Terapia constructivista individual y familiar
Enviado por LILI7606 • 23 de Enero de 2012 • 1.188 Palabras (5 Páginas) • 776 Visitas
Terapia constructivista individual y familiar
La Terapia constructivista individual y familiar es un método eficaz y positivo de favorecer el cambio y la mejoría, aprovechando las capacidades de las personas para afrontar sus dificultades o malestares.
La terapia constructivista es fruto de la investigación de los últimos 30 años en los procesos de cambio humano: recoge lo mejor y más eficaz de las diferentes tendencias clásicas de la terapia (psicoanálisis, Gestalt, psicodrama, terapia cognitiva, terapia familiar sistémica…) para combinarlo en un método eficiente, positivo y esperanzador de promover el cambio y la satisfacción vital.
¿En qué se diferencia la terapia constructivista del resto de terapias?
Terapias “clásicas”
• Centrada en el déficit: la terapia se basa en detectar y tratar de compensar los déficits personales. Se profundiza en los problemas de las personas, no en las soluciones; en sus faltas, no sus aciertos.
• Centrada en el pasado: se supone que para resolver los problemas actuales de las personas es imprescindible descubrir sus raíces en el pasado lejano. Buena parte de la terapia consiste en una excursión al ayer para encontrar traumas no resueltos o “fantasmas” sin exorcizar.
• De duración larga o indefinida: naturalmente, esta “excursión” toma tiempo. No es raro que la terapia dure uno o dos años, ni tampoco que se prolongue indefinidamente, con el costo monetario y psíquico que eso supone.
• No menos de una o dos sesiones semanales: asimismo, se asume que la terapia debe ser intensiva, sin hacer caso de los distintos ritmos, capacidades e intereses de las personas.
• Basada en hablar: como dicen muchas personas, “solamente nos pasamos hablando”. La terapia consiste ante todo en charlar; se asume que los cambios en las vidas de las personas se darán por añadidura.
• Pasiva: La terapia es un proceso ejecutado por un artífice, el terapeuta, sobre un receptor pasivo, el “paciente”.
• El terapeuta al mando: por todo esto, es el terapeuta quien controla el proceso. Es el capitán del buque de la vida de las personas.
Terapia constructivista
• Centrada en recursos: la terapia se basa en detectar y aprovechar las competencias de las personas. No se ignoran sus dificultades: se las ve como parte de un contexto más amplio, formado por la capacidad de la persona de hacerles frente a su manera. El que haya conseguido llegar hasta el día de hoy pese al dolor y la confusión es una clara muestra de que es competente. El reto es descubrir en qué y cómo sacarle partido.
• Centrada en el presente y el futuro: Aunque el camino al cambio pueda hacer escala en el pasado, la terapia constructivista hace énfasis en construir un futuro más atractivo y saludable desde el presente. Muy a menudo, los problemas de las personas nacen de un solo traspié repetido hasta la saciedad, no de un trauma olvidado o un pasado que vuelve por sus fueros. Por tanto, no es imprescindible ventilarlo para alcanzar una mejoría.
• De duración más breve y definida: el terapeuta constructivista se esmera en plantear objetivos claros y períodos definidos para alcanzarlos y en evaluar su trabajo periódicamente para asegurarse de que está empleando las técnicas adecuadas. Aunque ciertos procesos puedan requerir más tiempo, en general es posible hacer avances significativos en el término de diez a dieciséis encuentros.
• Las personas marcan el ritmo: el terapeuta adapta el intervalo entre los encuentros en función de los objetivos, la magnitud del malestar y los deseos y posibilidades de las personas. Asimismo, a medida que se van logrando las metas, se puede ir ampliando el intervalo para fortalecer el cambio y facilitar la adaptación a la nueva forma de vida.
• Variedad de técnicas para alcanzar el objetivo: sin duda, la conversación es la herramienta fundamental
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