El sacramento de la penitencia

CAPÍTULO III.  

Del penitente

987.- Para recibir el saludable remedio del sacramento de la penitencia, el fiel debe estar de tal manera dispuesto que, rechazando los pecados cometidos y teniendo el propósito de enmendarse, se convierta a Dios.

El comentario hace alusión a que además de la contrición y la satisfacción es necesario el examen de conciencia, por ello es un requisito previo.^[1]

Llama mi atención que se presente como remedio, de ahí que se ubique entre los tres sacramentos de curación.

Pero hay ciertas condiciones previas para que, como remedio, sea saludable…

• Estar dispuesto
• Rechazar los pecados
• Propósito de enmendarse

Y hay una finalidad:

• La de convertirse a Dios.

En el Ritual de la Penitencia, el No. 1 de los Praenotada hace alusión al designio de Dios de reconciliar al mundo consigo en Cristo para establecer la paz^[2], de ahí que Cristo inicia su ministerio invitando a la conversión^[3]

Estar dispuesto significa que se haya hecho previo el examen de conciencia, esto, explica el RP^[4] implica que ha sido movido por el Espíritu Santo y por ello se acerca al sacramento, pues su corazón se ha vuelto a Dios.

En los apuntes^[5]: de Derecho canónico se explica que para la validez es necesario se manifieste al menos con algún signo de arrepentimiento y éste debe tener ciertas cualidades: nacido de la contrición, general y universal, decidido y serio, prudente y humilde.

En RyP, explica que “solo se puede llegar al Reino de Cristo mediante la metanoia, que es el cambio íntimo de todo el hombre, por el cual éste empieza a ajustar su vida y su modo de pensar y de juzgar, impulsado por la santidad y el amor de Dios, manifestados y plenamente comunicados a nosotros en su Hijo (cfr Heb 1, 2; Col 1, 19; Ef 1, 23). Así la autenticidad de la penitencia depende de esa contrición del corazón, porque la contrición debe penetrar hasta lo más íntimo del hombre, y lo configure con Jesucristo”.^[6]

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