ESCATOLOGIA ESCATOLOGÍA INCOADA
Enviado por maurhys90 • 8 de Mayo de 2017 • Ensayo • 1.532 Palabras (7 Páginas) • 1.519 Visitas
SEGUNDA PARTE
ESCATOLOGÍA INCOADA
Ahora consideraremos cómo los individuos se adentran progresivamente en el éschaton. Cada individuo tiene su propia historia que llega a su culmen en la vida intratinitaria, sin embargo, a la vez, las historias individuales tienen algo en común, al formar parte de una única historia: la inserción de la humanidad en Cristo.
Se expondrá, en esta sección, la escatología individual dentro de coordenadas cristológico-pascuales. En los siguientes capítulos estudiaremos: (1) el renacimiento bautismal, como inicio del con-morir y con-vivir con Cristo; (2) la muerte, como momento de incorporación definitiva (o no incorporación) a la Pascua del Señor; (3) la purificación ultraterrenal, como perfeccionamiento eventual de la configuración personal del difunto con Cristo.
CAPÍTULO X
LA VIDA TERRENA
Bautismo y Vida Postbautismal
La historia de nuestra incorporación a Cristo comienza desde el Bautismo. La persona bautizada muere y resucita con Cristo y se inserta progresivamente en su persona y en su vida. A lo largo de su existencia, el cristiano debe acudir a los Sacramentos y debe esforzarse por vivir moralmente en sintonía con la voluntad de Dios. Se puede hablar por eso de una existencia cristiana. La Tradición ha afirmado que el bautismo es semilla de vida eterna.
La reflexión teológica deberá contemplar esta dimensión escatológico-pascual del bautismo –como primera participación del individuo en la Pascua del Señor y primer paso al interior de una vida crística– y de la vida postbautismal –en cuanto progresivo adentrarse en el itinerario pascual con el Hijo, en el Espíritu, hacia el Padre–.
1. LA ESPERANZA DE RENOVACIÓN EN LA BIBLIA
La esperanza de una existencia renovada se encuentra ya presente en el Antiguo Testamento, particularmente en las tradiciones que implican la fe en un Dios liberador del pueblo, creador del mundo y fuente de vida. Esta reflexión se continua en el N.T. en la persona de Cristo, el cual con sui muerte y resurrección da la posibilidad de renovación para todo hombre.
a) La revelación veterotestamentaria de un Dios liberador, creador y vivificador
El sacramento del bautismo –junto con su correlato mistérico, la Pascua de Jesús– está prefigurado en el Antiguo Testamento: (1) la tradición «exódica»; (2) la tradición «creacional»; y (3) la tradición «resurreccional».
b) La Pascua de Jesucristo, fuente de vida nueva para los hombres
La pascua de Jesús aparece en los escritos del Nuevo Testamento como la fuente de donde brota una vida radicalmente nueva para los hombres; y el bautismo y la eucaristía, como cauces principales por los cuales esa vida alcanza a los hombres en la historia.
En los Sinópticos Jesús envía a sus discípulos al mundo entero para evangelizar. Se administrará el Bautismo de salvación. El santo Sacrificio perpetuado por Jesús será acicate para fortalecer la vida eterna incoada en el bautismo. En esta misma línea San Pablo afirma que la actualización del misterio pascual y la identificación con Cristo son efectuadas inicialmente en el hombre por el bautismo, y posteriormente intensificadas y culminadas por la participación eucarística. San Pablo también insiste en el aspecto dinámico de la iniciación cristiana, recordando el reto que supone cultivar, más allá del momento sacramental, la nueva vida recibida en el Espíritu, cuya presencia santificadora aparece como fundamento de una continua cristiformación mística, a partir del bautismo.
En San Juan encontramos una meditación sobre la nueva Vida que el Logos y el Espíritu dan a los hombres. El bautismo aparece como evento en el cual, gracias a la acción del Espíritu, el ser esencial del hombre queda transmutado en filiación celestial. Esta nueva «vida» –íntimo consorcio de vida con el Hijo– es intensificada aún más en el creyente por la Eucaristía.
2. DOCTRINA PATRÍSTICA SOBRE LA INSERCIÓN DEL HOMBRE EN LA PASCUA DEL SEÑOR 14
En los escritos antiguos una continuidad con el carácter critico-pascual del bautismo. Se destaca: (1) la convicción de una auténtica cristificación que la iniciación sacramental opera en el sujeto, en función de la cual (2) se exige al neófito una vida santa, y (3) se le promete una herencia gloriosa.
Clemente de Alejandría, de acuerdo con su mentalidad platónica (de gradualidad), enumera peldaños sucesivos que llevan a la gloria: por el bautismo, somos iluminados; por la iluminación, somos admitidos a la condición de hijos; por la admisión en la condición de hijos, somos perfeccionados; por la perfección, somos hechos inmortales (cfr. Paedagogus, I, 6, 26, 1).
Orígenes afirma que la gracia del bautismo inserta al individuo en el mismo dinamismo pascual de Jesús, de modo que se pueda decir que el sacramento otorga una primera participación en su muerte y resurrección. Para Orígenes la regeneración bautismal no es más que sombra y semilla de la renovación escatológica. El misterio del bautismo remite a un misterio mayor, apunta a una regeneración más completa; es realidad y promesa, incoación efectiva de la renovación del hombre en Cristo, pero no realización plena.
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