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El nacimiento de la humildad. Ensayo


Enviado por   •  4 de Mayo de 2016  •  Ensayo  •  941 Palabras (4 Páginas)  •  295 Visitas

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El nacimiento de la humildad.

Contrario a los órdenes del progreso, que es de menos a más y siempre un poco más, el crecimiento en el desarrollo espiritual es de más a menos. Así es, ha sido y será para quienes han practicado o quieren practicar un programa espiritual. Es entendible que esta filosofía moleste a un sinfín de personas que siguen creyendo que, el único propósito de la vida consiste en satisfacer los instintos primarios de relación sexual, material y de compañía. El problema radica en que, el ser humano, cree que una vez que sus necesidades primarias de sus instintos estén satisfechas, se acabaran las guerras y los problemas, entonces, y sólo entonces, tendrán tiempo para la formación del carácter y el desarrollo del espíritu; a pesar de las evidencias que demuestran lo contrario, tristemente, el hombre sigue sin aprender.

        Seguramente que ningún ser humano ha tenido resultados tan desastrosos en la aplicación de esta fórmula -satisfacer sólo los instintos-, como aquellos que ignoran y rechazan fortalecer su parte espiritual. Muy a menudo vemos al hombre y la mujer caminando sin rumbo -falta de sentido-, para ellos no hay un porqué y menos un para que en esta vida, se apartaron del camino que lleva a la felicidad verdadera. Por otro lado, cada vez abundan más y más niños huérfanos con padres vivos, estos padres y madres muertos en vida, trabajan hasta doce horas al día privándose y privando a sus hijos de su compañía, con el argumento estúpido de: para que no les falte nada, cuando es evidente que les falta todo -sus padres-. No está por demás mencionar la corrupción en nuestro país y nuestra familia; los constantes suicidios y las masacres causadas por jóvenes menores de veinte años, estas son, sólo unas cuantas consecuencias de rechazar o impedir (los poderosos) el nacimiento de la humildad en el corazón del hombre. Bien que decía la madre Teresa: el hombre tiene hambre no de pan sino de amor.

          Qué decir de las guerras entre las naciones, los partidos políticos y los diferentes dogmas religiosos, cada uno pugna por tener la razón y dominar a los demás, arrastrando en sus ansias de poder a gente inocente;  que deprimente es ver el espectáculo donde el hombre pelea con su hermano.

          En ningún momento se trata de insinuar que como sociedad y como individuos tenemos que ir en contra de los dones con los que Dios nos ha dotado, los instintos naturales; porque Él nos los ha dado para sí poder construir nuestro hogar y cosechar nuestros alimentos, para sí poblar la tierra y para sí relacionarnos con los demás como quiera que sean. Sino más bien, para poner los caballos delante de la carreta, es decir, darle a cada cosa y persona su lugar, su espacio y su tiempo.

          Bienaventurados los pobres de espíritu porque de ellos es el Reino de los cielos, reza el evangelio. ¿Quiénes son los pobres de espíritu? Seguramente que para los soberbios, los pobres de espíritu son gente mediocre y sin aspiraciones en la vida. No discutimos con este tipo de personas. Para nosotros los que estamos conscientes de nuestra necesidad espiritual, pobre de espíritu es, quien necesita cada día menos y menos de las personas y de las cosas para ser feliz, personalmente no he encontrado una manera más eficaz de tener paz que esta.

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