PERFIL DE TRES MONARCAS.RESEÑA
Enviado por ergalarce • 19 de Junio de 2019 • Reseña • 1.607 Palabras (7 Páginas) • 7.594 Visitas
ESCUELA MINISTERIAL
Informe Escrito #1:
Perfil de Tres Monarcas: Saúl, David y Absalón
Descripción
El drama de la historia pertenece al género dramático. El argumento trata de la obediencia y la autoridad en el reino de Dios. La historia se divide en dos partes: en la primera se presenta a un rey anciano, Saúl, y a un pastorcito, David; y en la segunda, aparece de nuevo un rey anciano, David, y un joven, su hijo Absalón. Es un relato corto y ameno que nos ayuda a comprender mejor el el abuso de la autoridad. El escritor usa la vida de tres monarcas: Saúl, David y Absalón para darnos un mensaje sobre la sumisión, el quebrantamiento y cómo manejar la autoridad.
Perfil de Saúl
Fue el primer rey de Israel (1045-1010 a.C.), hijo de Cis, de la tribu de Benjamín. Era de origen humilde, de gran altura, bien parecido, simpático y procedía de un linaje de grandes personajes históricos. Fue el Ungido de Dios para iniciar la monarquía y representar el Reino de Jehová sobre su pueblo. Además de sus problemas políticos, Saúl tenía debilidades personales: su melancolía y sus celos lo impulsaron a perseguir a David por su creciente popularidad. Su caída explica lo erróneo de confiar más en sus dotes personales que en las indicaciones divinas.
Perfil de David
Fue el segundo rey de Israel (1000-962 a.C.) Fue el menor de ocho hermanos y su padre, Isaí, fue nieto de Rut y Booz. Desde muy joven demostró tener valor y ternura como pastor de ovejas. Sustituyó al Rey Saúl y sirvió en la corte como un músico excelente para tocar el arpa y calmar la turbada mente del rey. Se enfrentó a Goliat y lo venció, hazaña que señaló el comienzo de la amistad con Jonatán (hijo de Saúl) y de su desarrollo como guerrillero y héroe del pueblo. Además, se vio manifiesta su grandeza como poeta, músico y compositor.
Perfil de Absalón
Tercer hijo de David que se destacó por su hermosura y su cabello. Se vengó de su hermano Amnón porque deshonró a su hermana Tamar y se tuvo que ir al destierro por tres años a Gesur. Se aprovechó del descontento de cierto sector del pueblo para sublevarse contra su padre, proclamándose rey en Hebrón, donde David comenzó su reinado.
Apuntes sobre el Quebrantamiento, la Sumisión y la Autoridad
Quebrantamiento. Rara vez se encuentra en una sola persona la habilidad, la virtud y la fuerza de voluntad que vemos en David, aunque haya pasado por momentos de quebrantamiento. El estar mezclado con quebrantamiento, tristeza y aflicción para comportarse en la vida como un David es un don especial que escasea en nuestros tiempos. El estar dispuesto a perderlo todo y darle plenos poderes a Dios para terminar su reinado, si es su voluntad; eso sí es un ejemplo para todos los que tienen o aspiran ministerios.
Sumisión. David vivió una vida de sumisión y no de autoridad. Los hombres que insisten en que se les delega autoridad sin ser sumisos sólo prueban que no tienen ninguna. Los que pronuncian discursos acerca de sumisión sólo revelan el doble temor de su corazón y no están seguros de que son realmente verdaderos líderes, ordenados por Dios. David enseña cómo perder, no ganar; a dar, no a quitar y mostró que es más cómodo ser seguidor que líder.
Autoridad. Toda autoridad viene de Dios (Rom 13.1) y su ejercicio en la tierra debe someterse a las exigencias de la voluntad divina. Por eso David, aunque tuvo la oportunidad de vengarse contra Saúl porque él lo buscaba para matarlo por envidia, rehusó hacerle daño. En cierta ocasión, David entró en una cueva y vio a Saúl allí de lejos, sin que Saúl lo supiera. ¡Qué oportunidad! Los soldados de David le dijeron - ¡Mátalo! “No Tocar al Ungido del Señor” - David les contesta. “Y David respondió a Abisai: No le mates; porque ¿Quién extenderá su mano contra el ungido de Jehová, y será inocente? Dijo además David: Vive Jehová, que si Jehová no lo hiriere, o su día llegue para que muera, o descendiendo en batalla perezca, guárdeme Jehová de extender mi mano contra el ungido de Jehová...” ( 1 S 26:9-11
¿Por qué tuvo temor David de hacerle daño a Saúl, a pesar de su maldad? Porque David fue temeroso de Dios y no sobrepasaba sus límites y respetaba la autoridad que Dios le había conferido al Rey Saúl. Los hombres que no tienen autoridad hablan todo el tiempo de ella. Sin embargo, David que la tenía no hacía alarde y nunca hablaba de ella a sus seguidores, los humildes, ni tampoco se refirió a la obediencia, pero todos se sometían sin seguir ningún reglamento que él hubiese establecido. Bastaba sólo con ser el buen David que todos amaban y respetaban, menos Saúl y su hijo Absalón. Enseñó que la autoridad no pone resistencia a la rebelión, sobre todo cuando esa rebelión no es más peligrosa que la inmadurez, o tal vez la insensatez.
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