Somniferos

"Dormir es tan necesario como comer", dice. Somníferos: Que no sean una pesadilla

Monterrey, México (8 febrero 2008).- La vida moderna, el estrés y los malos hábitos de las personas están convirtiendo al insomnio en un problema que puede convertirse en una verdadera pesadilla cuando un frasco de somníferos no se utiliza de la forma correcta.

La automedicación, el uso inadecuado y la mezcla de medicamentos como el diazepam, el temazepam, el alprazolam y la doxilamina se ha vuelto un coctel que muchas veces puede provocar la muerte.

Un ejemplo es el caso de Heath Ledger, actor de Hollywood, quien falleció el 22 de enero y cuya autopsia concluyó que murió por una sobredosis accidental al mezclar analgésicos, pastillas para dormir y fármacos contra la ansiedad.

Como él, otros famosos, como Justin Chambers, el Dr. Alex Karev de la serie Grey's Anatomy, y personas comunes y corrientes están llegando a un punto de no poder conciliar el sueño y tener que pedir ayuda de especialistas para poder descansar.

Reyes Haro Valencia, presidente de la Sociedad Mexicana para la Investigación y Medicina del Sueño, afirma, en entrevista vía telefónica, que el insomnio o incapacidad para conciliar el sueño se ha vuelto un trastorno muy común entre los mexicanos.

"Tres cuartas partes de la población mexicana padece algún tipo de trastorno del sueño y de eso, el 20 por ciento es insomnio", dice. "Y un 15 por ciento padece el tipo crónico, mismo porcentaje de mexicanos que usan de forma crónica los medicamentos".

La World Sleep Foundation señala en un estudio publicado en el 2007 que el problema es algo global, pues el insomnio ataca a 70 millones de estadounidenses, quienes gastan más de 98 millones de dólares en píldoras para dormir y 50 millones en tabletas de cafeína para permanecer despiertos en el día.

Píldoras adictivas

El tratamiento que normalmente se da a los pacientes con un insomnio crónico, es decir, aquel que aqueja a una persona por más de tres meses continuos, son las píldoras para dormir, somníferos o los antiguamente llamados barbitúricos.

Sin embargo, coinciden los especialistas, el problema no radica en consumirlos, sino en hacerlo en exceso y sin prescripción médica.

"Hace algunas décadas no había medicamentos que no causaran toxicidad. Se usaron los barbitúricos cuya sobredosis llevaban a la muerte porque se hacían adictos y morían", señala Haro Valencia.

"Después llegaron los (medicamentos) de la familia del diazepam, que no es letal, pero sí causa dependencia y tolerancia, por lo mismo si una persona lleva un tiempo consumiéndolas, no las puede dejar de golpe porque es un efecto similar al síndrome de abstinencia de un adicto".

El también director de la Clínica de Trastornos de Sueño de la Facultad de Medicina de la UNAM subraya que el efecto de la píldora depende de cómo se consume.

"Muchas personas sienten que la dosis indicada no les hace efecto y se la aumentan o la combinan con algo más y empiezan los problemas graves", indica.

Beatriz Chávez Luévanos, coordinadora del Laboratorio del Sueño del Hospital Universitario, puntualizó que actualmente ya existen medicamentos con nulos efectos colaterales.

"Ahora ya hay medicamentos que sí son inductores de sueño, pero con propiedades diferentes que no alteran las etapas de sueño", dice. "Éstos, manejados correctamente,

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