Vejez Y Muerte
Enviado por freyadea • 27 de Septiembre de 2012 • 1.378 Palabras (6 Páginas) • 802 Visitas
RECONOCIMIENTO DEL CURSO
VEJEZ Y MUERTE COMO ESPACIO DE CONSTRUCCIÓN DE SENTIDO
CURSO 301138_148
Presentado a:
ANDREA DEL PILAR ARENAS
TUTOR
Realizado por:
JENNY CAROLINA MARTINEZ BAYONA
C.C 1.010.176.677
UNIVERSIDAD NACIONAL ABIERTA Y A DISTANCIA
Escuela de Ciencias Sociales, Artes y Humanidades
15 de septiembre de 2012
REFLEXIÓN INDIVIDUAL FRENTE A LA TEMÁTICA PLANTEADA POR EL CURSO.
La vejez se establece como un periodo socialmente sensible y crítico, en el cual innúmeros individuos sienten que este suceso constituye en ellos una incapacidad progresiva del organismo para conservarse por sí solo y ejecutar las cosas que antes hacían, por ende también representa aceptar que su organismo está sufriendo diversos cambios. Por estas razones, esta etapa posee altibajos, ansias y miedos, que pueden ser continuidades de las etapas preliminares o ser experiencias nuevas por los reajustes de esta. Por consiguiente, cuando se alcanza la edad madura se provoca numerosos sentimientos, por lo tanto no se sabe si es una etapa de nueva realización, estabilidad y liderazgo potencial, si es un periodo de insatisfacción, de Conflictos internos.
Existen individuos en el momento que se dan cuenta que han dejado de ser jóvenes, se sienten orgullosos encontrando la plenitud de la vida, se sienten seguros y expertos en muchos ámbitos. También se encuentra el caso contrario en el que se sienten frustrados, al no haber aprovechado su juventud o al realizar cosas las cuales traen sus consecuencias, es frecuente que comiencen a cuestionarse y se atribuyan la miseria y el desorden en que viven.
Es frecuente ver personas que ingresan al lapso de la vejez pesimistas, ya que se sienten aislados y rechazados por sus familiares además por la sociedad en este momento es cuando, el adulto teme que le tenga poco tiempo y es donde empieza a establecer y proyectar escenarios, a trascender y a dejar huellas, por otro lado es común que aparezca el prevención por miedo al daño físico, prefiere no excederse y no llegar a extremos con ritmos fatigantes y regresan los temores adolescentes de hacer el ridículo.
Los adultos en la sociedad actual se encuentran normalmente muy desolados, no se les respeta todo lo contrario se les lastima tanto física como emocionalmente, no se toman en cuenta sus ideas, cuando la mayoría de veces son experiencias que se podrían aprovechan como recomendación y orientación a los más jóvenes, no se les da el valor que se merecen, por esta razón se les despierta un miedo psicológico y comienzan a asociarlo con la idea del deterioro y la muerte, por consiguiente adoptan una actitud de alejamiento con todo lo que transcurre en su alrededor.
Usualmente el adulto mayor cree que ya ha cumplido su ciclo en la vida porque sienten que ya no son indispensables para las personas que tienen a su alrededor, además se cansan de la vida y muchas veces no le tienen miedo a la muerte pero si a la enfermedad, ya que esto representaría para ellos una carga para sus seres más queridos.
Es difícil admitir que cuando estamos alcanzando la culminación de nuestra existencia nos aproximamos cada día más a la muerte, suena un poco duro pero todos sabemos que es la realidad y sin embargo busquemos un sinfín de escapatorias continuamente el resultado siempre es el mismo, no se puede cambiar y lo que debemos hacer es aceptar la realidad. Es tiempo de cambiar esas apreciaciones acerca de la vejez. Si percibimos bien la madurez es la mejor etapa de la vida, no hay que impacientarse por los inconvenientes o achaques de la edad, ni por las ansiedades de la juventud. La madurez claramente es poner en perspectiva la vida que se ha llevado, si logro conseguir las metas propuestas o si valió la pena combatir por ellas. No hay que desanimarse, temer, ni sentirse incorrectamente cuando estamos alcanzando a esa etapa. Se debe admitir, puede que no sea con satisfacción porque ninguno acepta con gusto el concepto de la propia muerte, pero sí en el mejor de los casos, con incuestionable tranquilidad, con la convicción de que si valió la pena vivir.
IMPORTANCIA
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