Dia 6 novena al niño recien nacido

DIA  SEXTO

N O V E N A

AL NACIMIENTO DEL

N I Ñ O    D I O S

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QUE EMPEZARÁ EL 25 DE DICIEMBRE

Y SE CONCLUIRÁ EL DÍA 2 DE ENERO

Con licencia: Impreso en Bilbao, en la casa de Misericordia, año de 1828

ACTO DE CONTRICIÓN

Misericordiosísimo Niño Dios y Señor mío Hijo del Eterno Padre, cuya gloria está llena de la vuestra, siendo vos mismo todo su esplendor: Pésame Niño hermoso, Cordero inmaculado, de haberos ofendido por ser quien sois,  yo quisiera mil veces haber muerto antes de haber pecado; y en fe de ello propongo con vuestra divina gracia firmemente la enmienda, esperando en vuestra bondad infinita, que perdones a vuestro siervo ahora que ve en vuestro rostro tan deseado un remedio saludable. ¡Oh Dios mío quién siempre te hubiera amado! ¡Oh Maestro Soberano quién siempre hubiera imitado los ejemplos de tu vida! ¡Oh Cordero sin mancilla, quién pudiera dirigir sus pasos a donde tu llevas los tuyos! ¡Oh Redentor del mundo cuándo mi agradecimiento dará muestras al desempeño de la obligación a que le han constituido beneficios tan inmensos! ¡Oh Dulce Jesús de mi vida quién nunca te hubiera ofendido sino que transformándose en amor, se uniese a ti por la gracia! hágase en mí vuestra voluntad por los siglos de los siglos. Amén.

PRIMERA ORACIÓN

PARA TODOS LOS DÍAS

¡Oh Altísimo Dios eterno Padre Criador del universo, fuente de infinito amor!  Aquí estoy Señor postrado en tierra, para moveros a que oigáis benigno mis ruegos, y aun descendiendo más hasta el abismo de mi mayor bajeza, os llamaré desde lo profundo de mis culpas para que atendáis Padre de misericordia a la compunción de mi llanto; y más cuando veo, que la grandeza de vuestro Hijo se abate en mi socorro comunicándose en el misterio de estos días, vuestras piedades tan tiernamente amorosas, que difícilmente las concebiría el más agudo pensamiento, si no la descubriese al alma la misma fe, que la acredita.

¡Quien pensar pudiera que todo un Dios se había de humanar por amor del hombre! ¡Ni quien pudiera creer tanta dignación por la misma ingratitud, que es el hombre! Por este pues, tan grande beneficio, te pedimos Señor que tenga en nosotros todo el efecto, la gracia de la redención; pues mediante ella esperamos lograr en esta vida los medios de alcanzarla, y en la eterna las seguridades de gozarla. Amén.

Aquí se reza tres veces el Ave maría y Gloria Patri, en reverencia  a Jesús, María y José, en el portal de Belén, y después se repetirá oración siguiente.

ORACION

¡Oh Poderosísimo Niño Dios tesoro de la misma Divinidad, y Criador de todo lo visible e invisible! que siendo Dios por vuestra naturaleza Omnipotente nacisteis por amor al hombre.

Su enseñanza de Padres, pobres, que os mantenían a la sombra de su trabajo, viviendo humildemente en una reducida habitación, en reconocimiento pues Señor de esta vuestra humillación, os consagro una perpetua pobreza y un amor incesante a la enajenación de los bienes temporales, solo aspirando a los eternos, que son los tesoros más seguros que se han de hallar en las arcas de la gracia. Amén.

Aquí se pide al  Niño Dios lo que se desea conseguir, mediante la intercesión del Patriarca S. José, y la purísima María Señora nuestra.

ORACIÓN FINAL

¡Oh Soberana Emperatriz de Cielo y tierra! Madre de la mejor luz, causa de nuestra alegría piadosísima,  abogada de los pecadores, arca riquísima del Testamento en quien la Trinidad beatísima depositó el más precioso tesoro de nuestra eterna vida, llenándoos primero de su gracia, y preservándoos del común contagio en el primer instante de vuestro ser purísimo, y vos, oh fidelísimo Señor San José, Azucena la más casta de la Virginidad, dignísimo Esposo de tan gran Señora, y segurísimo protector de vuestros devotos!

A vosotros pues Corredentores de nuestra infeliz cautividad, me acojo como el miserable prisionero de la culpa, para que mediante vuestra intercesión con el Soberano Jesús recién nacido, me liberte de cadena tan pesada como es la que arrastro en fuerza de mi fragilidad: yo os adoro Santísimos Padres de Jesús en compañía de los Ángeles, Reyes y Pastores, que reverentes y obsequiosos en este día, aumentaron vuestros gozos, y consolaron vuestra aflicción.

Los Ángeles os saludaron obedientes cantando con celestial melodía: gloría a Dios en las alturas, y en la tierra paz a los hombres de buena voluntad.

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