Sacramentos

Los sacramentos

Con los sacramentos, los cristianos celebramos la presencia de Jesús y recibimos su fuerza y ayuda.

La relación con los cristianos con Dios es siempre de amistad o amor y, por la tanto, también puede crecer, estancarse o morir. Para que crezca y no se estanque o muera, es necesario cuidarla y alimentarla.

También la Iglesia tiene presente esta necesidad; por eso celebra los sacramentos. Con ellos los cristianos mediante unos signos acompañados de palabras, celebran la presencia de Jesús y reciben su fuerza y su gracia.

Los sacramentos de la Iglesia, instituidos por Jesús, son siete: bautismo, confirmación, perdón o reconciliación, eucaristía, unción de los enfermos, sacramento del orden y matrimonio. Y cada uno suele coincidir con una etapa importante de la vida del cristiano.

Los siete sacramentos son la celebración alegre y festiva del encuentro con Dios y con la comunidad. No son algo con lo que hay que cumplir si no que son la oportunidad que Dios da a los cristianos de unirse a Él, alimentar la fe y fortalecer el vínculo con los hermanos.

Los creyentes tienen en cuenta que participar de los sacramentos implica también el compromiso de vivir en coherencia con el Evangelio. Los sacramentos no son un fin en si mismos, si no un medio fundamental para que el creyente se vaya convirtiendo, poco a poco, en otro Cristo.

Los símbolos y los signos

Los signos y los símbolos son lenguajes que utilizamos frecuentemente. Nos servimos de ellos para expresar nuestras ideas, nuestros pensamientos y nuestros sentimientos.

Pero, aunque se suele utilizar el signo y el símbolo como sinónimos, conviene distinguirlos:

• El signo: es un objeto, fenómeno o acción material que representa o sustituye a otro objeto, fenómeno o acción. Entre el signo y el objeto al que representa existe una relación natural.

• El símbolo: es la representación de una realidad mediante signos que no guardan relación natural con el hecho que sustituyen.

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