LOS LIBROS POÉTICOS O SAPIENCIALES
Enviado por victorman_89 • 24 de Agosto de 2021 • Resumen • 28.685 Palabras (115 Páginas) • 565 Visitas
LOS LIBROS POÉTICOS O SAPIENCIALES
- Job
- Salmos
- Proverbios
- Eclesiastés
- El Cantar de los Cantares
- Sabiduría
- Eclesiástico
A los libros históricos sigue, en el Canon del Antiguo Testamento, el grupo de los libros llamados didácticos (por su enseñanza) o poéticos (por su forma) o sapienciales (por su contenido espiritual), que abarca los siguientes libros: Job, Salmos, Proverbios, Eclesiastés, Cantar de los Cantares, Sabiduría, Eclesiástico. Todos éstos son principalmente denominados libros sapienciales, porque las enseñanzas e instrucciones que Dios nos ofrece en ellos, forman lo que en el Antiguo Testamento se llama Sabiduría, que es el fundamento de la piedad. Temer ofender a Dios nuestro Padre, y guardar sus mandamientos con amor filial, esto es el fruto de la verdadera sabiduría. Es decir, que si la moral es la ciencia de lo que debemos hacer, la sabiduría es el arte de hacerlo con agrado y con fruto. Porque ella fructifica como el rosal junto a las aguas (Ecli. 39, 17).
Bien se ve cuán lejos estamos de la falsa concepción moderna que confunde sabiduría con el saber muchas cosas, siendo más bien ella un sabor de lo divino, que se concede gratuitamente a todo el que lo quiere (Sab. 6, 12 ss.), como un don del Espíritu Santo, y que en vano pretendería el hombre adquirir por sí mismo. Cf. Job 28, 12 ss. La Liturgia cita todos estos libros, con excepción del de Job y el de los Salmos, bajo el nombre genérico de Libro de la Sabiduría, nombre con que el Targum judío designaba el Libro de los Proverbios (Séfer Hokmah).
Los libros sapienciales, en cuanto a su forma, pertenece al género poético. La poesía hebrea no tiene rima, ni ritmo cuantitativo, ni metro en el sentido de las lenguas clásicas y modernas. Lo único que la distingue de la prosa, es el acento (no siempre claro), y el ritmo de los pensamientos, llamado comúnmente paralelismo de los miembros. Este último consiste en que el mismo pensamiento se expresa dos veces, sea con vocablos sinónimos (paralelismo sinónimo), sea en forma de tesis y antítesis (paralelismo antitético), o aún ampliando por una u otra adición (paralelismo sintético). Pueden distinguirse, a veces, estrofas.
Al género poético pertenece también la mayor parte de los libros proféticos y algunos capítulos de los libros históricos, p. ej. la bendición de Jacob (Gén. 49), el cántico de Débora (Jueces 5), el cántico de Ana (I Rey. 2), etc.
ORACIONES Y SALMOS EN ISRAEL Y EL ANTIGUO ORIENTE
Domingo Cosenza OP
Si queremos resumir en poco espacio las amplias exposiciones que Israel escribió sobre su historia y quedarnos con lo fundamental, deberíamos mencionar las dos grandes intervenciones de YHWH que dieron a su pueblo el fundamento de la salvación. La primera de estas intervenciones la constituye toda una serie de acciones, recogidas en la historia de salvación narrada en los primeros libros de la Escritura, desde Abraham hasta Josué. La segunda intervención fue la ratificación para siempre de David y su descendencia en la ocupación del trono de Israel.
Frente a las acciones salvíficas de su Dios, Israel no permaneció mudo. Se dirigió personalmente a YHWH, lo alabó, le formuló preguntas, se lamentó ante él de sus sufrimientos. Porque YHWH no había eligido un pueblo como objeto pasivo de su voluntad histórica, sino para dialogar con él.
INDICE
- El Dios que obra en la historia.
- El libro de los Salmos.
