Sobre Los Origenes De La Psiquiatría
Enviado por giovannaaaa28 • 18 de Abril de 2013 • 2.480 Palabras (10 Páginas) • 366 Visitas
I. A partir del texto de Desviat refiérase a los contextos socio-culturales que posibilitaron el surgimiento de la “Antipsiquiatría”. Reflexione entorno al rol de la política en tanto posibilita o no la emergencia de particulares prácticas sociales (en este caso asociadas a la Psiquiatría).
La Antipsiquiatría surge como una manifestación a la crisis que se desarrolla luego de la segunda guerra mundial y la crisis de las ciencias en general.
Luego de las dos guerras mundiales, comienza a surgir en las personas, un cuestionamiento y una preocupación por los valores y las necesidades del hombre. Sin embargo, existe una gran barrera en cuanto a la política y el gobierno, ya que están orientados a un capitalismo global y un crecimiento económico que reduce la subjetividad de las personas a una realidad absoluta dominante. Debido a esto, las personas comienzan a sentirse reprimidas y coartadas de libertad, sintiendo al gobierno como enemigo, surgiendo de esta manera la rebelión y el oposicionismo manifestado en revueltas estudiantiles y de los ciudadanos que luchan por las verdaderas necesidades de los hombres, queriendo romper con la dicotomía entre lo individual y lo político. Esta situación comienza a ser conocida en el resto del mundo y de esta manera surge también la rebelión hippie en América, por ejemplo.
La Antipsiquiatría emerge entonces dentro de este contexto político, el cual da las pautas para que esto suceda, ya que nace como una propuesta de libertad sin restricciones para los pacientes, diferenciándose así, totalmente de la psiquiatría tradicional, promoviendo la no violencia.
Es así, como el contexto político da lugar a que emerja la antipsiquiatría y el contexto sociocultural a su desarrollo. De esta forma, también se vive en otros países, como un movimiento comunitario de reforma asistencial con formas alternativas de terapia. De igual modo, se vivió como un movimiento anti dictadura, luchando por la libertad de las personas, y en otros, como una reforma asistencial que terminan por abolir la existencia de los manicomios, que es la principal característica de esta nueva práctica médica asistencial. Sin embargo, todos estos cambios dependen específicamente del contexto de cada país en el que se desarrollan.
II. Refiérase a la noción de “panacea” en Foucault y su relación con la cura en el ámbito de la medicina (y en este caso el tratamiento para la locura).
La panacea, corresponde a la cura universal de las enfermedades y es requerida por muchos para el progreso de la medicina. Luego, al descubrirse las propiedades del opio, el cual adormece los nervios evitando que la enfermedad se siga expandiendo por el cuerpo, cambia el foco de atención y requerimiento. Sin embargo, el tratamiento farmacológico cambia la concepción de cura universal de la enfermedad, buscándose la cura para cada una, pasándose a un orden racional de su tratamiento. De esta manera, la medicina se toma de esta concepción y lo instaura como método de tratamiento especializado.
No obstante, el tratamiento de la locura no va acorde a los avances en la industria de la medicina y farmacología, ya que no es tratada por médicos, sino que más bien se encuentra al margen del positivismo y de su progreso racional, quedando en manos de una medicina “alternativa”.
La locura por lo tanto, vista como la decadencia del hombre en cuanto a pecado e inmoralidad, se trata en base a la panacea, que si bien había sido absuelta por la medicina, queda como método de tratamiento para la locura. Es válido de esta forma, curar la enfermedad/locura tomando sangre de serpientes por ejemplo. La medicina en otras palabras, no se hace cargo de la locura.
Sin embargo, pasado el tiempo, el concepto de panacea es reemplazado por el concepto de cura, existiendo un cambio radical en la época en que la cura va ligada al tratamiento terapéutico, donde prima el saber científico, y donde surge la relación médico paciente, al haber una persona que sufre frente a alguien que sabe de ese sufrimiento.
III. Para Castel, ¿qué ocurre con los componentes ideológicos de la práctica médica a partir de la instauración de dicha disciplina para el tratamiento de la locura? ¿Qué contradicciones se perpetúan y siguen sin ser resueltas?
La locura en sus inicios, era tratada como un problema que afectaba a la sociedad, desde dispositivos de control ejercidos por el Estado. Aquellas intervenciones, que comprendían actos represivos, eran legitimadas aún siendo arbitrarias. Sin embargo, el Estado se ve en la necesidad de desviar esa arbitrariedad, habiendo una reestructuración del poder del Estado. Luego, con la ruptura que se va gestando con el Antiguo Régimen en pro del nuevo sistema social contractual burgués, que nace tras la Revolución Francesa, surge la necesidad de una reorganización de los poderes, donde comienza un respeto por la libertad de los ciudadanos soberanos y donde la locura debe ser tratada en base a un nuevo estatuto, viéndose al loco como enfermo y diferenciándose así de las demás alienaciones. Esto con la necesidad de que la sociedad burguesa pueda ser resguardada de este tipo de personas que perturban el orden social.
La medicalización surge entonces, para defender un orden social racional. Se necesitan instituciones nuevas y terapéuticas que den solución al nuevo estatuto del enfermo mental. El loco plantea un problema distinto de los demás alienados, es una figura generalizada de asociabilidad, al actuar sin razón. La medicina mental entonces, se basará en la benevolencia a través de la filantropía, posicionando al loco fuera de las categorías judiciales de la nueva sociedad burguesa. La piedad ocupará el lugar de la ley donde ésta no puede expresarse por su propia forma, lo que para Castel significa un paternalismo que encubrirá una relación de tutelaje y dominación.
Para Castel, esta nueva forma de internamiento, no es más que una forma moderna y sutil de las antiguas ordenes del Rey, ya que también se trataría de encierros arbitrarios, justificados por motivos curativos de aislamiento, pero que de trasfondo tienen una connotación arbitraria de poder, por el resguardo del orden público. Sin embargo, el tratamiento será con frecuencia una especie de sanción, ya que “la represión del loco es enmascarada” al estar justificada por la racionalización terapéutica. Vendría siendo de alguna manera, una metamorfosis, en que el encierro rudimentario pasa a un dispositivo más elaborado e institucionalizado, con nuevas racionalizaciones y especialistas. El autor, plantea que medicalizar al fin y al cabo, es “desplazar” el problema, ocultando su carácter sociopolítico, ya que el médico sólo podrá perfeccionar el sistema de intervención dentro de un
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