenes que se dedican a cometer delitos debido a la pobreza extrema, la falta de oportunidades y el consumo excesivo de bebidas alcohólicas, drogas y estupefacientes.

Aquí se presentaran, más que nada las causas exógenas y psicológicas por las cuales un mancebo puede llegar a convertirse en delincuente según algunos estudiosos del derecho y de la psicología criminal.

Palabras clave

Adolescentes, delincuencia, rasgo biológico, núcleo familiar enfermo, psicosis, criminalidad.

Sumario

1. Factores que originan la Delincuencia Juvenil. 2. La violencia en el menor, rasgo biológico o factor aprendido 3. La participación de los adolescentes en los actos delictivos 4. La conducta delictiva como síntoma de enfermedad 5. El delincuente es un emergente de un núcleo familiar enfermo 6. Psicosis y Criminalidad

1. Factores que originan la Delincuencia Juvenil

Se admite en términos Generales, que la delincuencia juvenil encuentra sus orígenes en una serie de elementos tanto internos como externos, que constituyen factores para perfilar la responsabilidad del menor y que pueden en determinadas circunstancias provocar la realización de conductas o hechos antisociales. Dentro de los factores internos, se señalan: la herencia; la gestación; la deficiencia mental y las enfermedades mentales. Como factores externos se colocan a la familia; la escuela, el grupo étnico; el barrio y la sociedad en general. Si bien no dudamos que la herencia puede influir en la personalidad del joven, como autor de conductas o hechos antisociales, no tiene la importancia que tiempo atrás se le señaló, siendo inexacto que dicho factor sea decisivo o por si mismo explique el fenómeno delincuencial. (1)

2. La violencia en el menor, rasgo biológico o factor aprendido

Es innegable que nuestras sociedades modernas son violentas. El uso de la fuerza para la solución de controversias, o mejor dicho, para la imposición de los intereses de los más fuertes; sigue siendo una característica predominante tanto en los ámbitos internacionales como al interior de las naciones.

La reproducción de esos modelos de comportamientos violentos forma menores y adolescentes agresivos. Bien se sabe que la sociedad en general produce en cada época unos determinados héroes, preocupaciones, ideales que modelan sobre todo a los sujetos más jóvenes. Si un niño nace en una sociedad agresiva que tiene como máxima preocupación la fuerza militar, la sofisticación de los aviones de combate, la imposición por las armas de sus intereses, o la división del mundo en buenos y malos, ese niño tiene grandes posibilidades de preocuparse por lo mismo, aunque sea a su propio nivel, fomentando aunque sea a su propio nivel, fomentando también a su manera, construir un mundo cada vez más violento.

En los últimos tiempos, algunas investigaciones han mostrado que las agresiones no premeditadas, es decir un tipo de violencia calificable como de “espontanea”, podría deberse a anomalías en los circuitos del cerebro que regulan las emociones. Si bien, los datos no son concluyentes, y por su puesto se trata de un tema que hay que tratar con suma precaución, pues a lo largo de toda la historia de la cultura, desde los mitos hasta los primeros estudios con el rigor de la ciencia, ha estado presente la intención de afirmar la existencia de “seres humanos malos”, por así decirlo, por una cuestión de naturaleza; el estudio puede aportar luz, en la comprensión de la conducta agresiva, en el sentido de entender que “el problema central no es que haya conductas agresivas, el problema sería no poderlas resolver”

Según estas teorías, “Las personas que cometen agresiones no premeditadas, podrían tener atrofiada la capacidad para sentir miedo ante las consecuencias de sus acciones, o bien de sentir empatía por el sufrimiento ajeno. No obstante, los resultados provisionalmente obtenidos, todavía no esclarecen suficientemente si todas las personas con anomalías en el circuito de las emociones cometen agresiones, y si todas las agresiones no premeditadas se pueden atribuir a anomalías del control de las emociones”

En este contexto, la agresividad se asume como un rasgo biológico, un seguro natural que se desata en situaciones de emergencia o riesgo; la clave para evitar que derive en violencia destructiva, se encuentra más en la búsqueda del autocontrol, que en un poco realista reino de la paz donde la violencia pueda ser totalmente erradicada. Este autocontrol, está estrechamente ligado a los procesos que ocurren en el sistema nervioso; en los cuales, no solo inciden los factores fisiológicos, sino también, y en buena medida, los estímulos del entorno.

Según Niehof, “si queremos evitar las agresiones que se vuelven inaceptables, es necesario “proteger el sistema nervioso de las lesiones, de los niveles desestabilizadores de estrés, de las drogas, del aislamiento y de las represalias. Tenemos que esforzarnos por crear un entorno seguro donde las personas no estén necesarias en guardia, un entorno lo bastante flexible para acomodar cierta capacidad de asumir riesgos, lo bastante estructurado para evitar la confusión.” (2)

3. La participación de los adolescentes en los actos delictivos

Actualmente estamos viviendo en una sociedad en donde la impunidad existente no ve consecuencias de sus actos ilegales, por lo que los menores se arriesgan y participan cada vez más en actos delictivos.

La participación de los menores y adolescentes infractores de la ley penal, no pueden ser estudiados de forma genérica, pues esta responde a múltiples y variadas causas sociales, familiares, culturales, económicas entre otras, que de manera directa o indirecta influyen en la comisión de delitos.

Entre las causas que originan la participación de menores en actos delictivos podemos mencionar las siguientes:

° La violencia intrafamiliar, física o psicológica que sufren los niños por parte de los padres o de algún miembro de la familia en la que los menores incorporan la violencia como un medio de solucionar conflictos.

° La pertenencia del menor o adolescente a una familia desestructurada o desintegrada, que muchas veces, trae como consecuencia la falta de atención, falta de límites y de control de los padres con respecto a los hijos, conduciéndolos a suplir esta carencia con el ingreso a bandas o pandillas violentas y delictivas que usualmente a través de símbolos,

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