“Salud y enfermedad mental para Hartmann”

“Salud y enfermedad mental para Hartmann”

Como seres humanos siempre hemos estado buscando el bienestar en nuestras vidas, es decir, salud. Uno de los principales cuestionamientos ha sido ¿Qué criterios debemos tomar en cuenta para decir que estamos sanos?, dicha pregunta ha sido tema de discusión y ha llevado a otros grandes cuestionamientos que han llevado a las disciplinas de la salud a teorizar e investigar sobre el tema.

Los psicólogos nos hemos encargado de dar respuesta a dicho cuestionamiento desde lo que nosotros conocemos, es decir, la salud mental. La OMS (2013) la define como un estado de bienestar en el cual el individuo es consciente de sus propias capacidades, puede afrontar las tensiones normales de la vida, puede trabajar de forma productiva y fructífera y es capaz de hacer una contribución a su comunidad.

Es por esto que en este ensayo vamos a darle respuesta a ese cuestionamiento desde la perspectiva teórica de Heinz Hartmann (1894 – 1970) fundador de la corriente de la Psicología del Yo. Por lo cual es primordial que entendamos que Hartmann (1939) consideraba que en las normas y conceptualizaciones predominantes en una sociedad, las valoraciones subjetivas desempeñan un papel considerable explícita o implícitamente. El concepto de salud no es la excepción, por lo que se puede encontrar variaciones considerables en periodos distintos y entre diferentes personas. Por tanto, el criterio de demarcación de lo saludable se hallaría bajo la influencia de un factor subjetivo, que depende de las condiciones culturales, sociales e individuales (Cubas, 2006).

Dicho autor (1939) también consideraba que hallarse libre de síntomas no es condición suficiente para estar sano y que las personas sanas deben ser capaces de sufrir y de sentirse deprimidas (Cubas, 2006). Frente a todo esto tomando como punto de partida la psicología del Yo, Hartmann elabora una propuesta de salud mental, cuyo punto de llegada es la adaptación y la fortaleza yoica (Cubas, 2006), es decir, para Hartmann no se habla de salud o enfermedad, sino de mejor adaptado o no adaptado.

Para entender la propuesta debemos conocer su teoría, en la cual él principalmente decía que el Yo es más importante que el Ello y el Superyo, y que esté no viene del Ello, si no que viene de fuentes distintas por lo que el sujeto desde que nace tiene un “Área libre de conflicto del Yo”. Dicha área se define como: “un conjunto de funciones que, en un momento determinado, tienen efecto fuera del campo de los conflictos mentales…no me refiero a una provincia de la mente, cuyo desarrollo está inmune a los conflictos, sino más bien a aquellos procesos que en un individuo dado, permanecen empíricamente fuera de la esfera del conflicto mental” (Hartmann, 1939, pág. 17.) Este punto de vista supone la existencia de una dotación individual de funciones (percepción, memoria, motricidad, capacidad de síntesis y de asociación, etc.) con las cuales el sujeto desde el mismo momento de nacimiento se enfrenta a las dificultades que le imponen tanto sus propios impulsos como la realidad externa. Es por esto que el autor dice que el término “yo fuerte” tan utilizado en el psicoanálisis, se refiere a la solidez y disponibilidad del Yo para recurrir a estas funciones autónomas, ya que estas nos ayudan en el proceso de adaptación del Yo a la realidad externa (Como se citó en Bleichmar & Leiberman, 2012).

Otras características del “área sin conflicto del yo” son: que no es un sector fijo, establecido de una vez y para siempre. Su extensión cambia de manera dinámica, momento a momento. Además Hartmann cree que las funciones autónomas son la base filogenética de los mecanismos de defensa que utiliza el Yo; son moldes sobre los cuales podrán, en el curso del desarrollo psíquico, armarse las distintas modalidades defensivas (Bleichmar & Leiberman, 2012).

Los mismos autores nos

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