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Teoria De La Enfermedad Unica


Enviado por   •  30 de Abril de 2014  •  3.219 Palabras (13 Páginas)  •  332 Visitas

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TEORIA DE LA ENFERMEDAD UNICA (TEU)

Melanie Klein plantea que ya hay en el bebé un yo prematuro, muy incipiente y comienza a trabajar fundamentalmente con los instintos de vida y los instintos de muerte -Eros y Tánatos -. Es aquí donde tenemos que hacer una distinción entre instinto y pulsión.

Cuando hablamos de instinto, instinto de supervivencia, instinto sexual, nos referimos a aquellas cosas primitivas, primarias, que están incorporadas, que vienen en los genes, lo hereditario. La pulsión es un término que encontramos frecuentemente en el marco psicoanalítico, se habla de pulsiones contrariadas, para explicar las neurosis. La pulsión tiene cuatro componentes: la fuente, el fin, el objeto y un quantum de energía. La fuente, ¿donde se da la pulsión?, en el soma, en el cuerpo, que produce una sensación de displacer, una situación provocada por una carencia, por una necesidad. Un ejemplo claro sería el hambre, si tenemos hambre hay una necesidad que es de alimento, entonces eso nos provoca una situación que genera algo en nuestro organismo. Cuando aparece esta situación, por una ley llamada ley de constancia, buscamos inmediatamente algo que restablezca el equilibrio perdido en nuestro cuerpo. La ley de constancia no significa que las carencias estén resueltas; mientras hay vida siempre habrá carencias y necesidades, pero cuando se produce este desequilibrio buscamos una acción que permita restablecer el equilibrio. En el ejemplo del hambre como pulsión, el camino a seguir para restablecer el equilibrio sería entonces ponernos en marcha para conseguir alimento e ingerir algo. Al decir que nos ponemos en camino para obtener algo, que solucione la situación de carencia, estamos hablando del fin de la pulsión. Entonces el fin es estabilizar la situación. Por supuesto que también tiene un objeto que, siguiendo el ejemplo anterior, sería el alimento. Para ponerme en marcha hacia ese objeto que supuestamente va a satisfacer mi necesidad voy a tener que poner un quantum de energía. Durante muchos años se traducía instinto y pulsión, como sinónimos, no es lo mismo, en tanto y en cuanto hablamos de instinto como algo genéticamente incorporado, primario. El instinto puede ser satisfecho, como le pasa a los animales, siempre de la misma manera y con el mismo objeto, como también será lo mismo con un ser que con otro. Sin embargo en la pulsión, el fin y el objeto cambian continuamente, no podemos satisfacer una determinada necesidad con el mismo fin y con el mismo objeto. Un ejemplo desde la vida cotidiana para entender esto sería suponer que una persona un determinado día, un sábado, la pasa muy bien junto a una persona en un bar a la noche; en este caso un desequilibrio podría ser el aburrimiento o la soledad, hubo un fin y un objeto. Resulta entonces que esta misma persona vuelve a tener este desequilibrio de soledad o aburrimiento e intenta volver al mismo lugar, un sábado, a la misma hora y con la misma persona para estabilizar esa sensación de necesidad. Posiblemente no lo logre, porque la necesidad de ese momento, esa pulsión, necesitaba de otro fin y sobre todo de otro objeto.

Todos tenemos un aparato psíquico que Freud dividió, en la primera tópica, las siguientes partes. Caracterizó el aparato psíquico en: una parte inconsciente, una parte conciente y en el medio de ambas una parte preconsciente. Freud después de unos años se da cuenta que esta división no le resultaba del todo satisfactoria para explicar ciertas cosas que le ocurrían a personas que él trataba. Entonces pensó en la segunda tópica que es: YO - SuperYo - Ello. El SuperYo y el Ello es todo material inconsciente. En el Ello se encuentra todo lo que es energía y pulsión. En el SuperYo están internalizados todos los mandatos de nuestros padres, las prohibiciones, lo que se puede y lo que no se puede hacer, lo que está bien y lo que está mal. El Yo tiene una parte en contacto directo con el conciente y un difícil acceso al inconsciente. La parte conciente del Yo es la que podemos fácilmente detectar en otra persona, de acuerdo a si percibe bien las cosas o no, si presta atención o no, la memoria, etc. Y en la parte inconsciente del Yo, están los mecanismos de defensa. Los mecanismos de defensa son los que filtran el material que va del inconsciente al preconsciente y al conciente. Lo que hay en el inconsciente, que son recuerdos infantiles, las reglas morales, las prohibiciones, los traumas, todo lo que hemos vivido desde nuestro nacimiento hasta ahora; está alojado aquí por un mecanismo de defensa que se llama represión. Algunas cosas que deseamos, pulsiones que pueden ser vividas como pecaminosas y por ende censuradas por el SuperYo. El SuperYo puede ser entendido como un censor que reacciona cada vez que el Ello dice “quiero hacer tal cosa”, se debe o no se debe, dice el SuperYo. Es por este motivo que a través de los sueños se expresa el inconsciente y lo hace en forma simbólica o disfrazada, para eludir este censor, si soñáramos literalmente el deseo como lo quisiéramos, nos despertaríamos porque seguiría operando la represión.

Si existe un objeto que es causa de mi deseo y que por una necesidad yo tendría que ponerme como finalidad conseguir ese objeto, en lugar de hacer esto lo reprimo porque no me está permitido, yo mismo no me lo permito. Este deseo que me generó ese objeto desprende un afecto, había una necesidad y había un deseo. Como el afecto no lo puedo circunscribir a ese objeto, dado que está reprimido, se enlaza a otra representación a otro objeto; ya que el afecto no desaparece al ser reprimido el objeto, sigue siendo eficaz porque produce efectos. La virtud de este nuevo objeto es que mi SuperYo lo permite. Lo que sucede es que por supuesto va a haber en mi conducta ciertas situaciones respecto al nuevo objeto que resultarán incomprensibles. Resulta aquí la utilidad del psicoanálisis para buscar en los contenidos inconscientes, por eso la asociación libre como técnica para tratar de que fluya todo aquello que está en el inconsciente, y la escucha flotante del psicoanalista permite en determinados momentos buscar los enlaces. Muchas veces se dice cuando hay una fobia a un perro, que la persona tiene este temor hacia el animal por haber pasado en su infancia una escena traumática.

Por lo general hay una policausalidad, no hay, tal vez un solo hecho puntual y concreto que explique algo. Resulta que trabajando sobre la infancia de esta persona aparece la relación con el padre, al cual quiere mucho, respeta mucho y valora de igual manera; resulta ser que indagando en esta situación la persona descubre que cuando el padre lo retaba él comenzaba a temblar y tratando de recordar la escena puede ver que su padre al retarlo le mostraba los dientes...... La representación

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