Tipos De Modelos
Enviado por Emilce080 • 26 de Julio de 2014 • 1.872 Palabras (8 Páginas) • 247 Visitas
Introducción:
Desde tiempos antiguos hasta la actualidad han existido, y persisten aún, grandes contradicciones en el tratamiento social otorgado a las personas con discapacidad. Estas contradicciones constituyen una muestra de la tensión entre las diferentes visiones de las que es, y ha sido, objeto la discapacidad
En esencia, pueden distinguirse tres concepciones o “modelos” de tratamiento social, que a lo largo del tiempo se han dado a las personas con discapacidad, y que en la actualidad coexisten en mayor o menor medida.
1. El modelo de prescindencia
Un primer modelo, denominado de prescindencia, considera, o consideraba, que la discapacidad tenía su origen en causas religiosas, y que las personas con discapacidad eran una carga para la sociedad, sin nada que aportar a la comunidad. Este modelo contiene dos submodelos que, si bien coinciden en lo que respecta al origen de la discapacidad, no lo hacen en lo tocante a la respuesta social hacia la misma. Estos dos submodelos son el submodelos eugenésico y el submodelos de marginación. El submodelos eugenésico podría ser situado en la antigüedad clásica. Tanto la sociedad griega como la romana, basándose fundamentalmente en motivos religiosos, aunque también políticos, consideraban inconveniente el desarrollo y crecimiento de niños y niñas con discapacidad. La explicación respecto de las causas de la discapacidad era religiosa: el nacimiento de un niño o niña con discapacidad era el resultado de un pecado cometido por los padres en el caso de Grecia, o una advertencia de que la alianza con los dioses se encontraba rota en el caso de Roma. Ello, unido a la idea de que la vida de una persona con discapacidad no merecía la pena ser vivida, más la consideración acerca de su condición de carga (para los padres y para la sociedad), llevaba a prescindir de estas personas mediante prácticas eugenésicas, como el infanticidio en el caso de los niños y niñas.
El submodelos de marginación tiene características definitorias que son una constante histórica; un ejemplo puede encontrarse en el tratamiento dado a las personas con discapacidad durante la Edad Media, en donde se las incluía dentro del grupo de los pobres y los marginados.
La característica principal de este submodelos es la exclusión, ya sea como consecuencia de
subestimar a las personas con discapacidad y considerarlas objeto de compasión, o como
consecuencia del temor y el rechazo por considerarlas objeto de maleficios y advertencia de un
peligro inminente. Es decir, ya sea por menosprecio, ya sea por miedo, la exclusión es la respuesta
social hacia la discapacidad.
Si bien las explicaciones religiosas medievales eran diferentes de las alegadas por los antiguos,
incluso dentro del cristianismo se presentaban de manera variable (el poder de Dios, la consecuencia del pecado original, la obra del diablo). Los encargados de diagnosticar si un comportamiento fuera de la norma era fruto de un proceso natural o de uno diabólico eran el médico y el sacerdote, aunque el peritaje médico solía estar supeditado a la opinión teológica.
A diferencia del submodelos eugenésico, ya no se comete infanticidio, aunque gran parte de los niños y niñas con discapacidad mueren como consecuencia de omisiones básicas. En cuanto a los que sobreviven o a los mayores, la apelación a la caridad, el ejercicio de la mendicidad y ser objeto de burla y diversión eran los medios de subsistencia obligados.
2. El modelo rehabilitador
El segundo modelo es el denominado modelo rehabilitador (o modelo médico). Sus características
fundamentales son dos: en primer lugar, las causas que se alegan para justificar la discapacidad, a
diferencia del modelo de prescindencia, ya no son religiosas, sino que pasan a ser médico-científicas.
En este modelo, y tratándose del campo de la medicina, ya no se habla de Dios o del diablo, sino que se alude a la discapacidad en términos de “enfermedad” o como “ausencia de salud”. En segundo lugar, se considera que las personas con discapacidad pueden tener algo que aportar a la comunidad, pero sólo en la medida en que sean rehabilitadas o normalizadas, y logren asimilarse a las demás personas (válidas y capaces) en la mayor medida posible. Con lo cual, entran en un “proceso de normalización” a fin de poder obtener por parte de la sociedad un valor como personas y como ciudadanas y ciudadanos.
Puesto que la atención se centra en la discapacidad (en aquello que la persona no es capaz de
realizar), se produce la subestimación hacia las aptitudes de las personas con discapacidad, y así el
tratamiento social otorgado se basa en una actitud paternalista y caritativa, enfocada hacia las
deficiencias de tales personas que, se considera, tienen menos valor que el resto.
Desde este modelo, las personas con discapacidad se convierten en “objetos médicos”, y por ello,
“sus realidades” son contempladas y explicadas desde un prisma exclusivamente medicalizado (y
medicalizante). De ahí que el hecho de crear espacios “sobreprotegidos” para estas personas, tales
como las instituciones de todo tipo, se viera como “lo normal, para estas personas especiales”. Este modelo, en definitiva, busca la “normalización” de la persona, hacia lo estándar y normativo,
siempre, si se puede. Curiosamente, la educación especial se concibe como una de las mejores
herramientas normativas del camino hacia la realización.
3. El modelo social
Finalmente, existe un tercer modelo, denominado modelo social, nacido básicamente a partir del
rechazo de las características expuestas en los dos anteriores. Los presupuestos fundamentales de
este modelo son dos: en primer lugar, se alega que las causas que originan la discapacidad no son
religiosas ni científicas, sino sociales.
Según los defensores de este modelo, no son las limitaciones individuales de
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