“¿Qué es el yo? ¿Quién eres tú?

Unidad 1: El yo

• Resumen

• El yo

“¿Qué es el yo? ¿Quién eres tú?

Como criatura única y compleja que eres, tienes muchas formas de completar la frase “Yo soy…” ¿Cuáles serían las cinco respuestas que darías?” (Myers, 2003 p.22)

El yo consta por lo menos de dos grandes elementos: una parte evaluativa o reflexiva que juzga y evalúa como somos y una parte activa que muestra un estilo particular de reaccionar frente a los estímulos ambientales.

El yo es un conjunto de características o cualidades fundamentales de nuestras ideas y sentimientos acerca de las cualidades.

El yo se relaciona con las reacciones que la gente manifiesta frente a nosotros y proviene de ellas. El yo se desarrolla a través de la enculturación y la socialización.

La respuestas a las preguntas “¿Qué es el yo? ¿Quién eres tú?” definirán tu auto-concepto pero antes, con el yo designaremos una serie de características y con palabras antecedidas del prefijo “auto” nos referiremos a las evaluaciones, reflexiones, pensamientos y sentimientos relativos a las cualidades.

Hay muchos vocablos formados con el prefijo “auto” algunos de los más comunes son autoestima, autoconciencia, autoconcepto, autorespeto y autoidentidad, la mayoría de ellos indica algún juicio, evaluación o idea acerca de nuestros rasgos centrales. Veamos la definición de algunos de estos

• Autoconcepto

El autoconcepto está constituido por todo lo que el individuo considera suyo: cuerpo, familia, posesiones, estados de ánimo, emociones, conciencias, actitudes, valores y posición social. Es la percepción que tenemos de nosotros, y todo lo que consideramos nuestro (cuerpo, familia, amigos, creencias, valores) distribuidas en diversas dimensiones que reflejan las experiencias personales-socio-culturales de cada individuo.

Kimble dice que Cooley (1902) sostuvo que el autoconcepto se obtiene a través de las relaciones que tenemos en el ambiente social. A través de estos procesos el yo se construye a partir de lo que otros piensen del yo y de cómo se comportan con él. Este concepto de sí mismo no permanece estático a lo largo de la vida sino que se va desarrollando y construyendo gracias a la intervención de factores cognitivos y la interacción social a lo largo del desarrollo.

• Autopercepción

La autopercepción consiste en percibir nuestras emociones, nuestra personalidad, ideas, deseos, etc. En definitiva conocernos de la manera más íntima posible, para así poder formarnos una opinión sobre nosotros mismos, es lo que se conoce como introspección.

Claro que realizar una introspección no es algo fácil, es más la psicología social habla más bien de una comparación que hacemos con el mundo exterior respecto a nosotros y nuestros comportamientos, esto basado en la teoría de la autopercepción (Bem, 1972) que sostiene que deducimos las actitudes ajenas observando la conducta y las circunstancias conexas a ella, es decir, contempla la forma en que percibimos nuestras actitudes y preferencias. Los principios básicos de esta teoría son: Primero, nosotros somos los objetos de la percepción, es decir, nos percibimos exactamente como percibimos a los demás y segundo, para conocer nuestras actitudes, preferencias, y sentimientos consideramos dos factores: nuestra conducta y la situación en la que tiene lugar.

En resumen según esta teoría los efectos anteriores se deben a que la gente se basa en su propio comportamiento a la hora de deducir sus propias actitudes, de la misma forma que deduzco las actitudes de los demás a partir de su comportamiento. Pero hay un problema con la teoría que es que asume que las personas no tienen actitudes antes de que se produzca su conducta, sin embargo, suele suceder lo contrario, solemos tener actitudes antes de comportarnos de determinada forma. Y estas actitudes pueden cambiar como resultado de nuestro comportamiento.

Nosotros tenemos la libertad de tener actitudes, sentimientos o principios sin que nos impongan una conducta, por tanto, la teoría de la autopercepción sólo puede aplicarse a situaciones en las que aún no hay actitudes formadas o estas son muy débiles, por ende la mayoría de las personas pueden formar su autopercepción sin mucha influencia de su exterior en base a sus actitudes internas ya definidas acerca de cierto tema.

• Autopercepción de la emociones

Los investigadores de la autopercepción revelan que inferimos nuestras emociones de la información externa, no siempre estamos seguros de lo que sentimos, y en tales casos, hacemos atribuciones sobre nuestras emociones más que experimentarlas de forma directa. Se han suscitado considerables reflexiones sobre la atribución de las emociones, generadas por el trabajo Stanley Schachter, con sus investigaciones profundizó en el tema y propuso que si surge una emoción en las personas pero no estás seguros de lo que sienten, buscar claves en el entorno, entre ellas  la conducta de los demás con el objeto de dar con la interpretación correcta de sus sentimientos ambiguos.

Más claro, clasificamos las emociones propias al comparar nuestras reacciones con las de otros, en particular con personas que comparten la misma situación que nosotros entonces, nos atribuimos las mismas emociones que sienten los demás. (Worchel, 2002 p. 74)  

Pero de igual forma como esto pertenece a la teoría de autopercepción, está claro si tenemos actitudes previas a situaciones, nuestras emociones no estarán tan influenciadas, si en cierto grado, pero no en gran medida.

• Autoestima

La autoestima es el concepto que tenemos de nosotros mismos, la forma en la que nos evaluamos. Consiste en sentirse bien, agradarse uno mismo, ser simpático para la gente y recibir un buen trato, pensar que se tiene éxito y considerarse capaz de dirigir e influir en los demás.

Snyder y Fromkin (1980) Afirman que el autoestima se relaciona con la singularidad o unicidad. Sostienen que apreciamos  ser distintos de los demás en algunos aspectos

• Una persona tiene gran autoestima cuando destaca en algunas actividades que otro le han enseñado a apreciar (Kimble et. Al., 2003 p.53)

¿Cómo obtenemos la autoestima? Sin duda hay muchos factores que influyen en ella: las diferencias de experiencia atribuibles a nuestro aspecto, al lugar de donde crecimos, a la constelación familiar, a la cultura y al sexo y que depende de los éxitos obtenidos en relación con nuestras pretensiones

Ésta surge en cada individuo cuando compara su yo real con su yo ideal, de tal manera se juzga a sí mismo y establece no sólo el nivel en que ha alcanzado los patrones sociales y las expectativas que se ha formado de su autoconcepto, sino también el grado de competencia con que se desempeña en su entorno.

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