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Suicidio En Jovenes Por Depresion


Enviado por   •  5 de Junio de 2013  •  9.286 Palabras (38 Páginas)  •  588 Visitas

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Manifestó la Dra. Ligia Iñigo, del Instituto Mexicano de Psicoterapia Psicoanalítica del Adolescente, durante el ciclo Lunes de conversaciones con los jóvenes, en Azcapotzalco

ACTUALMENTE PREDOMINAN LOS SUICIDAS EGOÍSTAS

actualmente el tipo de suicidio más extendido y que contribuye a elevar la cifra anual de las muertes voluntarias es el del suicida egoísta, caracterizado por un estado de depresión y de apatía producido por una individualización exagerada. Al individuo no le interesa existir porque ya no lo atrae lo bastante el sólo intermediario que lo liga a lo real, es decir, la sociedad.

Así lo manifestó la doctora Ligia Iñigo, miembro del Instituto Mexicano de Psicoterapia Psicoanalítica del Adolescente (IMPPA), al participar con el tema Suicidio en el marco del ciclo de conferencias Lunes de conversaciones con los jóvenes, organizado por la Sección de Orientación Profesional de la Unidad Azcapotzalco y el IMPPA.

El suicidio predomina en la clase media, mientras que en los estratos inferiores se presenta un bajo porcentaje, pues más bien las preocupaciones que pueden inducir a estas personas a la muerte producen homicidios. Este hecho, dijo la expositora, está determinado por la baja incidencia de la autodestrucción, y por la falta de conocimientos de los casos.

La doctora Ligia Iñigo destacó que el suicida se vale de medios directos tales como lazos y armas blancas, que son manipulados directamente por él o de medios indirectos entre los que se encuentran el tren, un autobús, el Metro, entre otros, y que le sirven igualmente para lograr su cometido.

Al respecto, mencionó que los hombres generalmente utilizan medios directos en tanto que las mujeres no manifistan una marcada preponderancia de una u otra forma, ya que la proporción es bastante semejante en muchos casos.

De lo anterior, manifestó, se puede inferir que todas las personas que emplean una forma directa consuman el suicidio en mayor proporción que las que utilizan medios indirectos. Sin embargo, apuntó, generalmente en las mujeres suicidas no se presenta con intensidad el fenómeno de la simulación del suicidio, sino por el contrario se ha precisado que siempre son mayores las proporciones de la consumación que las de la frustración.

Adolescencia y suicidio

Diego Moreira

Secretario General del IX Congreso Metropolitano de Psicología

Director de la Carrera de Psicología de la Universidad Hebrea Argentina Bar Ilán-ver Direccionario

En algunos adolescentes, discriminamos dos modalidades de destrucción: la dirigida hacia el mundo exterior, que se despliega sobre personas, familias, grupos, instituciones o comunidades, y por otro, la violencia dirigida hacia el propio yo, es decir la autodestrucción, que incluye los accidentes y el suicidio. Los individuos violentos pueden tomar a las personas para satisfacer en ellas sus impulsos agresivos; martirizarlas; explotar su capacidad de trabajo sin una justa recompensa; usarlas sexualmente; quitarle su patrimonio; incluso asesinarlas.

En el caso de la violencia dirigida hacia la propia persona, el suicidio es la situación más relevante. Este puede ser inconsciente o consciente. El acto de suicidio inconsciente se suele manifestar mediante accidentes, los que pueden ser considerados como la hábil y encubierta utilización de un peligro, que es presentado como una desgracia casual o contingente. El sujeto se caracteriza por aprovechar la situación exterior o bien la conduce hasta producirse el daño perseguido Por ejemplo, Juan de 14 años, jugaba con el revólver de un tío. Creyendo que no estaba cargado, se lo colocó en la sien derecha, puso el dedo en el gatillo y el tiro salió, sufriendo una herida no mortífera. Se pudo comprobar que la negligencia de no haber verificado si el revólver estaba o no cargado antes de jugar con él, y el daño que se produjo, se debían a un estado depresivo [o más bien melancólico] previo. En estos casos, nos dice Freud, que el yo se deja de lado porque se siente perseguido por el superyó.

En los casos de suicidio consciente se suele gestionar el momento, los recursos y las circunstancias apropiadas para producirse la muerte o un daño menor. También Freud, en Psicopatología de la vida cotidiana de 1901, nos habla de automaltratos semiintencionados y cita la experiencia de uno de sus hijos, que por estar enfermo, se le ordenó guardar reposo en cama. El niño, de temperamento rebelde, tuvo un acceso de cólera y amenazó con quitarse la vida. Dicha amenaza se le había ocurrido luego de leer los periódicos. “Aquella misma tarde me enseñó un cardenal que se había hecho en un lado de la caja torácica al chocar contra una puerta y darse un fuerte golpe con el saliente del picaporte. Le pregunté irónicamente por qué había hecho aquello, y el niño, que no tenía más que once años, me contestó como ilusionado: ‘Eso ha sido el intento de suicidio con que los amenacé esta mañana’”. Es consabido además, que la autodestrucción está presente en una gran cantidad de individuos, aunque su manifestación no sea necesariamente grave, me refiero a pequeños accidentes como mordeduras de lengua y apretones de dedos, entre otros.

El deseo suicida se enlaza a una especie de autocastigo y autoreproche. Exteriorizan la eficacia de un superyó regresivo que se constituye en puro cultivo de la pulsión de muerte y, que al decir de Lacan en el Seminario 20, “es el imperativo del goce: "¡Goza!" y que se liga al llamado masoquismo moral, un derivado del masoquismo erógeno. El pasaje del homicidio al suicidio se suele dar con bastante frecuencia. Tal el caso de un militar que asesinó a su esposa, para luego proceder a quitarse la vida, conflicto en el cual participó un hijo adolescente.

En la actualidad, diferentes factores influyen sobre ambas modalidades de agresión. En nuestras investigaciones hemos encontrado correlaciones entre prácticas violentas, producción, tráfico y uso indebido de drogas [cocaína y heroína], como lo demuestran los recientes acontecimientos, entre ellos, el de la secta Puerta del Cielo, en el cual 39 miembros se ahogaron con bolsas de plástico, bajo los efectos de drogas, vodka y calmantes. Existe también relación entre violencia y alcoholismo. Por ejemplo, muchos accidentes automovilísticos responden a esta asociación anímica.

Los actos suicidas y/o violentos pueden ser llevados a la práctica apelando fundamentalmente a la fuerza muscular o bien al pensamiento [Moreira, 1995]. En el primer caso [se trata de una violencia primitiva]. Se puede infligir daño a sí mismo o al otro mediante golpes, mordiscones o desgarros con uñas [automutilaciones]. En el segundo caso, el pensamiento permite recurrir a una diversidad de instrumentos, como armas, productos químicos

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