Ya Lo sé, Pero aún Así

Cuando en nuestro discurso mencionamos que lo que decimos es verdad, porque está de por medio la concepción personal o cultural de que lo dicho es la realidad, no hay otra locución que implique una contradicción y se da por entendido que no hay refutación de lo dicho, pero ha sucedido que en nuestro discurso hagamos mención a lo que es verdad pero a la vez terminemos mencionando un englobe de connotaciones que representen una excepción en dicho señalamiento, pero claro sin dejar de lado el asentimiento de que es lo primero dicho es real. En dicha situación, ¿estamos mencionando lo que a nuestra percepción es verdad, por tanto el dubitativo del mismo?, ¿estaremos encubriendo lo que en verdad es lo real, querremos mantenerlo en secreto? y si es así, ¿por qué?; y ¿por qué hacemos alusión a la duda? ¿Es una creencia?, todas estas cuestiones nos permiten ahondar en dicho tema.

Las creencias y todo lo que en ello implica desde la perspectiva de la psi, es un campo extenso que se relaciona en primera instancia con la constitución del fetichismo. El niño, cuando toma por vez primera conocimiento de la anatomía femenina, descubre la ausencia de pene en la realidad, pero repudia el desmentido que la realidad le inflige, a fin de conservar su creencia en la existencia del falo materno; sólo podrá conservarla al precio de una transformación radical. De dicho precepto podemos concebir que el sujeto se rehúsa a conservar una idea de lo que es real, que no la conserva porque la ha visto, es decir que sabe que es real, pero la transforma y dicha transformación se vuelve en el fetiche; y con esto podemos enunciar una premisa de lo que engloba en si la concepción del concepto de creencia y poder iniciar un trayecto en el estudio de las creencias. ¿Pero porque hacerlo?, ¿en que repercute? y ¿en qué consiste?, las respuestas se podrán concebir sólo con las representaciones y situaciones en las que se dan las creencias y me parece equivoco tratar de encerrar de manera general dicho término y por ende globalizar todo lo que conlleve a dicho término en un solo precepto.

En primera instancia es importante dar lustre a la concepción de creencia como un repudio a la realidad, porque es esta en donde no se encuentra la represión, no se bloquea la pulsión libidinal fluye libremente la energía psíquica, sin trabas, pasando por el desplazamiento y la condensación; tampoco se puede confundir con la negación porque en dicha situación se estipula un saber, es decir que no hay ningún actor que pueda refutar lo que ya se sabe o lo que se estipula como lo real y tampoco se puede ligar a la fe religiosa debido a que esa se basa en la existencia de Dios, es decir algo que se considera real, como bien lo anuncian y está citado en la Biblia, como en la religión judía.

Detrás de las creencias podemos encontrar misticismo, en este nos denota características de credulidad e incredulidad, porque hay personas que sustentan la realidad, es una creencia institucionalizada, en estas están insertados todos los actores que conviven en una sociedad, los adultos son quienes sustentan las creencias y la incredulidad recae regularmente en los niños y las mujeres, pero muy en especial en los niños, que permiten en ellos y tras el sostenimiento de las creencias, implantar la autoridad ante ellos, y se logra dicho cometido. En el transcurso del sostenimiento de la creencia se puede suscitar un desmentido de dicha concepción en primera instancia por cualquier hecho que se suscite, y es de manera directa o indirectamente que pueda enfrentarse a ese desmentido (cualquier hecho que permita sopesar dicha situación), de lo que se instaure como real, en cierto tiempo transcurrido

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