SATISFACCIÓN DE LAS NECESIDADES HUMANAS, CAMINO PARA MEJORAR EL FUNCIONAMIENTO PRODUCTIVO DE LAS ORGANIZACIONES.

SATISFACCIÓN DE LAS NECESIDADES HUMANAS, CAMINO PARA MEJORAR EL FUNCIONAMIENTO PRODUCTIVO DE LAS ORGANIZACIONES.  

     A lo largo del tiempo, se han venido proponiendo métodos que le permitiera a las organizaciones mejorar, tanto en aspectos productivos como sociales, estos métodos se han enfatizado en diferentes aspectos organizativos, como lo es la calidad de los procesos productivos hasta la mejora paulatina de sus empleados, y la calidad de vida de los mismos, es por esto que a través de numerosos estudios se ha logrado identificar  aquellas necesidades que son fundamentales en el desarrollo del capital humano (comúnmente nombrado), la motivación se ha convertido en el mayor impulso para mover la sociedad; la evolución de esta, ha llevado al ser humano a cuestionar cómo orientar sus preferencias, gustos, anhelos y mayores deseos. En la búsqueda de satisfacer este bienestar, el hombre siempre está en un estado de necesidad permanente.

     Ahora bien, Abraham Maslow, un reconocido psicólogo estadounidense, en el año 1943 formuló la “teoría de la motivación humana”, la cual plantea una jerarquía de necesidades que el ser humano busca satisfacer.  Maslow describe esta teoría como una pirámide de 5 niveles orientadas a la supervivencia o al crecimiento. Las necesidades básicas se ubican en la parte inferior y las racionales en la parte superior, a medida que va satisfaciendo dichas necesidades va subiendo su nivel hasta lograr lo que él llama su “autorrealización”. A lo largo del texto se desarrollará cada categoría.

     Maslow (1943) expuso en su teoría que  la motivación humana y la del trabajo están determinadas por el deseo de satisfacer un conjunto de necesidades jerarquizadas. Según él, estas necesidades se componen en 5 conjuntos: fisiológicos, de seguridad, de asociación, de estima y de autorrealización.

     En el primer nivel se encuentran las necesidades fisiológicas: siendo estas las más básicas ya que están relacionadas con la supervivencia del individuo, el respirar, alimentarse, descansar, el deseo sexual, hace parte de este. Sobre estas necesidades se fundamentan las demás; debido a que si una persona tiene hambre o sueño sólo pensará en cómo satisfacer dicha necesidad, pasando sus demás necesidades (comprar un auto, joyas, etc) a un segundo plano, Canales, López, Monterrubio, Orth & Velásquez (1994)  así lo reafirman:

Para nuestra persona con hambre crónica y extremada, la utopía se puede definir simplemente como el lugar donde hay mucha comida  [...] cualquier otra cosa será definida como algo sin importancia, la libertad, el amor, el sentimiento de comodidad, el respeto, la filosofía, todas se pueden rechazar como cursilerías que son inútiles ya que no sirven para llenar el estómago. (p.112)

     Una vez el individuo logra satisfacer las necesidades más básicas, se empezará a preocupar por su seguridad, estas necesidades se convertirán “en una fuerza que domina la personalidad” (Elizalde, A., Martí, M., & Martínez, F., 2006, p. 5)

     En el segundo nivel se encuentra la necesidad de seguridad, “la mayoría de personas sólo logran llegar a este nivel (...) se expresan en la preocupación de ahorrar, por comprar bienes y seguros, para obtener una vida ordenada, cierta, y un futuro predecible” (Elizalde, A., Martí, M., & Martínez, F., 2006, p. 5), en esta etapa, el individuo puede llegar a sentir cierto nivel de confort, porque es capaz de asegurar su futuro, y no tiene problema para mantenerse en estabilidad.

     En el tercer nivel se ubica la necesidad de asociación, lo afectivo, la pertenencia y participación social, estas surgen cuando las necesidades de primer y segundo nivel han sido cubiertas y satisfechas. Está en la naturaleza del ser humano socializar con más personas, sentirse aceptado e integrado en un grupo (de familia, trabajo), el recibir y dar afecto.  Canales et al. (1994) manifiestan que una “persona tendrá hambre de relaciones con personas en general - de un lugar en el grupo o la familia- y se esforzará con denuedo para conseguir esta meta” y cómo no, si los seres humanos no somos hongos, en algún momento surgirá la necesidad de interactuar o relacionarse con alguien más.

     Las necesidades del ego o estima ocupan el cuarto nivel, se entiende como la necesidad de amarse y aceptarse así mismo logrando reflejar respeto a otras personas, en este punto, el individuo busca tener un reconocimiento por parte de los demás,

M^[a]aslow agrupa estas necesidades en dos clases: las que se refieren al amor propio, al respeto a sí mismo, a la estimación propia y la autoevaluación; y las que se refieren a los otros, entre las que destacan las necesidades de reputación, condición, éxito social, fama y gloria. (Araya Ramírez, 2007, p. 9)

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