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La biblia como obra de arte


Enviado por   •  2 de Junio de 2017  •  Ensayo  •  2.942 Palabras (12 Páginas)  •  263 Visitas

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La Poética de Dios

Dios ha hablado se ah revelado a sí mismo. Pero cómo es posible que el hombre pueda entender el lenguaje de Dios, como el ser humano ha interpretado ese lenguaje. Mucho se ha dicho sobre lo que Dios revelo de sí mismo y varias han sido las interpretaciones. Sin embargo poco se ha dicho sobre el cómo se ah revelado es decir cuál es el lenguaje que Dios utilizo, cómo es posible que Dios y el hombre tengan una comunicación y más aun una comunión.

Dios tuvo que dar una solución al cómo hablar y ser entendido o al menos escuchado, tuvo que crear su propia poética,  una manera en la que toda su soberanía y su majestuosidad pudieran ser escuchadas por el ser humano y en sus pocas posibilidades entenderla.

Así la creación de Dios comienza con el universo, los cielos y la tierra. La naturaleza  es la primera forma de comunicación de Dios para con el ser humano, es a  travez de esta que comunica su grandeza su omnipotencia pero también la voluntad de ser escuchado y de compartirse con su creatura es decir con el otro. Así a lo largo de la historia dios fue encontrando una solución artística para comunicar de mejor manera su voluntad y su mensaje.

Tanto la profecía como la poesía fueron también herramientas artísticas de Dios, los profetas mensajeros del oráculo divino tienen la posibilidad de ser usados como tinta y papel o como altavoces de la voluntad divina. Así de igual forma el texto bíblico es una manera de expresión de Dios. Dos se convierte a sí mismo en el primer creador verbal un artista divino, un creador superior a cualquiera pues crea a partir de la nada.

Es pues una necesidad humana el poder entender y descifrar el lenguaje de Dios. Lo  expresado en la creación así como por los profetas, en el texto bíblico y por supuesto lo revelado por Jesucristo son maneras artísticas del lenguaje de Dios.

Para hacer un breve acercamiento a la poética de Dios, se tendrá que desmenuzar paso a paso lo que de Dios se puede conocer. Tomando como herramienta el Proceso de Aproximaciones Sucesivas y Acumulativas  que involucra de manera práctica, en el análisis e interpretación de un texto artístico al autor, al texto y al lector; es decir la poética narrativa, a partir de ciertos elementos (acontecimiento; imagen y voz de los personajes y el narrador; tiempo; espacio;  autor y lector), donde uno lleva a otro y así sucesivamente acumulando éstos para mejor conocimiento y aprehensión del texto, modificando en el lector su posición y perspectiva con respecto a él.

Capitulo 1 la Biblia como obra de arte.

Desde siglos la Biblia ha sido considerada como una de las obras más importantes de la literatura universal, pero en realidad pocos han sido los esfuerzos  por someter el texto bíblico a un estudio crítico fundamentado en la teoría literaria; posiblemente, porque se considera que al catalogar a la Biblia como un texto literario pierde su valor espiritual y religioso. Lo cual es, prácticamente, imposible puesto que de hecho la intención de los textos sagrados es religiosa.

Hoy se sabe que en la interpretación de la Sagrada Escritura es imposible desprender el mensaje de su forma literaria; es decir, el autor adopta una forma estética para exponer o expresar su pensamiento. Éste toma en cuenta la transmisión de su mensaje; ya que la forma en que diga o construya lo que quiere decir  (el mensaje) afectará directa o indirectamente al receptor.

Para el análisis e interpretación de un texto artístico, en este caso La Biblia, es importante analizar o, por lo menos, hacer un pequeño acercamiento  al autor, al texto y al lector. Con otras palabras, es necesario dar cuenta la poética narrativa o estructura y composición del texto. Así, se pueden encontrar, dentro éste, elementos como el acontecimiento; la imagen y voz de los personajes y del narrador; el tiempo; el espacio; sin olvidar, claro está, al autor y al lector. Dentro de la poética narrativa cada elemento lleva a otro con la intención de modificar en el lector su posición y perspectiva con respecto al texto.

