RESILENCIA Y LA APLICACIÓN DE ÉSTA EN MI VIDA

RESILENCIA Y LA APLICACIÓN DE ÉSTA EN MI VIDA

Se puede definir a la resilencia como la capacidad para afrontar la adversidad y lograr adaptarse bien ante las tragedias, los traumas, las amenazas o el estrés severo.

Esto no quiere decir que las personas resilentes no sufran, o sientan dolor, sino que aunque ciertos sucesos tengan un gran impacto en la vida de dichos individuos las personas logren sobreponerse y adaptarse bien a lo largo del tiempo.

Al investigar en diversos sitios sobre lo que es resilencia me di cuenta de que no es nada más que la capacidad para recuperarnos de los contratiempos, es decir, de adaptarnos, no siempre se está en la zona de confort, y muchos no estamos preparados para salir de ella, pero a la vida no le importa si estás listo o no.

La teoría evolucionista  de Charles Darwin enuncia que “Sobreviven sólo los que se adaptan mejor al cambio” y aunque seguramente esta aseveración la hizo con respecto a la evolución física segura estoy que hoy en día esto incluye el correcto funcionamiento mental, ya que con las presiones de la vida cotidiana en la ciudad es natural sentirse agobiado.

Nunca antes había leído acerca de la resilencia, y sin duda alguna la he tenido que desarrollar (sobre todo a partir de haber entrado al tecnológico) es difícil mantener una positiva salud mental cuando tienes tantas presiones escolares, y tantas responsabilidades en tu hogar, si bien es cierto que he llegado a derrumbarme y caer en el llanto por no saber hacer frente a las adversidades, pero después de liberar todo el estrés, miedo, tristeza y nostalgia pienso con claridad y llego a la conclusión de que todo lo que hago es con la finalidad de alcanzar una meta que ya me he fijado.

Considero de gran importancia desarrollar esta capacidad y aunque llegué a la conclusión de que son las caídas y las tragedias las que te hacen desarrollarla sin siquiera darte cuenta quizá si supiéramos de la existencia de la resilencia podríamos tardarnos menos en fortalecerla, mi mamá dice que no hay mal que por bien no venga, y ahora entiendo eso, no se trata de no sentir dolor, o de no fracasar, sino de hacer frente a la adversidad y superar.

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