Trastornos De Aprendizaje
Enviado por ganchito • 9 de Julio de 2014 • 4.084 Palabras (17 Páginas) • 252 Visitas
En el siguiente álbum podrá encontrar las distintas patologías que pueden sufrir los niños que tienen algún trastorno en el lenguaje o comportamiento que dificulta su aprendizaje
A continuación se presenta un pequeño índice con los distintos trastornos:
Trastornos del habla.
Trastornos de la lectura.
Trastornos de la escritura.
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Dentro de los trastornos de hablas están:
1. Dislalia
Trastorno en la articulación de los fonemas por alteraciones funcionales de los órganos periféricos del habla (labios, lengua, velo del paladar). Se trata de una incapacidad para pronunciar o formar correctamente ciertos fonemas o grupos de fonemas.
La dislalia puede afectar a cualquier consonante o vocal, pero suele darse una mayor incidencia del problema en ciertos sonidos; en unos casos porque requieran mayor agilidad y precisión de movimientos, como sucede con la /r/; en otras ocasiones porque el punto de articulación no es visible y se puede hacer más difícil su imitación, como la /k/, y a veces porque existen sonidos, como la /s/, en los que hay una mayor tendencia a deformar las posiciones articulatorias de la lengua.
La dislalia es una de las anomalías del lenguaje que con más frecuencia se presenta en los centros escolares, sobre todo en el alumnado de infantil y primer ciclo de primaria. Asimismo dentro de las alteraciones del lenguaje está entre las que tienen un pronóstico más favorable. No obstante, si no se somete a un tratamiento precoz adecuado, puede traer consecuencias muy negativas, por la influencia que ejerce sobre la personalidad del niño, su capacidad comunicativa y su adaptación social, así como en su rendimiento escolar. Para la denominación de las distintas dislalias, según el fonema afectado, se utiliza una terminología derivada del nombre griego del fonema de que se trate, con la terminación “tismo” o “cismo”. Así hablaremos de:
Rotacismo: la no articulación del fonema /r/.
Ceceo: pronunciación de /s/ por /z/.
Seseo: pronunciación de /z/ por /s/.
Yeismo: la no articulación del fonema /ll/.
Chionismo: sustitución de /rr/ por /l/.
CLASIFICACIÓN
Dislalia evolutiva
Es aquella fase del desarrollo del lenguaje infantil en la que el niño no es capaz de repetir, por imitación, las palabras que escucha, de formar los estereotipos acústico-articulatorios correctos. Dentro de una evolución normal en la madurez del niño, estas dificultades las va superando, y solo si perduran a los cuatro o cinco años se consideran patológicas.
A modo orientativo diremos que un niño cuando inicia la escolarización, a los tres años, tiene que tener un habla inteligible, aunque aparezcan errores; a los cuatro años se considera aún normal ciertas dificultades con los sinfones y la /r/; y sobre los cinco años debe estar adquirido todo el cuadro fonético español.
Dislalia funcional
Alteración de la articulación debido a un mal funcionamiento de los órganos articulatorios. Dentro de ellas distinguimos:
Trastornos fonéticos: alteraciones de la producción. La dificultad está centrada básicamente, en el aspecto motriz, articulatorio, es decir, en principio, no hay confusiones de percepción y discriminación auditiva. Son niños con errores estables, que cometen siempre el mismo error cuando emiten el sonido o sonidos problemáticos. La dificultad aparece por igual en repetición que en lenguaje espontáneo.
Trastornos fonológicos: la alteración se produce a nivel perceptivo y organizativo, es decir, en los procesos de discriminación auditiva, afectando a los mecanismos de conceptualización de los sonidos y a la relación entre significante y significado.
La expresión oral es deficiente, pudiendo llegar a ser, según la gravedad del trastorno, prácticamente ininteligible.
Los errores suelen ser fluctuantes. Por lo general, puede producir bien los sonidos aislados, pero la pronunciación de la palabra suele estar alterada. Un análisis más exhaustivo de las posibles causas que pueden desencadenar la aparición de la dislalia funcional, queda recogido en el apartado 3.
Dislalia audiógena
Alteración de la articulación producida por una audición defectuosa. Se producen alteraciones de la voz y del ritmo, que modificará la cadencia normal del habla. En muchos casos estos síntomas son las señales de alerta de una sordera encubierta.
Dislalia orgánica
Trastorno de la articulación motivado por alteraciones orgánicas. Puede referirse a lesiones del sistema nervioso que afectan al lenguaje (disartrias), o anomalías anatómicas o malformaciones de los órganos que intervienen el habla (disglosias).
SINTOMAS
El lenguaje de un niño dislálico, si se encuentra muy afectado al extenderse la dificultad a muchos fonemas, puede llegar a hacerse ininteligible, por las continuas desfiguraciones verbales que emplea, como ocurre en las dislalias múltiples. Los errores más frecuentes que encontramos en un niño dislálico son:
Sustitución
Error de la articulación en que un sonido es reemplazado por otro. El alumno se ve incapaz de pronunciar una articulación concreta, y en su lugar, emite otra que le resulta más fácil y asequible. Por ejemplo, dice “lata” en lugar de “rata”.
También puede darse este error de sustitución por la dificultad en la percepción o discriminación auditiva. En estos casos, el niño percibe el fonema, no de forma correcta, sino tal como el lo emite al ser sustituido por otro. Por ejemplo, dice “jueba” en lugar de “juega”.
Distorsión
Hablamos de sonido distorsionado cuando se da de forma incorrecta o deformada, pudiéndose aproximar más o menos a la articulación correspondiente. Es decir, cuando no siendo sustitución, no emite el sonido correctamente.
Las distorsiones suelen ser muy personales siendo muy difícil su transcripción al lenguaje escrito. Generalmente son debidas a una imperfecta posición de los órganos de articulación, o a la forma improcedente de salida del aire fonador. Por ejemplo, dice “cardo” en lugar de “carro”.
La distorsión junto con la sustitución son los errores más frecuentes.
Omisión
El niño omite el fonema que no sabe pronunciar. En unas ocasiones la omisión afecta solo a la consonante, por ejemplo, dice “apato” en lugar de “zapato”. Pero también se suele presentar la omisión de la sílaba completa que contiene dicha consonante, por ejemplo, dice “lida” en lugar de “salida”. En los sinfones o grupos consonánticos en los que hay que articular dos consonantes seguidas, como “bra”,”cla”, etc., es muy frecuente la omisión de la consonante líquida cuando existe dificultad
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