RELACIONES HOMBRE-ENTORNO: LA INCURSIÓN DE LA PSICOLOGÍA EN LAS CIENCIAS AMBIENTALES Y DEL DISEÑO
Enviado por bridny • 4 de Julio de 2014 • 3.204 Palabras (13 Páginas) • 975 Visitas
RELACIONES HOMBRE-ENTORNO: LA INCURSIÓN DE LA PSICOLOGÍA
EN LAS CIENCIAS AMBIENTALES Y DEL DISEÑO
Serafín Mercado Doménech, Javier Urbina Soria,
Patricia Ortega Andeane
Como la mayor parte de las disciplinas científicas, la psicología ha tenido en los últimos años un
amplio desarrollo que se ha dado en dos niveles.
El primer nivel es interno y se refiere a los avances logrados en las áreas especificas de la
psicología y al trabajo intradisciplinario. El segundo atañe a la mutua colaboración e influencia que
se ha dado entre la psicología por una parte y diversas profesiones por otra, constituyendo
actividades multi e interdisciplinarias.
Compartiendo ambos niveles de acción ha surgido hace relativamente poco tiempo un
nuevo campo de contenido denominado “Psicología Ambiental”, que ha reunido algunos temas
tradicionales de la psicología como percepción, desarrollo, personalidad, etc., con otros de
profesiones como la arquitectura, el urbanismo, la ecología, la sociología, la antropología, etc.
El campo ha crecido rápidamente y en la actualidad cuenta con numerosos investigadores
y publicaciones que lo abordan desde diversas perspectivas. En varias universidades de Estados
Unidos y de Europa se imparten cursos de doctorado en psicología ambiental, a lo cual Leona
Tyler (1981) ha incluido entre los temas que están expandiendo las fronteras de la psicología, y
Claude Levy Levoyer (1982) la ha planteado como el centro de la evolución conceptual en
psicología.
Definir a la psicología ambiental no es una tarea fácil, ya que numerosas han sido las
revisiones sobre el área (Craik, 1973; Stokols, 1978; Canter y Craik, 1981; Rusell y Ward, 1982 y
Holahan, 1986) y los teóricos no han llegado a unificar un criterio; sin embargo, algunos de sus
primeros estudiosos mencionan cuatro características que la definen: 1) trata del ambiente
ordenado y definido por el hombre; 2) nace de apremiantes problemas sociales; 3) es de
naturaleza multidisciplinaria y 4) incluye el estudio del hombre como parte principal de todo
problema (Proshansky, Ittelson y Rivlin, 1970). Los mismos autores plantean una serie de hipótesis
básicas sobre el punto de la influencia del ambiente físico en la conducta, que resumiremos en sus
propias palabras: “Hablar de modificar la conducta humana con un cambio en el medio físico sea
una sala de psiquiatría, un salón escolar, una comunidad urbana o cualquier otro medio físico no
sólo supone que existe una relación entre ambos factores, sino también que la relación anida en la
estabilidad y la consistencia de las respuestas humanas al medio físico” (Proshansky, Ittelson y
Rivlin 1970).
Para Craik (1973) el interés de la psicología ambiental radica en su carácter
multidisciplinario y como tal es difícil su definición, por lo que el término general del estudio de las relaciones del hombre con su ambiente es bueno para todas las áreas, y cada una de ellas lo
particularizan dentro de su disciplina. Por ejemplo, el término psicología arquitectónica se ha
utilizado en el estudio de fenómenos conductuales relacionados con el entorno construido, así
como el término de psicología ecológica adoptado por los seguidores de Roger Barker, pero de
manera general la psicología ambiental parece ser en términos teóricos neutral.
En tanto que Craik (1973) enfatiza el carácter multidisciplinario de la psicología ambiental,
otros en cambio lo retoman como una rama y perspectiva de la psicología; tal es el caso de Rusell
y Ward (1982), quienes en su revisión dan la siguiente definición “. . . La psicología ambiental es el
área de la psicología interesada en proveer de un manejo sistemático las relaciones entre el
hombre y su ambiente-conducta”, Rusell y Ward (1982) enfatizan el nivel de análisis molar, con el
cual se extienden las fronteras de la psicología más allá del estudio de la respuesta inmediata a un
estímulo inmediato, e incluyen el estudio de la conducta organizada en un periodo de tiempo y en
relación con ambientes a gran escala, A partir de la perspectiva molar Palys y Little (1980)
mencionan los proyectos personales, que son episodios conductuales en una secuencia
significativa. Estos proyectos personales dependen de las oportunidades que ofrece el ambiente en
que uno vive. En esta perspectiva molar de la organización conductual se adopta y entiende la
conducta en un nivel subjetivamente significativo; es decir, aquél en el cual la gente planea sus
actividades diarias, va al trabajo y regresa a casa, un nivel de gran importancia teórica y práctica.
Dadas estas consideraciones, es importante mencionar la premisa teórica de que cualquier
conducta es causa de la situación en que ésta ocurre. De tal forma que la conducta que ocurre en
un escenario estaría fuera de lugar en otra situación. Esta especificación de la conducta por el
lugar es una de las más importantes premisas de la psicología ambiental. Así como el énfasis en el
tiempo, ya que sabemos por ejemplo que una experiencia placentera o desagradable en un lugar
afecta la conducta que se emitirá en el siguiente lugar visitado (Sherrod, Armstrong, Hewitt,
Madonia, Speno y Teruya, 1977).
De esta forma, el ambiente se vislumbra más que como un simple estimulo como un
complejo de lugares inmediatos y distantes, psicológicamente arreglados en una jerarquía en la
que cada lugar es parte de uno mayor y que puede ser subdividido en otros más pequeños. El
ambiente es más que un antecedente de la conducta, ya que ofrece oportunidades para la acción
futura.
Por último, Canter y Craik (1982) han propuesto una definición más precisa de la psicología
ambiental: “. . .el área de la psicología que conjunta y analiza las interacciones de las experiencias
y acciones humanas con aspectos pertinentes del medio sociofísico”.
Una vez definida la psicología ambiental pasaremos a describir sus campos de contenido,
para lo cual nos guiaremos por el cuadro que elaboró Daniel Stokols (1978).
FORMAS DE TRANSACCIÓN
En este cuadro se presentan las dimensiones básicas de transacción del hombre con su ambiente:
las formas, que pueden ser cognoscitivas (simbólicas) o
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