Unidad De La Personalidad- Alfred Adler
Enviado por Dulce_B • 8 de Marzo de 2012 • 1.488 Palabras (6 Páginas) • 5.415 Visitas
Una psicología Holística
En la psicología individual , para comprender al ser humano debemos pensar en él como algo que va más allá de él mismo. No es posible entenderlo y aislarlo de su entorno, de la gene con la que convive, de las circunstancias físicas que lo rodean, de las ideas que le influye y los valores que le guía. Ese todo que gira en torno a él es parte de él y debemos entenderlo dentro de él. El individuo más que una confluencia de fuerzas que lo influyen, es la interacción de las mismas dentro de una concepción propia y creativa del individuo.
A este tipo de pensamiento que considera que los objetos son totalidades y no simples agregados de elementos o partes se le denominó holismo. Este término proviene del griego holso que significa todo y fue introducido por Juan Smuts a la filosofía.
Influido por esta forma de pensamiento. Adler concibe al individuo con una unidad “Los fenómenos del alma nunca deben considerarse como un todo cerrado y separado, sino que solo se los puede comprender considerando todos los fenómenos del alma como partes de un todo inseparable”. Es decir, que los sentimientos, pensamientos, voliciones, o acciones del individuo no pueden comprometerse de una forma separada, éstos adquieren significado en la forma en que la persona internamente los une.
El hombre es para él un ser único e indivisible en partes más pequeñas, un “individuo” en el sentido etimológico de la palabra (in-dividuus: no dividido), en el que cada una de sus partes obra en conjunto hacia una finalidad. Los rasgos particulares de un individuo se comprenden tras un conocimiento intimo de toda su persona: “La comprensión de una parte resulta de la comprensión del todo”.
Esta concepción de unidad de la personalidad llevó a Adler a conferir a su escuela el nombre de “Psicología Individual”.
Consciente e Inconsciente
Adler se separa de la escuela psicoanalítica, y bajo su concepción holística de la personalidad, rechaza la idea freudiana que dentro del individuo existen fueras conscientes e inconsciente que se contraponen entre sí y determinan el comportamiento de la persona. Adler niega la división freudiana de la mente en consciente e inconsciente no son, en su opinión, dos entidades separadas y en conflicto, sino dos partes cooperadas y complementarias de una misma realidad.
El inconsciente para Adler es la parte que el individuo no advierte, es todo aquello que no está presente en el consciente, aquello que actúa en el individuo sin que él se dé cuenta ni pueda dar explicación de ello. El consciente por su parte, es todo lo contrario, aquello que el individuo advierte y de lo que tiene pleno conocimiento.
Sin embargo, como no es posible estar consciente de todo, la capacidad consciente es limitada y el individuo sólo es consciente de aquello que acapara su atención y tiene y tiene importancia para él en ese momento. Muchas veces algún estímulo es captado y no se es consciente de el, inmediatamente se desencadena una respuesta sin reflexionar. Llamamos esto un comportamiento consciente.
Como nos es difícil pensar en estar conscientes sin conceptos, sin palabras nuestra aptitud para pensar conscientemente parece estar estrechamente relacionada con ellas, se cree que un niño pequeño no es consciente de lo que hace y se tiene a confundir los términos. Pero el hecho que no se exprese con un código verbal, ni explique lo que realiza. Cada conducta inconsciente fue un principio consciente al requerir de su atención en ello. Está actuando conscientemente. Los mismo sucede cuando aprendemos a hablar o manejar y cuando el mayor aprende a mandar o el menor a salirse con la suya. Primero estamos consciente de todo aquello que necesita nuestra atención para lograr para lograr lo que queremos, luego, después de hacer de esto una rutina, se mecaniza y descarga el consciente de tal actividad y pasa a ser controlado por lo que llamamos inconsciente.
Parece increíble la cantidad de conductas que se han mecanizado. Pensamos, decidimos y resolvemos problemas a diario sin recargar el consciente. Es allí donde surge la expresión “Lo hice inconscientemente” y creemos que con esto nos liberamos de la responsabilidad de las consecuencias de nuestra acción. Pero si entendemos la concepción Adleriana del inconsciente nos damos cuenta que no es así. Según Adler tanto el consciente como el inconsciente forma parte de un individuo que funciona en una solo unidad integrada, que persigue objetivos y los utiliza en la consecución de los mismos. No son entes individuales que desencadenan conductas contradictorias. Así como cada organismo constituye una unidad cerrada en sí misma e indivisible, así los pensamientos y acciones del individuo ya sean conscientes o inconscientes
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