- Géneros y teología de los Salmos.
- Los Salmos en la religiosidad judía en el tiempo de Jesús.
- El Salterio en la primitiva predicación cristiana.
BIBLIOGRAFIA CONSULTADA.
- El Dios que obra en la historia
La respuesta de Israel al Dios que le habla en su historia nos muestra la conciencia que este pueblo tiene de lo que YHWH va obrando en él. Nos descubre como fue entendiendo su relación y proximidad con su Dios. Nos muestra también cómo se comprendió a sí mismo Israel y cómo se veía ante sus ojos cuando se acercaba a dialogar con él. Por eso podemos encontrar en la alabanza de Israel una imagen del hombre ante el Dios vivo, y no tan sólo una variante más de los tantos modelos antropológicos que el hombre se ha fabricado a sí mismo.
La respuesta a las intervenciones de YHWH.
La más antigua alabanza fue sin duda el canto de victoria en las tiendas de los justos, que celebraba las intervenciones guerreras de YHWH. El canto de Moisés junto al Mar Rojo conserva el recuerdo de un puro milagro: "Canto a YHWH pues se cubrió de gloria arrojando en el mar caballo y carro. Mi fortaleza y mi canción es YH. Él es mi salvación. Él, mi Dios, yo le glorifico, el Dios de mi padre, a quien exalto" (Ex 15,1-2). Ningún israelita intervino.
Muy diversa es el canto de Débora. Nos describe con gran lujo poético la llegada de Dios a la batalla: "¡Escuchad, reyes! ¡Prestad oídos, príncipes! Yo a YHWH, yo voy a cantar. Tocaré el salterio para YHWH, Dios de Israel. Cuando saliste de Seír, YHWH, cuando avanzaste por los campos de Edom, tembló la tierra, gotearon los cielos, las nubes en agua se fundieron. Los montes se licuaron delante de YHWH, el del Sinaí, delante de YHWH, el Dios de Israel" (Jue 5,3-5). El canto no se detiene a pensar sobre el modo cómo Dios intervino. Más bien, fueron las tribus presentes en el combate las que ayudaron a YHWH: "Maldecid a Meroz, dice el Ángel de YHWH, maldecid, maldecid a sus moradores: pues no vinieron en ayuda de YHWH, en ayuda de YHWH como los héroes" (Jue 5,23).
Es sobre todo en el culto donde Israel ha celebrado con su alabanza las intervenciones de Dios en la historia. Los himnos históricos dependen de una esquema canonizado de la historia salvífica cuya forma primitiva subsiste en el credo de Dt 26,5s: "Mi padre era un arameo errante que bajó a Egipto y residió allí como inmigrante siendo pocos aún, pero se hizo una nación grande, fuerte y numerosa. Los egipcios nos maltrataron, nos oprimieron y nos impusieron dura servidumbre. Nosotros clamamos a YHWH Dios de nuestros padres, y YHWH escuchó nuestra voz; vio nuestra miseria, nuestras penalidades y nuestra opresión, y YHWH nos sacó de Egipto con mano fuerte y tenso brazo en medio de gran terror, señales y prodigios. Nos trajo aquí y nos dio esta tierra, tierra que mana leche y miel. Y ahora yo traigo las primicias de los productos del suelo que tú, YHWH, me has dado". Un ejemplo de este tipo de himnos lo encontramos en el salmo 136, a modo de una simple enumeración de los hechos de la creación y de la historia salvífica. En virtud de su amor eterno estableció una continuidad entre la creación y la salvación: "El solo hizo maravillas... Hizo los cielos con inteligencia... sobre las aguas asentó la tierra... Hizo las grandes lumbreras... el sol para regir el día... la luna y las estrellas para regir la noche... Hirió en sus primogénitos a Egipto... y sacó a Israel en medio de ellos... con mano fuerte y tenso brazo, porque es eterno su amor "(136,4-12).
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