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¿ Que Es Lo Psicosocial ?


Enviado por   •  11 de Mayo de 2015  •  3.864 Palabras (16 Páginas)  •  250 Visitas

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¿QUÉ ES LO PSICOSOSOCIAL?1

Una urdimbre transdisciplinar con cinco madejas2

El autor propone analizar qué es lo Psicosial y la relación entre lo “Psico” y lo “Social” a partir de una trama transdisciplinar con “Cinco Madejas”, tal como las define. Estas son: la Literaria, la Pictórica, la Filosófica, la Psicoanálitica y, por último, la Psicosocial propiamente dicha.

Primera madeja: la literaria

Cuando Ernest Hemingway concluyó la escritura de su novela “Por quién doblan las campanas”, sobre la Guerra Civil Española, eligió como epígrafe un fragmento de un poema del escritor inglés John Donne:

"Nadie es una isla completo en si mismo; cada hombre es un pedazo del continente, una parte de la tierra; si el mar se lleva una porción de tierra, toda Europa queda disminuida, como si fuera un promontorio, o la casa de uno de tus amigos, o la tuya propia; la muerte de cualquier hombre me disminuye, porque estoy ligado a la humanidad; por consiguiente, nunca preguntes por quién doblan las campanas; doblan por ti".

Lo psicosocial es aquello que muere en cada uno de nosotros, cuando en nuestro vecindario doblan las campanas. Es la razón por la cual nos duele el dolor de los otros y nos hacen felices las felicidades de aquellos a quienes amamos. También, es por lo psicosocial que las infamias que cometen algunos nos manchan a todos y, aunque no queramos, debemos hacernos cargo de las culpas y las deudas, especialmente las de honor, de nuestros padres y nuestros gobernantes.

Gracias a esta dimensión sistémica de lo psicosocial nos hacemos grandes cuando uno de los nuestros logra una proeza y somos humillados cuando uno de los nuestros sufre una humillación, también desaparecemos un poco cuando uno de los nuestros es desaparecido y perdemos un poco de

1 Artículo publicado en la Revista “Complejidad” No. 19. abril-junio de 2013

2 Doctor en Psicología Social Universidad Complutense de Madrid. e-mail jacarmona@ucm.edu.co

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nuestra libertad cuando uno de nosotros es secuestrado. Gracias a lo psicosocial los humanos conocemos esa misteriosa forma del amor que se llama la vergüenza, solamente experimentamos verdadera vergüenza cuando los nuestros realizan actos indignos. No existe “vergüenza ajena”, todas las vergüenzas de los nuestros son vergüenzas propias.

A esta respuesta poética podría ligarse una respuesta religiosa, no menos poética, según la cual el pecado de un ser humano puede condenar a la humanidad y sacrificio de otro puede salvarla. Es inevitable el recuerdo de aquel memorable personaje de “El Amor en los tiempos del cólera”, Hildebranda, la prima de Fermina Daza, que se siente manchada cuando se entera que una amiga suya ha cometido una falta a la lealtad en el amor, porque ella tenía un concepto universal del amor y pensaba que aquello que le ocurría a un ser humano le ocurría a todos los demás.

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Segunda: la pictórica

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La relación entre lo “psico” y lo “social” es semejante a la que existe entre las dos caras de la Cinta de Moebius, pintura del Artista Holandés Maurice Escher (1958).

La cinta de Moebius es una figura topológica, que gracias a una torsión en una banda, genera una realidad paradójica: en todos los puntos de la banda hay dos caras, una interior y una exterior, pero las hormigas inoficiosas de la pintura de Escher que recorren la banda, en cada recorrido pasan del exterior al interior, sin dejar de caminar por el mismo lado. Una banda, en la que tanto en las caras como en los bordes, el exterior y el interior son a la vez opuestos y continuidades el uno del otro.

El pintor, sin embargo, no se conforma con una banda de superficie consistente y la convierte en una red, con su envés y su revés, con sus nudos en los que se encuentran la urdimbre y la trama, una red paradójica, suspendida en el vacío perfecto de un fondo blanco, sobre la cual caminan inocuas hormigas hacia ninguna parte. La relación entre el interior de lo “psico” y el exterior de lo “social”, se puede pensar como una estructura moebiana. Lo que le pasa a los otros nos pasa a cada uno y nada de lo que pasa a cada uno deja de tener consecuencias en los otros.

Entonces podemos decir que en la subjetividad de cada ser humano se replica la comedia humana de la que participa. Todos tenemos en nuestro interior, santos y demonios, opresores y oprimidos, amos y siervos, víctimas y victimarios. La puesta en escena social continúa en nuestros sueños, en nuestros pensamientos y en nuestras fantasías, aun cuando nos retiramos a la soledad o al reposo nocturno. La vida-sueño sigue su desarrollo en el interior de la subjetividad y cuando volvemos a tomar contacto con el mundo exterior de la vida social, lo hacemos a partir de uno de los papeles existentes en nuestra novela interior, construida con restos de la novela exterior.

Dicho de otra manera, nuestro interior está construido con interiorizaciones de elementos externos, pero que allí se convierten en lo más propio, lo más íntimo, en lo particular, en la fuente misma de la resistencia, de la originalidad, incluso de la creatividad, que se exterioriza por medio de nuestras acciones y nuestros vínculos, que afectan y modifican nuestra realidad exterior, realidad que luego vuelve a interiorizarse en nosotros en el bucle incesante y espiralado de las hormigas que van y vienen del interior de nuestra subjetividad al exterior de nuestros vínculos, pero que en cada recorrido poseen un elemento cualitativamente distinto.

¿El individuo es un producto social o es la sociedad un producto de los individuos?, ¿Cuál es el límite entre lo psíquico y lo social? Quien insista en mirar la obra de Escher con estas preguntas terminará mirando su propio rostro perplejo en los inmensos ojos especulares de las hormigas.

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Tercera: la filosófica

George Herbert Mead, es el fundador de una de las grandes tradiciones de la psicología social que tomó primero la forma de la Escuela de Chicago y que es considerada por algunos autores como Tomás Ibáñez y Concepción Fernández, como el fundamento mismo de algunas de las corrientes actuales más representativas, como la Psicología Social Cultural, la Psicología Social Posmoderna, el Socio-construccionismo y la Psicología Social Discursiva.

Pero el interaccionismo de Mead, antes que Psicosociológico tiene una dimensión filosófica. Su obra clásica “Espíritu, Persona y Sociedad”, transcrita por sus alumnos, antes que un texto de Psicología Social es un tratado de Ontología con profundas implicaciones éticas. No gratuitamente Habermas le dedica un capítulo especial en su texto “Teoría de la Acción Comunicativa”.

Veamos una de las definiciones del “ser” humano que Mead nos aporta

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