Protocolo De Caso

(Caso Cognitivo-Conductual)

AUTOESTIMA

Toda persona tiene en su interior sentimientos, que según su personalidad pueden manifestarlos de diferentes maneras. Muchas veces estas manifestaciones dependen de otros factores según el lugar donde viven, la vida sentimental y emocional estos pueden influir positiva o negativamente en la formación de la persona o sea en su autoestima.

Yagosesky (1998) expresa que la autoestima adquiere el significado de fuerza innata que impulsa al organismo hacia la vida, la ejecución armónica de sus funciones que le dota de organización y direccionalidad en todos los procesos cognitivos, emocionales o motores.

En el mismo orden de ideas Branden (1990) dice que la baja autoestima es un estado en el que la persona se siente incapaz, insegura, inútil, siente que su existencia no tiene sentido es vacía; en fin una persona con baja autoestima no posee amor propio ni tiene confianza en sí mismo.

Básicamente para Octavio (2007), la autoestima es la capacidad de apreciar nuestra realidad, de valorar positivamente todo lo que somos y lo que podemos hacer. La autoestima no nace solo de unas condiciones externas positivas, sino del propio desarrollo de la persona en sus aspectos físicos, emocional, mental y espiritual. Lamentablemente, son muchos los que padecen bajo los efectos de una baja estimación de si mismos, y sufren porque se sienten inferiores, o porque se creen incapaces de hacerle frente a lo que le sucede en su existencia. Para ellos, los retos son muros imposibles de escalar, y piensan que el fracaso siempre les acompañará en su vida.

Asimismo Moorhead (2009) define la baja autoestima como: “Larga duración de una autoevaluación negativa, o sentimientos negativos hacía uno mismo o sus capacidades”. Tener una baja autoestima o una valoración negativa de sí mismo puede traer aparejados una gran cantidad de problemas, siendo algunos de los más habituales: La dificultad para relacionarse con los demás y para expresar sus sentimientos, tristeza y depresión, dificultad para alcanzar las metas y para establecer proyectos de futuro, problemas de personalidad, trastornos de alimentación, apatía y desinterés por casi todo en la vida y dependencia económica, afectiva y laboral.

SÍNTOMAS

Los síntomas que manifiestan las personas con baja autoestima son variados y múltiples, según Campos y Muñoz (1992) entre algunos de ellos podemos mencionar: Son indecisos, se les dificulta tomar decisiones, tienen miedo exagerado a equivocarse, solo toman una decisión cuando tienen seguridad en un 100 por ciento que obtendrán los resultados, piensan que no pueden, que no saben nada, no valoran sus talentos, miran sus talentos pequeños, y los de los otros los ven grandes, le tienen miedo a lo nuevo, evitan los riesgos, son muy ansiosos y nerviosos, lo que los lleva a evadir situaciones que le dan angustia y temor, son muy pasivos, evitan tomar la iniciativa, son aisladas y casi no tienen amigos, no les gusta compartir con otras personas, evitan participar en las actividades que se realizan en su centro de estudio o en su trabajo.

Para Anthony (citado en Jiménez 2008) los síntomas de una persona con baja autoestima son: Inculpaciones y quejas, necesidad de atención y aprobación, falta de amigos íntimos, agresiva necesidad de compartir y ganar, darse gusto, depresión, ambición y egoísmo, autocompasión, tendencia al aislamiento y timidez.

Del mismo modo, Hamachek (Citado en Jiménez 2008) considera que otros síntomas que manifiesta una persona con baja autoestima son: Sensibilidad ante la crítica, respuesta exagerada a la adulación, actitud hipercrítica, tendencia a culpar a los demás, sentimientos negativos acerca de la competencia, tendencia a dejarse persuadir e influenciar, tendencia al aislamiento y a la timidez, apatía y desinterés por casi todo en la vida. Igualmente temen hablar con otras personas, dependen mucho de otras personas para hacer sus tareas o realizar cualquier actividad, se dan por vencidas antes de realizar cualquier tarea, no están satisfechas consigo mismas, piensan que no hacen nada bien, no conocen sus emociones, por lo que no pueden expresarlas, debido a que no tienen valor, les cuesta aceptar que las critiquen, les cuesta reconocer cuando se equivocan, manejan mucho sentimiento de culpa cuando algo sale mal, en resultados negativos buscan culpables en otros, creen que son los feos, creen que son ignorantes, se alegran ante los errores de otros, no se preocupan por su estado de salud, son pesimistas, busca lideres para hacer las cosas, cree que es una persona poco interesante, que causa mala impresión en los demás, le cuesta obtener sus metas, no le gusta esforzarse, siente que no controla su vida.

CAUSAS

Según Nathaniel Branden (2001), Las experiencias del pasado pueden llegar a ser determinantes en la autoestima de la adultez. Las mujeres de hoy son más independientes, modernas y le dan prioridad a su carrera profesional. Esta afirmación es real pero se aplica sólo a un segmento de la población femenina, ya que hay otro grupo de mujeres que no puede lograr esos objetivos ya sea porque no está concientizada de su propia capacidad de alcanzarlo o no consigue el reconocimiento y el apoyo necesario de su compañero. Esta última situación es uno de los factores que contribuye para provocar una consecuencia no deseada: la pérdida de la autoestima.

La autoestima en mujeres puede llegar a disminuir significativamente cuando hay experiencias difíciles de sobrellevar, como decepciones, frustraciones, situaciones de pérdida o cuando no hay reconocimiento de las personas por todo lo que se hace, causándoles inseguridad, con dudas, con incertidumbre de todo lo que es como persona y un sentimiento general de no ser capaz. Cuando una mujer no se aprecia a sí misma, no se quiere, a veces trata de establecer cualquier tipo de relación afectiva con el afán de mejorar la situación, lo cual puede llevarla a ser dependiente de relaciones destructivas sin tener capacidad de salir de ellas. Branden señala las siguientes causas:

Nacen una serie de sentimientos que pueden asumir muchas formas: odiarnos a nosotros mismos, ataques de ansiedad, repentinos cambios de humor, culpas reacciones exageradas, hipersensibilidad, encontrar el lado negativo en situaciones positivas o sentirse impotentes y autodestructivos.

Muchas veces es la forma en la que pensamos y actuamos lo que hace que nuestra autoestima decaiga, es lógico que si se piensas y dice: “Cada día estoy más gordo” o “Mi vida es un desastre y no tiene solución alguna” va a llegar

...