Psicoanálisis la perversión

Admitamos que para el psicoanálisis la perversión ha sido un concepto controversial que ha puesto a discutir a diferentes autores. Freud, en su texto de tres ensayos de teoría sexual de 1905, la entiende como aquellas conductas sexuales diferentes al fin de la procreación que lleva a los seres humanos a obtener satisfacción. Con Freud, la perversión se inscribe en la norma misma. Para Lacan, la perversión es inherente a la sexualidad humana”. Dice la psicoanalista Karen Horney, en su libro La personalidad neurótica de nuestro tiempo que la conducta perversa es congénita pero “la frustración por la falta de afecto en la infancia es el caldo de cultivo para el desarrollo de una mente perversa. La persona se siente herida aunque no sabe la razón ni pretende conocerla; crea a su alrededor un ambiente de desconfianza y hostilidad, pues considera que los actos humanos no son sinceros, al tiempo que proyecta una personalidad conflictiva. Freud puede establecer una relación directa entre neurosis y perversión. «Los síntomas mórbidos representan una conversión de las pulsiones sexuales que deberían llamarse perversas si pudieran encontrar una expresión en actos imaginarios o reales». Cuando éste no es el caso, estamos en presencia de una neurosis. Además «La neurosis es, por así decirlo, el negativo de la perversión».

Con sano criterio para el desarrollo de este tema de la mente perversa voy a tomar la teoría de una de uno mis personajes favoritos por ser una mujer lógica moderna para su tiempo que se atrevió a decir NO en una sociedad donde los hombres dominaban las teorías vigentes sobre psicología una mujer que debatió al padre de estas teorías con argumentos científicos sólidos además impulsadora del feminismo además su teoría de la mente perversa es la que más se ajusta a mi criterio como punto de partida de una mente criminal que es el tema que me apasiona de psicología esta feminista psicoanalista moderna es Karem Horney ella afirma, y advierte que un perverso siempre asocia cada acto de su vida con situaciones que involucran dolor, sufrimiento y humillación. “El pensamiento más recurrente de un perverso es hacer ver a los demás como perversos”, La sicoanalista recuerda que cuando un perverso está a punto de sentirse emocionalmente feliz, la rechaza con hostilidad, pues "no soporta tener pensamientos sanos hacia los demás y hacia el mundo mismo".

Bien sé que una de las primeras bases del proceso perverso puede localizarse en la noción freudiana de pulsión sexual. La noción de pulsión, central en la metapsicología de Freud, es un elemento central de la economía psíquica característica de las perversiones. Freud especifica las «aberraciones sexuales» según una doble determinación: como desviaciones relativas al objeto de la pulsión sexual, o como desviaciones relativas a su meta. Se aparta de este modo de las concepciones nosológicas tradicionales de las perversiones Si bien la oposición clásica inversión-perversión parece corresponder a la cupla «desviación en cuanto al objeto-desviación en cuanto a la meta», el término perversión sólo es introducido explícitamente por Freud en el capítulo de las desviaciones que se relacionan con la meta sexual. Además, Freud ve en la perversión una inflación del proceso sexual normal: «No obstante, uno encuentra ya, en el proceso sexual más normal, los gérmenes cuyo desarrollo llevará a las desviaciones que se describen con el nombre de perversiones» (Tres ensayos). Al presentar el estatuto particular del objeto de las pulsiones sexuales, Freud arranca definitivamente el proceso perverso del campo de las discriminaciones que lo inscriben como desviación con relación a las normas.

Aun así Horney explica que la persona perversa presenta una mente obsesiva y es por lo general sádica ya que disfruta el dolor ajeno y causando dolor. Son manipuladoras y están dominadas por pensamientos desagradables y siempre insanos, ya que alimentan su mente y sus emociones de imágenes grotescas, perversas y siempre miserables; a una mente perversa le resulta casi imposible generar pensamientos y emociones que no vayan acompañados de una situación malvada, deshonesta y cruel, porque es de estos sentimientos destructivos que alimentan su obsesión por herir a los demás. La mente perversa es una condición anormal de la personalidad cuyo rasgo dominante es la continua agresividad y destructividad hacia otras personas, a través de pensamientos y actos malignos. De esto Karem Horney deduce el concepto: "Una persona perversa es un enfermo acosado por pensamientos obsesivos destructivos, al creer que los actos humanos no son sinceros." Los perversos se sienten impulsados a culpar a otros de su propia malignidad. “La persona perversa podrá señalar a otra de asesino, violador, homosexual o prostituta… conductas que él mismo puede llevar latentes en su interior”, dice la psicoanalista Horney

De aquí que a este tipo de individuos, que pasan por normales y hasta expresan un supuesto fervor hacia Dios, siempre se les ve en una actitud de amargura hacia la vida y son incapaces de generar algún asomo de felicidad, actuando de manera opuesta a los principios espirituales que dicen defender.

Habría que mencionar también un rasgo que prevalece en la mente perversa es la obsesión por la mentira y la confabulación, que se convierten en parte de la rutina de la vida diaria, al punto de que no se percatan de que viven en un mundo deformado a su antojo desde su óptica perversa. Un recurso muy usado por los perversos es falsear cada hecho en procura de culpar a otros, respecto a su misma condición humana. “El perverso siempre busca herir con la misma arma con

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