SOCIEDADES EXCLUYENTES

SOCIEDADES EXCLUYENTES

Antes que nada, tenemos que entender que todo sujeto vive, actúa, piensa, se vincula, se organiza, se desarrolla, convive, se reproduce, cambia y se constituye dentro de una sociedad ya que, si no hay sociedad de ninguna manera puede haber sujetos y viceversa una sociedad no puede existir sin éstos.

Cada sociedad contiene un sistema de interpretación del mundo, es decir, cada sociedad tiene un sistema de interpretación, una dotación de sentido; y es aquí donde los sujetos se sociabilizan ya que dentro de la misma se encuentran las instituciones que son las encargadas de la regulación del sujeto, cada una con un diferente modo pero todas con el mismo fin: regular. 

Las instituciones tienen un papel muy importante en la constitución del sujeto, porque desde que nace sin quererlo, éste ya está anclado en ellas, y son éstas las que dotan de significantes al sujeto quien hace suyas ciertas conductas, pensamientos, proyectos, ideales, entre otros, que le fueron instituidos para regularlo, por lo tanto nada de lo que dice, hace o piensa es auténtico, porque va impregnado y tiene la huella de las instituciones por las que ha sido atravesado, no obstante, esto no quiere decir que todos los sujetos son iguales puesto que cada uno resignifica de diversa manera lo que ha vivido, encontrando de esta manera la singularidad en cada sujeto que vive en sociedad.  

Aunque se busca que cada individuo tenga una singularidad, también es de suma importancia que todos los sujetos pertenecientes a una sociedad determinada, tengan las mismas dotaciones de sentido; un sujeto que no forma parte o es excluido de la sociedad simplemente no existe, no sobrevive, pues no tiene ese otro en el cual se pueda reflejar, la integridad física no resiste la ausencia de un reconocimiento por parte de alguien que lo enuncie como sujeto, es por esto que debemos inquirir de qué forma y cómo cada sujeto participa desde su posición singular en la construcción colectiva que se realiza dentro de esa sociedad a la que necesariamente se encuentra vinculado.

Pero, ¿Qué pasa cuando los individuos no asumen las mismas significaciones de sentido de la sociedad a la que se encuentran vinculados? Para garantizar que la sociedad siga con el objetivo por el cuál fue constituida, es necesario eliminar esa alteridad. Cada sociedad impone a través de instituciones “el deber ser” de cada sujeto que la integra, como decía anteriormente, éstas son las encargadas de integrar a los individuos conforme a su color, raza, lenguaje, religión, etc.;  cuando uno de los sujetos no cumple con lo instituido, éste tiene que ser excluido, apartado de los demás, ya que puede afectar a la sociedad misma, pero cuando me refiero a que puede afectar a la sociedad, no se habla necesariamente sobre altercados físicos entre sujetos, sino van desde lo imaginario, por ejemplo en una sociedad creyente de lo religioso, aquellos sujetos ligados a pensamientos lógico-científicos ponen en amenaza los significantes instituidos, por lo tanto en forma de prevención a éstos se les excluye con castigos morales, sociales y psicológicos, sin necesidad de llegar a la represión o eliminación física, que no quiere decir que no haya grupos donde la alteridad es controlada mediante esas instancias, como claro ejemplo tenemos a la sociedad Alemana de los años 40’s frente a la comunidad judía, gitana, cualquiera que no cuadrara con los estándares arios. En base a éste ejemplo podemos inferir que la alteridad, la otredad no es más que una clasificación subjetiva, formada a partir de los conceptos de las instituciones de cada sociedad.

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