A Donde Esta Tu Alfoli
Enviado por panagiotisx1 • 27 de Septiembre de 2011 • 4.224 Palabras (17 Páginas) • 653 Visitas
Adónde está tu Alfolí?
Sabido es que no hay cuerpo humano que pueda sobrevivir sin alimento. A esto lo podría desarrollar con mayor precisión, cualquier buen médico. Quien no come, se debilita primero y se muere irremediablemente después. Los que conocen de cerca los síntomas de una muerte por inanición, sostienen que primeramente sobrevienen intensos dolores, producto de que el organismo comienza a consumir sus propias reservas. Luego se pasa a un estado general de profunda debilidad, en el que la persona es incapaz de realizar movimiento alguno y, finalmente, ya con el paciente en un estado de inconsciencia o coma, se produce inevitablemente la muerte.
¿Qué se debe hacer, entre otras cosas, para evitar este tremendo flagelo en aquellos lugares donde el alimento no es abundante? Lo primero, salir a procurarlo, salir a buscarlo donde quiera que se encuentre. Ya no es factible quedarse esperando que llueva del cielo, tal como cayó el maná en el desierto. Dios no se repite, tiene creatividad suficiente para inventar algo nuevo cada día. Además nos ha dado una mente lúcida que debemos utilizar para tejer estrategias a favor del Reino, no para intentar analizarlo a Él. Cuando se encuentra buen alimento, se lo debe administrar correctamente. Lo que se necesita se consume y lo que resta, a diferencia de aquel viejo maná, se guarda en graneros, también llamados alfolíes. De la cantidad y la calidad de alimento que haya en su alfolí, mi estimado hermano o hermana, dependerá su vida y la de su familia.
¿Y qué es un alfolí? Un lugar, precisamente, empleado para guardar los cereales en grandes cantidades, algo así como hoy son los silos que encontramos en cada establecimiento rural. Sin embargo, no todo era campestre, ya que para este fin, también solían usarse grandes cántaros y habitaciones en los altos de las casas de familia. Había viviendas, incluso, que se dedicaban exclusivamente al almacenaje de granos. Los tesoros del rey eran enormes y abastecían a muchos de sus empleados, y constituían ciudades de aprovisionamiento como en el caso de Salomón. En tiempos “turbulentos” se usaban “depósitos” y hasta pozos para esconder los comestibles. Nuestros antepasados pensaban con gran esmero en la seguridad de su alimento. ¿Estará haciendo lo mismo en el plano espiritual la Iglesia del señor en estos tiempos? Miremos la Biblia y los antecedentes históricos que contiene al respecto.
(Génesis 41: 54)= Y comenzaron a venir los siete años del hambre, como José había dicho; y hubo hambre en todos los países, mas en toda la tierra de Egipto había pan.
(55) Cuando se sintió el hambre en toda la tierra de Egipto, el pueblo clamó a Faraón por pan, y dijo Faraón a todos los egipcios: Id a José, y haced lo que él os dijere.
(56) Y el hambre estaba por toda la extensión del país. Entonces abrió José todo granero donde había, y vendía a los egipcios; porque había crecido el hambre en la tierra de Egipto.
En lo estrictamente histórico, geográfico y literal, es notorio que debe haber ocurrido alguna catástrofe de grandes dimensiones, porque Egipto recibía casi toda el agua de la que disponía del río Nilo, de las lluvias propias de las estaciones que caen en lo profundo del este de África. No sólo escasearon las lluvias allí, sino que el río Nilo, que se desbordaba todos los años, aparentemente no se salió de su cauce durante varias temporadas, quizás en todo el transcurso de aquellos siete años. Sin la crecida de las aguas del Nilo, muy poco podía cosecharse en Egipto. En lo espiritual, podemos resumirlo en el hecho esencial: cuando escasea el alimento, es decir la Palabra fresca y revelada y por consiguiente hay hambre en el pueblo, la solución está en abrir los graneros, los alfolíes. En un salmo donde David habla de la prosperidad, vuelve a mencionarlo.
(Salmo 144: 12)= Sean nuestros hijos como plantas crecidas en su juventud, nuestras hijas como esquinas labradas como las de un palacio; (13) nuestros graneros llenos, provistos de toda suerte de granos, nuestros ganados que se multipliquen a millares y decenas de millares en nuestros campos.
Esto nos dice que una iglesia próspera es aquella que guarda en sus graneros, toda clase de granos, alta calidad en su alimento. ¿Quiere saber usted cómo está su congregación? Mire la calidad de lo que hay en su alfolí. ¿Quiere una receta para mantener su alfolí rebosante? Mire:
(Proverbios 3: 1)= Hijo mío, no te olvides de mi ley y tu corazón guarde mis mandamientos; (Lo primero, es guardar la pureza y la autenticidad de la Palabra) (2) porque largura de días y años de vida y paz te aumentarán.
(3) Nunca se aparten de ti la misericordia y la verdad; átalas a tu cuello, escríbelas en la tabla de tu corazón; (4) y hallarás gracia y buena opinión ante los ojos de Dios y de los hombres.
(5) Fíate (Esto quiere decir: apóyate) de Jehová de todo tu corazón, (Iglesia: ¡Confía en Dios!) Y no te apoyes en tu propia prudencia.
(6) Reconócelo en todos tus caminos, y él enderezará tus veredas.
(7) No seas sabio en tu propia opinión; teme a Jehová y apártate del mal; (8) porque será medicina a tu cuerpo, y refrigerio para tus huesos.
(9) Honra a Jehová con tus bienes (¡Esto se llama Ofrenda!) Y con las primicias de todos tus frutos, (¡Esto se llama Diezmo!) (10) y serán llenos tus graneros con abundancia, y tus lagares rebosarán de mosto.
Aquí está en juego el principio de la siembra y la cosecha. Ese principio fue, es y será válido, pero bajo ciertas condiciones: Sembrar lo debido en el lugar indicado. ¿Y por qué a veces no funciona? Hay dos causas básicas: O no estamos honrando a Dios con nuestros bienes ni con las primicias de nuestros frutos, o bien esto se está haciendo pero en un lugar que no es granero, que no es alfolí y que por lo tanto Dios no puede bendecir porque se pierde o se roba. Pero hay otro texto que es mucho más claro y concreto.
(Proverbios 14: 4)= Sin bueyes el granero está vacío; mas por la fuerza del buey hay abundancia de pan.
El buey es símbolo de poder y el pan del alimento. No es así? Lo que aquí le está diciendo es que, si no hay poder de Dios manifestado, el alfolí no guarda nada que sirva, es pura hojarasca. Pero que si le da vía libre al poder del Espíritu Santo, eso produce palabra, alimento en abundancia y no tendremos que ver ovejas flacas ni desnutridas. Sin embargo, la tipología espiritual más clara entre el granero, el alfolí y la Palabra, el alimento en el día de hoy, está en un texto que, con muy poca imaginación, podemos estar viendo como una muestra concreta de lo que estamos viviendo como iglesia, escuche:
(Joel 1: 15)= ¡Ay del día! (¿Qué día?) Porque cercano está el día de Jehová, (Ah, el día de Jehová. ¿Y habla de
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