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Soy un hijo de Dios


Enviado por   •  5 de Abril de 2021  •  Ensayo  •  595 Palabras (3 Páginas)  •  151 Visitas

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Soy un hijo de Dios

Soy un hijo de Dios, del universo, donde todo es uno con Dios. Soy una parte indisoluble de Dios; una parte indisoluble de su creación; de la creación divina.

Muchas veces se me han hecho notar aquellos momentos en que me aparté del camino trazado; por no saber o no entender cuál es mi rol en la creación; por ignorancia natural; por no haber escuchado y atendido ciertos mensajes; por querer hacer mi voluntad; ejercer mi libertad, ejercer mi libre albedrío, como otros tantos lo hacen. Según cómo permití que la vida me fuera llevando, tirando.

No es fácil vivir en comunidad con nuestra fuente creadora; con nuestra propia divinidad. No nos educaron para ello, nos hicieron ser fieles y devotos creyentes de cierto credo religioso y temerosos de los castigos por transgredir ciertas creencias.

A través de nuestro propio albedrío, si tenemos la suerte de despertar, podemos ir avizorando un panorama que nos inste a replantear ciertas creencias, o afianzar un sentir espiritual. Mientras tanto, avanzamos a los tropezones, chocando muchas veces con la misma piedra; pagando consecuencias; y tal vez, algo podemos ir aprendiendo en este recorrido. Lleva su tiempo. Tiene su costo. No nacemos sabiendo, nadie viene con un manual bajo el brazo. Vamos aprendiendo.

Nos vamos redimiendo a costa de nuestro propio sacrificio, nos vamos haciendo conocedores del juego de la vida, en busca de nuestra propia sabiduría, en busca de sentido y propósito.

Pareciera que, según nuestro destino, o sentido de nuestra existencia; si es que lo hemos encontrado; algunos llamados de atención se hacen cada vez más claros.

Nuestra capacidad de escucha no la tenemos adecuadamente desarrollada; tenemos que aprender a diferenciar que oír no es lo mismo que escuchar; nos falta entrenamiento. A veces ni nosotros mismos logramos escucharnos. Estamos ocupados o distraídos en otras cosas, en otros quehaceres, intentando vivir nuestra propia vida.

Si no hay cierto grado de espiritualidad morando en nuestro interior, se nos dificulta aún más esta tarea.

Soy el resultado del milagro de la vida. Soy un milagro en este mundo, aunque me cueste convencerme, aceptarlo, asumirlo. Y como tal, debo rendir culto a mi divinidad creadora. De otro modo, mi vida podría transcurrir a la deriva, envuelta en el caos y en un devenir sin sentido.

Mi sentido más profundo es que soy parte del universo, soy pura energía, la misma de la que se nutre este universo que me rodea. La magia, el misterio de la creación están en mí. Soy vida, portador y difusor de este milagro. Soy parte del todo que existe en este momento de mi breve transición por este querido planeta. Soy átomo; soy célula, soy inteligencia, soy creación, soy hacedor de mi destino, soy lo que quiera ser por voluntad de mi creación divina. Soy aire, oxígeno, sol, agua.

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