Protejamos nuestra valiosa herencia
Enviado por emanuel paez • 23 de Noviembre de 2021 • Informe • 1.459 Palabras (6 Páginas) • 119 Visitas
Protejamos nuestra valiosa herencia
PERSONAS han asesinado por ella. Otras han muerto sin nunca haberla recibido. Muchas, después de haberla recibido, la han despilfarrado, pero rara vez alguien la rechaza… ¿Sobre qué estamos hablando? sí, sobre una herencia. Estas situaciones son normales cuando hay propiedades que se han de heredar.
La Biblia usa el término herencia(s) 229 veces, y en la mayoría de las ocasiones se refiere a un legado de tierra o propiedad. Pero la Palabra de Dios también habla de una herencia que es infinitamente superior a cualquier herencia que pueda figurar en un testamento, pero a diferencia de las demás está al alcance de todos nosotros, que la alcancemos depende de dos cosas: 1) que no la despreciemos y/o 2) de que nuestros enemigos no nos la quiten.
Pero, ¿de qué se trata esta herencia valiosa? ¿Quienes nos la quieren quitar? ¿Qué podemos hacer para evitar perderla?
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Bueno, en nuestro caso la herencia puede ser la de tener vida perfecta como parte de la “nueva tierra”, una nueva sociedad de personas redimidas por el sacrificio de Jesucristo. Esto ofrece la posibilidad de vida eterna en un planeta transformado y libre de contaminación. Así que podemos decir que Jehova nos ofrece un lugarcito en el nuevo mundo que muy pronto va a traer.
Pero tenemos enemigos que nos la quieren quitar, Satanás, los demonios, sus seguidores, el mundo malvado que nos rodean, no quieren que recibamos esta herencia, hacen todo lo posible por robarnosla. ¿Qué podemos hacer para que eso no suceda, y así poder proteger nuestra porción? Para responder esta pregunta, vamos a analizar dos ejemplos del pasado, en la lectura asignada para esta semana encontramos: un buen ejemplo, y un mal ejemplo.
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Por empezar, veamos el buen ejemplo. En el antiguo Israel, cuando se hablaba de herencia mayormente se referia a posesiones territoriales: una ciudad, un campo, etc. Cuando Jehova repartió las tierras en la tierra prometida, a Caleb, de la tribu de Judá, le tocó su parte correspondiente, ¿cuál era? la ciudad de Hebrón y los territorios aledaños a esta. Nos imaginamos lo feliz y emocionado que se habrá sentido Caleb cuando supo dónde iría a vivir, donde se establecerian sus generaciones siguientes. En ese momento Caleb ya tenía 85 años de edad, y venía de haber vagado 40 años por el desierto, y de haber participado en las batallas para conquistar la tierra prometida por 6 años. Seguro que no vería la hora de echar raíces en un lugar. Pero claro, él todavía no tomaba posesión de esa herencia prometida, porque estaba ocupada, ocupada por peligrosos enemigos… pero para Caleb esa herencia ya era suya, la podía palpar, porque JEHOVÁ SE LA HABÍA PROMETIDO. Por esa razón, él la valoró tanto y la cuido con todas sus fuerzas, ¿como lo sabemos? vayamos al relato de Josue 15:14 por favor. y veamos lo que hizo caleb para proteger su herencia:
14Así que Caleb expulsó de allí a los tres hijos de Anac: Sesái, Ahimán y Talmái, descendientes de Anac.
Caleb básicamente lo que hizo, fue obedecer a Jehová. Deuteronomio 20:17 era muy claro, alli decia: Debes destruirlos a todos —a los hititas, los amorreos, los cananeos, los perizitas, los heveos y los jebuseos—,tal como Jehová tu Dios te ha mandado.
Así que Caleb hizo esto: expulsó a aquellas personas que Jehova ya no quería en ese territorio. Esto no fue fácil, ya que la región estaba ocupada por los Anaquim, personas con estatura extraordinaria, los cuales ya contaban con ciudades fortificadas y con armas más sofisticadas. Pero a Caleb nada de esto le importó, él hizo lo que era necesario para cuidar y proteger su herencia. Podemos estar seguros de que él siempre recordó las palabras que encontramos en Deuteronomio 20:3 y 4. los invito a que leamos juntos, por favor
3 ‘Escucha, oh, Israel. Ustedes están a punto de pelear contra sus enemigos. No se desanimen. No tengan miedo ni se aterroricen ni tiemblen por culpa de ellos,4 porque Jehová su Dios va con ustedes para pelear por ustedes contra sus enemigos y así salvarlos’.
Con seguridad Caleb hizo suya esta promesa, y sabiendo que Jehova iba a ayudarlo, no se durmió en los laureles, sino que desposeyó a sus enemigos y se apropió de su herencia.
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Pasemos ahora al mal ejemplo del que hablamos. Se trata de los israelitas de la tribu de Efrain, veamos lo que ellos no hicieron en comparación a Caleb a la hora de tomar posesión de su herencia. Leamos Juntos Josue 16:10 por favor,
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