Ensayo del Capítulo 5, Trabajando para el cambio

Ensayo del Capítulo 5, Trabajando para el cambio.

Una de las cosas más relevante que se espera de una consejería, y creo que esto es lo que se espera, es que tanto el consejero como el aconsejado esperan poder llegar a progresar y evidenciar un cambio positivo. El autor de manera relevante expone los principales aspectos para llegar a esta meta, sin embargo también presenta los retos y dificultades que se presentan para poder llegar a cumplir esta meta.

Este capítulo es realmente fascinante en cuanto a lo todo lo que respecta a esa estructura de la cual nosotros como consejeros buscamos que se erija en el aconsejado, claro está con la ayuda del Espíritu Santo. Esta estructura de la cual el autor nos habla, inicia con unos buenos cimientos, de los cuales deben estar formándose en las primeras sesiones, después nosotros mismos debemos identificar que tan bien están esos cimientos, para poder así continuar con otra etapa, que nos permitirá no limitarnos a sobreedificar las bases que ya el aconsejado a formado.

El autor recomienda cuatro pasos básicos, (Actualizar Información, Preguntar acerca de las tareas asignadas previamente, seguir examinando inquietudes y ofrecer remedios redentores.) que nos permitirán avanzar, y estos en mi opinión aunque a simple vista se podría decir que son algo simples, tienen una gran profundidad que permite llevar al consejero a entender más la situación del aconsejado, y aunque el aconsejado lo vea como simples preguntas y simples tareas que por así decirlo, permiten romper el hielo en la conversación, viéndolo de otro modo es mucho más que eso, porque dependiendo de la respuesta, la conversación cambiara y se tornara diferente, dependiendo de las repuestas y hacia qué punto el consejero quiere que se dirijan las cosas, el espíritu santo tendrá campo y vía libre en la cual podrá trabajar.

En conclusión creo que todo el trabajo de un consejero en el aconsejado según el autor, es en otras palabras un proceso de discipulado, que conlleva muchas cosas que no son para nada superficiales, antes son muy profundas y nos llevan a un viaje dentro de la persona que estamos aconsejando, en este viaje la persona que va conduciendo es el aconsejado y la persona que lleva el mapa de la mente es el consejero, el aconsejado tiene la gran responsabilidad de llevar el timón del vehículo porque el mismo tiene en sus manos la decisión de hasta dónde quiere llegar, el pude decidir parar o seguir y dependiendo de eso, la llegada a su destino se tornara más distante; y el consejero lleva el mapa porque en su experiencia sabe cuáles son las mejores rutas, para llegar a ese lugar el cual el aconsejado quiere llegar, él debe también en medio del camino animar y procurar que el conductor llegue sano y salvo a su destino, y sabe que habrá un momento en el cual el conductor estará listo y tendrá los suficientes atajos, que le permitirán a él con el espíritu santo, llegar a su parada final.

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