Tótem Y Tabú

En el siguiente ensayo se analiza cómo es la esencia conflictiva del Psiquismo y como va dejando una huella permanente e indeleble en la psiquis universal.

Esto primordialmente constituye el experimento de Freud de aplicar la teoría psicoanalítica (ya antes descritos por él con fines clínicos) en orígenes antropológicos dando como un punto principal una especie de analogía sobre las sociedades primitivas y el desarrollo individual del psiquismo humano.

Podemos encontrar el Complejo de Edipo que se repite en todas las civilizaciones, pues, así surge el mito fundamentalmente de toda sociedad exogámica, el del padre de la Horda Primitiva. Este padre es quien rige las costumbres y habilita las relaciones tanto sexuales como sociales, sus hijos tienen temor y respeto por él, siente rivalidad ante su poder ilimitado. De estos sentimientos ambivalentes y comunes a su descendencia surge el imperativo de deshacerse de él. De esta forma ellos podrán realizar sus deseos y a la vez recibir su poder. Sus hijos lo matan y se lo comen, se libran de su tiranía e introyectan a través del comer su cuerpo lo que tanto envidiaban de este padre.

Para Freud este proceso se repite en el hombre actual de forma inconsciente y tiene un ejemplo muy claro en el hombre neurótico.

Por lo tanto surge lo que Freud deduce como “Tótem” y que una representación de algún animal comestible, pudiendo ser de igual manera inofensivo, peligroso o temido, y aun quizás, raramente una planta o una fuerza natural (lluvia, agua) que tienen una relación particular con el grupo. El tótem es, en primer lugar, el antepasado del clan y en segundo, su espíritu protector y su bienhechor, que envía “predicciones” a sus hijos y los conoce y protege aun en aquellos casos en los que puede resultar peligroso, el cual podría ser comparado con un padre, como un dios, en el que se le observa con entera grandeza, sin embargo los individuos que poseen el mismo tótem se encuentran sometidos a esa misma sagrada obligación, cuya violación trae consigo un castigo automático de respetar su vida y abstenerse de comer su carne o aprovecharse de él en cualquier otra forma.

Este tótem se trasmite hereditariamente, relacionado con la totalidad del grupo, ya que es la base de todas las obligaciones sociales, entre las cuales, la de que los miembros de un mismo tótem no deben entrar en relaciones sexuales entre ellos.

Se reconoce una clara intención de proteger la especie humana en relación a las consecuencias biológicas de mantener relaciones incestuosas. Ahora se podría formular la pregunta: ¿Intención de quién?, esta es una pregunta actual que nos podemos plantear nosotros, pero, ¿En qué fundamentaron los salvajes está precaución? Esto se añade automáticamente a la idea del Tabú, que es todo aquello prohibido, restringido, como una especie de ley que surge del tótem. Es de esta forma que comienza a tejerse la trama social, aparecen las reglas, los castigos que anteriormente a la existencia de las reglas no eran necesarios, ya que nadie castiga algo que está permitido. ¿Cuál es la esencia de la prohibición? Sin lugar a dudas es el deseo, ese deseo compartido y horroroso a la vez, deseo reprimido, ambiguo, malo… Pero indudablemente común, de todos. Frente a este deseo no queda otra alternativa que la ley y el castigo.

En la lectura de los diferentes puntos de vista presentados en este libro por Freud, y de antropólogos, se descubre el punto de contacto entre la historia humana (filogénesis) y la historia personal de los neuróticos. Todo confluye en esta ambigüedad del saber lo que hay que hacer, y desear lo que está prohibido. Las apetencias más antiguas e intensas del ser humano: El Parricidio y el Incesto.

Los hombres primitivos para poder lavar sus culpas diseñaron todo un complejo sistema de leyes, prohibiciones y castigos que con el correr del tiempo dio como resultado la organización del sistema social y además quedando impresos, todos estos deseos y miedos, en la memoria colectiva de la humanidad.

Memoria, que de una forma u otra es a la que responde cada uno de los neuróticos. Cada individuo cuenta con la información de todos los individuos, su registro es muy amplio y su ignorancia con respecto a ello también, análoga. Sello del sujeto deseante… Información que se transmite genéticamente y que surge de los más antiguos deseos, los más intensos, los más humanos.

A través del recorrido del texto se analizan muchas formas sociales, muchos estilos de vida, todos de diferentes lugares y épocas… Todos confluyen en la prohibición del incesto como un denominador común en la historia de la humanidad, de los salvajes, de los griegos, de nuestra propia era, manteniéndolo como patrimonio común.

Esto no es algo ajeno a la Teoría Psicoanalítica que nos ha demostrado a través del análisis que el primer objeto de amor en la infancia es de naturaleza incestuosa, nuestra madre. [Complejo de Edipo]

Tabú: “dos significaciones opuestas: la de lo sagrado o consagrado y la de lo inquietante, peligroso, prohibido o impuro.” “Entraña, pues, una idea de reserva, y en efecto, el tabú se manifiesta esencialmente en prohibiciones y restricciones.” Estas restricciones no vienen de ningún mandamiento divino, se extraen de sí mismas. Se desconoce su origen, pero para los que viven bajo su imperio es natural.

En su estudio le podemos reconocer una suerte de Fines Prácticos como la protección a

• Personas importantes (reyes, sabios, magos);

• De los débiles, (mujeres y niños);

• Medidas higiénicas (contacto con los muertos o ciertos alimentos que puedan dañar la salud)

• Las personas en momentos importantes de su vida: nacimiento, adolescencia, matrimonio, relaciones sexuales.

• La propiedad del sujeto.

Cuando alguien de la tribu no cumplía con el tabú, primeramente se arriesgaba al castigo automático de una fuerza interior. El tabú se vengaba a sí mismo, a través del mandato del tótem, pero también se podía expiar la culpa por medio de rituales. Más adelante se supuso la existencia de divinidades que eran quienes mediaban este castigo, en consecuencia de un desarrollo ulterior de esta noción (sistemas de representaciones de lo divino en la tierra: sacerdotes, reyes) y su correspondiente evolución fue tomando en sus manos, la sociedad misma, el impartir el castigo. De esta manera se van instituyendo los primeros sistemas penales de las sociedades.

La esencia del tabú en los seres humanos reside en aquel deseo inconsciente de realizar un acto y el temor a las consecuencias, primeramente el miedo al castigo divino, pero este castigo hace justicia por mano propia, en su sentimiento de culpa el que no le permite huir de esta, ya no necesitará un

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