Rol De La Madre
Enviado por j777 • 21 de Febrero de 2013 • 781 Palabras (4 Páginas) • 1.492 Visitas
No cabe duda de que la mujer de nuestro tiempo se enfrenta cada vez más a un cúmulo de desafíos y responsabilidades que exigen de ella el deber de escoger entre múltiples opciones de vida. Existe la oportunidad y la presión de la sociedad actual para desarrollarse y ser exitosa en muchas áreas.
La generación de mis padres, la mía y la de mis hijos, no tienen la misma jerarquía de valores. El miedo, el chantaje y la culpa eran los puntos de apoyo de la conducta, nos recordaban a cada momento ¡“Dios te va a castigar”
Ser madre es el más bello oficio del mundo; la misión es el ejemplo de todas las virtudes domésticas y sociales. En su entrega saben de la angustia, la fatiga, y en ocasiones el desencanto de criar a un hijo. Actualmente ser madre es más difícil, con el temor de “traumarlos” la autoridad perdió fuerza, los hijos imponen su voluntad. En contadas ocasiones la madre recibe honores, si obtiene buenas calificaciones, la institución escolar es buena, si baja su rendimiento la causa es qué la mamá no lo apoya. Si resulta la oveja negra buscan la causa en los genes de la familia.
El rol de la madre ha estado definido la crianza y la educación de los hijos, hablando de una familia bien consolidada con un padre proveedor, comprometido con la responsabilidad de una familia. Sin embargo cada día más mujeres se incorporan a la fuerza laboral, según las estadísticas tres de cada diez mujeres son jefas de familia, es decir son madres solteras o divorciadas. Los hijos pierden madre ya que la mamá pasa a ocupar el rol del padre, los hijos al mes de nacidos pasan las horas en la guardería. Las madres al desempeñar los dos roles viven agotadas por la doble jornada de trabajo. El resultado un alto índice de depresión.
Anteriormente las madres después del parto contaban con ciertos privilegios mientras se dedicaban a amamantar al bebé como, servicio doméstico, la cooperación de las vecinas o de familiares, hasta que se recuperaban. Las costumbres se transmitían de madres a hijas. En algunos pueblos criaban cuarenta gallinas con las que les preparaban caldo de pollo todos los días.
En las grandes ciudades las horas del día resultan insuficientes para realizar las labores cotidianas. Aún con el ahorro en tiempo de los pañales desechables, la comida preparada, por la falta de descanso, las madres están al borde de un ataque. Decía mi abuela: cuando Dios te de un hijo tiembla de la responsabilidad que acaba de nacer, tu vida nunca volverá a ser la misma.
Cuando están chiquitos los problemas son chiquitos, cuando están grandes los problemas son enormes. Las madres del siglo 21 tienen un deber enorme con los hijos, necesitan ser sensibles para expresar sentimientos y firmes para poner límites. Para esta labor son necesarias herramientas que se adquieren al prepararse, ya que los enemigos son bárbaros: la cultura desechable,
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