De esta manera, en el presente trabajo se abordará la importancia de la profecía en la vida del pueblo de Israel y de cómo Dios ha utilizado la literatura para refigurar la conciencia de su pueblo, brindarle esperanza, consuelo, libertad y salvación.

La Biblia es, al margen de otras consideraciones, una obra literaria en la que convergen grandes genios de la literatura, Decía el escritor Juan Rulfo que “la literatura es mentira, pero de esa mentira sale una recreación de la realidad; recrear la realidad es, pues, uno de los principios fundamentales de la creación” (Huamán, 2007: 11); si se sigue lo dicho por Rulfo: “la ficcionalización no es ajena a recrear desde la imaginación una parte de la historia y, por lo tanto parte de la memoria” (Huamán, 2007: 11 y 12). Con esto no se quiere decir que lo contenido en la Biblia sea mentira, sino más bien es una recreación de lo vivido, de la historia contenida en la memoria de las comunidades hebreas recogida de la tradición oral y vertida en escritura por los compiladores-autores bíblicos.

Así, dos de los elementos más recurrentes en las narraciones bíblicas son la poesía y la profecía  medios por los cuales se puede conocer el actuar de Dios y los designios para con su pueblo. Textos como Salmos, el cantar de los cantares, proverbios etc. son una muestra de la creación poética del pueblo hebreo. Isaías, Jeremías, Amos, Óseas etc. son a su vez modelos de la producción profética de Israel.

Dice Emilio Abreu Gómez en Canek que:

-En los libros se dice lo que es un profeta y también lo que es un poeta. Se dice esto pero muchos lo han olvidado. Es bueno recordarlo. Es profeta el hombre que puede mirar el rostro de Dios; en su resplandor aprende a distinguir la verdad, de la mentira. Por eso le es dable hablar de lo que habrá de suceder en el tiempo. Es poeta el que recibe en su rostro la Mirada de Dios. Por eso le es dable distinguir la belleza, de la fealdad. Los profetas tuvieron permiso para guiar a los hombres que vendrá. Los poetas tienen licencia para guiar a los hombres que son. Unos y otros, cuando tienen conciencia del dolor, hacen el bien. (Abreu, 1996: 92).

En la historia del pueblo de Israel tanto profetas como poetas cumplen una función no muy distinta a la que Emilio Abreu describe en su novela. Anunciar y denunciar, dar testimonio de la creación y acción de Dios en el mundo. Sin embargo, no pierden su condición de hombres: imperfectos, débiles, sensibles; pero llamados a ser luz y palabra para con sus iguales.

El profeta.

Mensajero y no mensaje, cuchara y no miel sino valiosa cuchara.

 La palabra profeta deriva del griego προφήτης (profétes), cuyo significado etimológico es el de "hablar en nombre de", "ser portavoz" de otro. En hebreo, se nombra de dos formas, la primera es  "nabi" que significa "el que ha sido llamado", "el que tiene una vocación". El otro nombre es "roéh" o "choséh" que quiere decir "el vidente", el que ve lo que Dios le muestra en forma de visiones, ensueños, etc. Ambos nombres expresan la idea de que el profeta es instrumento de Dios, hombre de Dios que no ha de anunciar su propia palabra sino la que el Espíritu de Dios le sopla e inspira. Se le llama popularmente "profecía" a la predicción de eventos futuros que no pueden ser conocidos por medios naturales; pero la palabra hebrea “hozeh” (profecía) abarca mucho más. Se trata de una “visión” o “revelación interpretada”.  El profeta es enviado por Dios a proclamar al pueblo la verdad que conduce, es enviado a la conversión y a la obediencia.

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