Tipos Y Clases De Amor
Enviado por m_f_falcon • 12 de Noviembre de 2012 • 1.349 Palabras (6 Páginas) • 739 Visitas
Cuatro clases de amor
Hay cuatro palabras griegas para amor que es importante que los cristianos comprendan. Son agape, fileo, storge, y eros. Tres de ellas aparecen en la Biblia. [1] Si vamos a comprender la Biblia y el mundo bíblico, es importante que comprendamos lo que significan estas palabras y cómo difieren.
La palabra griega para amor sexual o amor apasionado es eros, de la cual obtenemos palabras tales como “erótico.” Cuando eros era utilizado como nombre propio, se refería al dios griego del amor. La palabra griega eros no aparece en el texto bíblico, así que no le dedicaremos tiempo en este artículo, pero ha tenido tal impacto en el idioma español y en nuestro punto de vista del amor sexual, que es importante mencionarla.
La palabra griega que se refiere al amor de Dios, una de las clases de amor que debemos tener hacia las personas, es agape. Agape es la naturaleza misma de Dios, porque Dios es amor (1 Juan 4:7- 12, 16b). La gran clave para comprender agape es darse cuenta de que puede ser reconocido a partir de la acción que inspira. De hecho, hablamos a veces del “modelo de acción” del amor agape. La gente de hoy está acostumbrada a pensar del amor como un sentimiento, pero ése no es necesariamente el caso con el amor agape. Agape es amor a causa de lo que hace, no debido a cómo se siente.
Dios de tal manera “amó” (agape) que dio a Su Hijo. No se sintió bien Dios al hacer eso, pero fue lo que por amor debía hacerse. Cristo de tal manera amó (agape) que dio su vida. Él no quería morir, pero él amó, así que hizo lo que Dios requirió. Una madre que ama a su bebé enfermo permanecerá despierta toda la noche cuidándolo, lo cual no es algo que ella desea hacer, pero es un acto verdadero de amor agape.
El punto es que el amor agape no es simplemente un impulso generado por sensaciones. Más bien, el amor agape es un ejercicio de la voluntad, una decisión deliberada. Esta es la razón por la cual Dios puede ordenar que amemos a nuestros enemigos (Mateo 5:44; Ex. 23:1-5). Él no nos ordena que “tengamos buenos sentimientos” para con nuestros enemigos, sino a tener una actitud amorosa hacia ellos. El amor agape se relaciona con la obediencia y el compromiso, y no necesariamente con el sentimiento y la emoción. “Amar” a alguien es obedecer a Dios en favor de otra persona, buscando para él o ella, la bendición y beneficio a largo plazo.
La manera de saber que amamos (agape) a Dios es que obedezcamos Sus mandamientos. Jesús dijo: “¿Quién es el que me ama? El que hace suyos mis mandamientos y los obedece”. (Juan 14:21) Hay cristianos que dicen que aman a Dios, pero su forma de vida es contraria a la voluntad de Dios. Estas personas confunden sus sentimientos de afecto por Dios y creen que ese es el verdadero amor agape. Jesús hizo la siguiente aclaración: “El que no me ama, no obedece mis palabras” (Juan 14:24 a).
El amor es el carácter distintivo de la vida cristiana en lo referente a otros cristianos y a toda la humanidad. Lo que “por amor” debe hacerse, puede no ser siempre fácil, y el amor verdadero no es “sentimentalismo exagerado”. El amor genuino a menudo conlleva un costo. Por ejemplo, castigar a los criminales para mantener a la sociedad segura, es amar, pero no fácil o agradable. Y pedir que alguien deje tu reunión bíblica porque persiste en pecar flagrantemente, es amor, pero nunca fácil (1Corintios 5:1-5). Esto no quiere decir que el amor agape no tenga sentimientos asociados, y la situación ideal ocurre cuando lo que debe hacerse por amor, también es lo que deseamos hacer. Los cristianos deben ser conocidos por su amor los unos a los otros (Juan 13:35).
La tercera palabra para “amor” que necesitamos examinar es fileo, que significa “tener un interés especial en alguien o algo, con frecuencia enfocado en una asociación cercana; tener afecto por, gustar, considerar a alguien un amigo.” [2] Sería probablemente provechoso si fileo nunca fuera traducido “amor” en el Nuevo Testamento, porque se refiere a un fuerte
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