Siquiatría Y Antipsiquiatría
Enviado por Pa8199 • 4 de Febrero de 2015 • 1.030 Palabras (5 Páginas) • 201 Visitas
Psiquiatría y Antipsiquiatría
Al hablar de la violencia en psiquiatría, la violencia que nos enfrenta descaradamente dando gritos, proclamándose violencia en alta voz (como lo hace muy pocas veces), es la violencia sutil y sinuosa que las personas “sanas” perpetran contra los rotulados “locos”.
Las definiciones de salud mental propuestos por los expertos por lo general arriban a la noción conformismo, a un conjunto de normas sociales más o menos establecidas o, en caso contrario, tan convenientemente generales –por ejemplo-, “la capacidad para tolerar el conflicto y desarrollarse a través de él”.
En una representación esquemática, que sirve para nuestros propósitos, se limita a una terminología muy convencional, descubrimos en primer término el punto de inserción de la persona individual. A partir de ese punto la persona se desarrolla el sentido de ir progresivamente admitiendo, registrando y luego actuando sobre las cosas que sus padres pensaron, sintieron y posteriormente le enseñaron como “correctas”. Junto con esto se aprende el rol social. Si todo se desarrolla bien en la familia y en la escuela, el individuo llega el punto de “crisis de identidad” de la adolescencia, en el que en efecto, hace el balance de todo lo que ha condicionado hasta ese momento, de todas sus identificaciones previas, de todas las cosas de las que “fue hecho”.
Después, con mayor a menor éxito, se proyecta en un futuro independiente, pero que de modo necesario, a menos que haya habido algún error afortunado, lo reduce a lo convencionalmente aceptado. A partir de ahí, vive cuarenta o cincuenta años en los que prácticamente es el mismo estado, aunque por un proceso de acrecentamiento se convierte en más “experimentado”, “prudente”, desarrolla una mayor capacidad para adoptarse a circunstancias cambiantes, sabe que es lo “mejor”.
A partir del nacimiento la mayor parte de las personas progresan a través de las situaciones de aprendizaje hasta que logra la normalidad social, también la mayoría se detiene es ese estado de normalidad, otras se derrumban duramente en el proceso y retroceden a lo que llamamos “locura”. Otras, muy pocas, logran deslizarse a través del estado de inercia o detención representando por la normalidad estadística alineada y avanzan hasta cierto punto por el camino de la salud, con la coincidencia de los criterios de la normalidad social, de tal modo que pueden evitar la invalidación (éste es siempre un juego riesgoso). La normalidad está lejos, no sólo de la locura sino también de la salud. La salud está cerca de la locura, pero entre ambas subsiste siempre una brecha, una diferencia decisiva. Vive y luego muere, es conocido, recordado y luego olvidado.
En el hospital psiquiátrico, con una habilidad infalible, la sociedad produjo una estructura social que en muchos aspectos reproduce las peculiaridades enloquecedoras de la familia del paciente. En este se encuentran psiquiatras, administradores, enfermeros, que son como sus padres, hermanos y hermanas, y se desarrollan en un juego interpersonal que demasiado frecuente se asemeja, con sus intrigadas reglas, el juego el cual el paciente fracasó en el hogar.
De modo que la familia, para preservar, su modo de vida inauténtico, inventa una enfermedad, la ciencia médica, inventa una enfermedad, la ciencia médica, sensible a necesidades sociales tan ampliamente
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