Sentimientos Y Anhelos De La Clase Media Mexicana

Los sentimientos y anhelos de la clase media mexicana

El mexicano se mueve en un terrero inhóspito, carente de seguridad; piso prestado, abonos que le brindan un anhelo de seguridad mensual. Pero a pesar de todo siente que su territorio es de él. Cuando se logra sustituir la carencia se llega a lo cursi. Es preciso hacer un baile de quince años o adecuarse a la moda: tul, azahares, beso fingido de los novios. La crisis más profunda es social, pero no se apartan de la política y economía. Sin embargo la crisis social es el resultado de un problema histórico siempre presente y nunca resuelto, por la enorme distancia y el antagonismo entre las clases o grupos que forman la sociedad mexicana. Para los mexicanos lo urgente no es igual a lo importante. Y eso es justamente lo que está ocurriendo hoy en el debate público mexicano y con las interminables maniobras políticas a que ha dado lugar, las elites políticas y económicas tanto las que están en el poder como sus rivales, se disputan el derecho a gobernar, el poder se centra en solo unos pocos, la riqueza también. Sin embargo ya está la puerta la tercera crisis: la social esta ultima puede tener efectos más importantes que la otra dos, pero hasta hoy ha sido percibida como menos urgente por quienes manejan los asuntos públicos, pues no es fácil resolverla, esto se va a ver reflejado hasta que afecte directamente a las clases de la elite política elevada. Las disputas en el control de poder político y la dirección de la economía son los temas urgentes que acaparan la atención de las clases políticas pues lo que ahí ocurre le afecta de manera inmediata. Algo así muy similar se puede decir sobre paridad del peso frente al dólar y su relación instantánea con la inflación, la tasa de interese etc. Sin embargo por importante que sean estos temas, palidecen frente al tercero. En el espacio de lo social, los cambios y sus efectos son generalmente muy lentos e impersonales pero también son muy profundos, tanto su incubación como su solución casi nunca pueden ser rápidas, pero la reversión de su tendencia e inercias toman años, décadas, generaciones. En este medio en el cual la mujer tiene una participación importante dentro del crecimiento económico, se descuida la parte personal de las familias. En suma, en nuestro país existe una aguda conciencia de la naturaleza del problema social y una evidente insatisfacción con el desempeño de instituciones de liderazgo. Una sociedad así agresiva y desmoralizada donde le sobran razones para ello, no es el mejor campo para preservación de la estabilidad y menos para la construcción de confianza en el futuro, elemento indispensable para tener éxito en la economía global.

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