Trastorno De Ansiedad Por Separación

El miedo por separación es una respuesta emocional en la cual el niño experimenta miedo y nerviosismo al ser separado o alejado físicamente de la figura de apego. Según Bragado (1994), se trata de un temor normal asociado al desarrollo infantil, universal y con un claro valor adaptativo, ya que desempeña funciones protectora y fortalecedora de su vinculación con los padres. De esta manera, los padres o cuidadores principales, desde los primeros años de vida, además de cubrir las necesidades básicas de cuidado y afecto, inician situaciones de separación cada vez mayores (dejar al niño sólo en la cuna, dejar al niño al cuidado de otra persona, dejar al niño dormir sólo, etc.), con el deseo de lograr que los niños no sólo conozcan el mundo que les rodea, sino también el desarrollo en habilidades motoras y cognitivas que les permitan adaptarse al entorno y hacer frente a situaciones cotidianas, es decir alcanzar un mayor grado de autonomía. Situaciones en las cuales la mayoría de los niños muestran una ansiedad leve, transitoria y que disminuye gradualmente conforme estos crecen y se acostumbran a estar alejados de sus familiares cercanos o de las figuras de apego. Concretamente, se observa que la ansiedad por separación emerge en los niños entre 6-8 meses de edad, con llantos cuando los padres se alejan, y que persiste en diferentes grados de intensidad hasta los 2-3 años de edad, cuando el niño empieza a entender que sus cuidadores son personas diferentes a él (Ollendick y Huntzinger, 1991).Sin embargo, cuando ese malestar, ante la separación o alejamiento de las figuras a las que se encuentra más vinculado, es desproporcionado en frecuencia, duración e intensidad, y se prolonga más allá de los 3 años, puede alterar el desarrollo normal del niño, en cuyo caso deja de ser adaptivo y se convierte en un trastorno denominado: Trastorno de Ansiedad por Separación ( en adelante TAS).

El TAS es una ansiedad excesiva, persistente (ha de durar 4 semanas) e inapropiada para la edad del niño, que se muestra ante la separación real o anticipada de la madre, ambos padres o, cualquier persona a la que se encuentre apegado emocionalmente, pudiendo repercutir en diversas áreas de su vida (desarrollo personal, ambiente familiar, rendimiento académico o relaciones sociales).

Su inicio está determinado por la presencia de uno de los siguientes factores, o la conjunción de varios de estos.

 La vivencia de una situación de separación impredecible e incontrolable (cambio de escuela o de domicilio, muerte o enfermedad de un miembro de la familia, desastres naturales o delitos terroristas vividos de cerca, etc.). Situaciones de separación forzosa que producen un intenso nivel de estrés en la vida del niño, y tras las cuales manifiesta señales intensos de temor.

 La presencia de un ambiente sobreprotector. El control excesivo y la sobreprotección de los padres pueden significar en el niño que éste crea que el mundo sea un lugar peligroso, un temor injustificado que puede interferir en la autonomía del niño.

 Uno de los progenitores, y especialmente las madres, sufre o ha sufrido algún trastorno de ansiedad (especialmente trastorno de pánico o TAS). Cuando alguno de los progenitores sufre o ha sufrido un trastorno de ansiedad, no le pude proporcionar una base segura a sus hijos o que incluso necesitan a éstos para que les den seguridad. Se ha comprobado además que este caso tiene un peor pronóstico hacia la cronicidad.

 El niño presenta un retraso mental o problemas de aprendizaje. Niños con ciertas limitaciones son percibidos como menos capaces que sus iguales, al mismo tiempo que solicitan

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