Una cultura de apego

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Desde el nacimiento el ser humano tiende a aferrarse a las personas, situaciones y objetos que le generan un estado de equilibrio emocional. Un bebé depende de sus padres para sobrevivir y se apega a ellos con fuerza, el desprendimiento de ellos para lograr una independencia es parte natural del crecimiento. Sin embargo, qué es lo que pasa cuando este proceso no ocurre de una manera adecuada.

Los apegos en la primera infancia están marcados por las necesidades y la satisfacción de las mismas, pero qué es lo que hace a las personas adultas apegarse, en el sentido de decir “que algo o alguien es indispensable para tu felicidad”.

En la actualidad las personas nos apegamos a casi todo desde personas, parejas, amigos, hijos, padres, etc., al juego, la bebida, el poder, la tecnología, al sexo, la reputación, el poder, al ejercicio, la comodidad, el dinero, a la comida, a las posesiones materiales, a las creencias, al sufrimiento… es decir la lista seria interminable.

Y definitivamente todas estas cuestiones, sean aceptadas o no, al volverse una necesidad y no una preferencia generan en todos los seres humanos sentimientos de ansiedad, inquietud, desesperación. Todos son dolorosos y afectan la salud emocional, mental y física.

Pero qué es lo que genera que las personas no podamos vivir sin todas estas cosas, durante la infancia el no resolver de manera satisfactoria y vivir el desprendimiento con apoyo puede llegar a generar en las personas situaciones de falta de seguridad, baja autoestima y dependencia emocional, por el contrario, tenerlo en exceso genera personas controladoras, sobrevaloradas, con complejos de superioridad.

No solamente estas situaciones, se puede generar una vinculación emocional, pero lo importante es vivir sabiendo que lo único que necesitamos para estar en nuestra existencia y realidad es la persona que somos. Lo demás que podamos adquirir, vivir complementaran nuestra existencia y nos ayudará a transitar, esto es lo que tenemos que entender, estamos transitando y el depender de una situación generara en nosotros cuestiones de frustración. Una forma enfermiza de relacionarse con los deseos.

Finalmente, los seres humanos necesitamos una libertad, que no dependa de lo demás, sin apegos. Una persona puede vivir una vida satisfaciendo una necesidad esto esclaviza a la persona por decisión propia, pero la preferencia y libertad de elegir es lo que hace que la persona sea libre.

Es muy complicado lograr desapegarse de todo y a todo lo que estamos acostumbrados y esto no quiere decir que nos volvamos unos ermitaños, soltando todo lo mundano del mundo, pero sí, que comprendamos que todo lo podemos disfrutar a sabiendas de que son transitorias. Desarrollarnos personalmente y fortalecer nuestra independencia emocional.

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